Jorge Alfredo Blanco Sánchez
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El cuestionario se diseñó tomando en cuenta que el sector juvenil dedica poco tiempo a contestar preguntas, las preguntas fueron muy específicas y en la mayoría de las cuestiones se requirió solamente llenar o marcar el espacio correspondiente.
Las primeras preguntas son de carácter demográfico como edad, sexo y nivel de estudios. El reglón de edad se encuentra dividido por rangos, ya que el segmento de la población juvenil varía en gustos y preferencias de una edad a otra. No es lo mismo lo que inquieta a un joven de 14 años a lo que desea uno de 25 años. Por tal motivo se establecieron tres rangos. El primero de 14 a 17 años y corresponde en nivel de estudios a la Secundaria. El segundo comprende a jóvenes entre los 18 y 21 años de edad y que corresponde al nivel de Preparatoria y el tercero entre los 22 y los 25 años y corresponde al nivel Universitario.
Se espera que los diferentes segmentos de la población juvenil describan características particulares por la propia edad y que la combinación con las variables de género y nivel de estudios ayuden a describir un panorama característico de cada rango por sí solo. De esta manera el uso y consumo de la tecnología puede ser delineado a partir de las particularidades de cada segmento.
Las preguntas 1 y 2 se refieren precisamente al uso y consumo de la tecnología, donde la variación de la frecuencia se encuentra entre los rangos de una vez al mes hasta todos los días más de una vez. Se estima que los jóvenes cibernautas que asisten a sitios de renta de Internet mantienen cierta regularidad y no son casos únicos de utilización del medio tecnológico.
En el caso de duración en tiempo de conexión se encuentra el consumo y varía desde la escala menor de 15 minutos hasta más de 5 horas. Estas dos interrogantes darán la respuesta a la cantidad y la frecuencia con que los jóvenes utilizan el Internet desde los espacios públicos y permitirá interpretar de manera cuantitativa el tiempo total que se sumergen en el ciberespacio.
Se conocen estudios respecto a estas variables y una de las inquietudes es saber si efectivamente se repiten los parámetros que se conocen a nivel nacional. El tiempo que los jóvenes dedican a la herramienta tecnológica se encuentra actualmente en aumento, según reportes de compañías que se dedican a la medición de los mismos como por ejemplo la Asociación mexicana de Internet en México.
La tercera pregunta pretende diferenciar de entre las dos grandes actividades que proporciona el Internet; cuál de ellas les es más útil. La diferencia entre informar y comunicar a través de la tecnología se reporta como muy cercana y casi igualitaria. Los jóvenes saltan de una a otra de manera espontánea y según reportes de la AMIPCI las dos se desarrollan de manera simultánea y con la misma proporción de importancia.
La cuarta pregunta es muy específica y trata de encontrar diferencias entre las diversas herramientas propuestas por la CMC. Las tendencias generales se encuentran a favor del correo electrónico, pero las distancias cada vez son más cortas. Estos resultados ayudarán a establecer jerarquías o preferencias, especialmente por edades, sexo y nivel de estudios.
La quinta pregunta se enfoca a recopilar información respecto a la discusión sobre las preferencias de los usuarios. En principio se dice que el medio se utiliza para comunicarse con amigos y familiares, es decir, personas conocidas y la idea de que es un medio muy frecuentado para encontrarse con desconocidos puede ser refutado. Se agrega como ítem necesario el espacio de los negocios, ya que los jóvenes de entre 22 y 25 años pueden estar trabajando y resultaría interesante que la CMC sea un medio de comunicación propicio para espacios laborales.
La sexta y séptima preguntas tratan de considerar si los jóvenes perciben al Internet como medio tecnológico que ha modificado sus hábitos cotidianos de comunicación o solamente es un ingrediente aceptable pero no definitorio. La propuesta de la pregunta es definitivamente encontrar una percepción juvenil de cambio por uso y consumo benéfico de la CMC.
