Guillermo Hierrezuelo Conde
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Tras el escándalo del I.O.R. se hizo necesario reformar la financiación de la Iglesia católica . Las finanzas del Vaticano, es cierto que han sido fuente de múltiples sospechas y de leyendas, que han deteriorado la imagen de la Iglesia . Esta desconfianza es fruto del secreto, con que se rodea los balances y los ingresos del Vaticano, que favorece la aparición de rumores de todo tipo sobre las finanzas vaticanas . CERETI ha llegado a afirmar que "hasta no hace muchos años, los ingresos y las actividades financieras del Vaticano constituían una intricada maraña" .
El deseo de Juan Pablo II es de conseguir una transparencia en los asuntos económicos del Vaticano, para conseguir una mayor eficacia y rentabilidad, que, a su vez, se traduce en un mejor reparto entre diócesis de países ricos y de países pobres. En 1979 se hizo público, por primera vez en la Historia, el déficit del presupuesto general de la Santa Sede: veinte millones de dolares, cantidad que, en 1980, superó los treinta millones . El déficit Vaticano ascendió a 58.418 millones de liras en el año 1984, tal y como queda de manifiesto en el comunicado del mismo Vaticano. A partir de este año, y con este significativo gesto, se inicia la apertura de la imagen de las finanzas del Vaticano . Efectivamente, la idea riqueza del Vaticano contrasta con el ejercicio de 1985, que terminó con un déficit de seis mil quinientos millones de pesetas . En el año 1989, la Santa Sede tuvo el siguiente balance: déficit de 54'7 millones de dolares -87'8 de ingresos y 142'5 de gastos-, cubierto con los 48'4 de las ofrendas de los fieles -óbolo de San Pedro-, y el resto con parte del superávit del Estado de la Ciudad del Vaticano. El déficit subió en un veinticinco por ciento respecto al año anterior -de 43'5 en 1988 a 54'6 en 1989-, pero esto se debe, a que, por primera vez en ese año, se incluyeron los costes de gestión de las ciento dieciocho representaciones pontificias en todo el mundo .
La decisión de la Santa sede, de mantenerse con los réditos de su propiedad, le ha permitido una independencia económica, que quizá, tuvo su función en el pasado, pero hoy la sitúa en cierta contradicción con las posiciones que el Papado ha tomado oficialmente ante el liberalismo económico y el capitalismo -por ejemplo, en la Populorum Progressio-. El Vaticano depende, económicamente, del sistema capitalista, depende de los beneficios, que las grandes multinacionales, obtienen, incluso, de paíse en vías de desarrollo y se encuentra jutno al capital en ciertos conflictos sociales. Por ello, CERETI propone que se dé a conocer las necesidades reales del Vaticano, para