La octava y novena preguntas cuestionan un aspecto tratado en el ámbito cultural al cuestionar si la tecnología es elemento propicio para expresar sentimientos. De hecho las corrientes más ortodoxas consideran que no es posible. Que la máquina es un impedimento para el desarrollo social y que difícilmente se pueden sustituir los encuentros hombre – hombre para transmitir emociones y particularidades íntimas. La respuesta de los jóvenes en esta pregunta es muy importante porque puede abrir la puerta a romper el mito comunicativo de la mediación.
La décima pregunta cuestiona la efectividad del medio comunicativo, las posibles respuestas se enmarcaron dentro de las corrientes discutidas en el capítulo de cultura tecnológica y comprende: la libertad de expresión, la personalidad, los sentimientos y el sentido de identidad. Esta pregunta no trata de excluir a las otras opciones sino solamente establecer distancias entre las mismas. Puede ocurrir que todas ellas sean importantes para los usuarios, pero el nivel de percepción, gustos y preferencias puede ser factor determinante para establecer jerarquías.
La décimo primera cuestiona entre los jóvenes la comunicación tradicional cara a cara con la comunicación mediada por computadora. Esta cuestión fue discutida especialmente en las tendencias de la “generación net” y la interacción hombre máquina. Se espera una respuesta muy equilibrada y tal vez matizada por el género. La cultura juvenil se caracteriza por la interactividad y la democratización del medio, pero qué tan cierto es esto entre jóvenes de diversos segmentos.
La décimo segunda pregunta trata de reafirmar las tendencias características de los jóvenes internautas sobre libertad, igualdad y autonomía. En la parte teórica se destacó el papel tan importante que juega el Internet respecto a la libertad de expresión y el romper las barreras socioeconómicas y culturales que se establecen en la comunicación tradicional. Las nuevas generaciones se caracterizan por aceptar la diversidad cultural pero también por sentirse más dueños de su propio destino y de la construcción de su futuro en entornos más libres, autónomos y democráticos.
La pregunta décimo tercera rescata la gran polémica sustentada por investigadores y teóricos tecnólogos sobre la creación de dependencia por parte de las herramientas tecnológicas, tema muy discutido y analizado en el capítulo primero de este trabajo. Las corrientes deterministas y constructivistas sociales respaldan tal discusión. Se espera que los jóvenes reconozcan su dependencia tecnológica como asunto natural y propio de la época contemporánea.
La décimo cuarta y décimo quinta van directamente a confrontar las corrientes teóricas expuestas en esta investigación y aunque son caracterizadas por la interpretación del Internet, reflejan la percepción juvenil de los medios tecnológicos. El Internet como máquina o artefacto respalda la postura instrumentalista de la tecnología, así mismo, la virtualidad se encuentra del lado subjetivo de la tecnología como contraposición a la anterior. La siguiente matiza la característica básica de la CMC como medio de comunicación y la última opción queda libre para ser seleccionada si alguna de las anteriores no satisface al usuario.
La décimo sexta pregunta, regresa a reafirmar la percepción del joven respecto al uso y funcionamiento y cuestiona la necesidad de censura del medio tecnológico. La percepción general es que no deba ser restringida, ya que desde sus orígenes no lo ha sido, pero las diferentes edades de los encuestados pueden enfatizar este aspecto que preocupa a los padres de familia y a los educadores en términos generales. Para la investigación es un elemento de reafirmación de la oportunidad de escoger la plena libertad y autonomía del medio contra posibles restricciones de cualquier tipo.
La última pregunta refuerza la posibilidad de la censura y cuestiona ¿quién debería ser el organismo más idóneo para limitar el uso de Internet? Las opciones más comunes varían desde la familia hasta el gobierno. Se espera que los jóvenes muestren su criterio para determinar estos lineamientos tan importantes para la sociedad. En este aspecto también se espera encontrar diferencias por edades, sexo y nivel de estudios como parte de la cultura establecida y transmitida por las generaciones adultas .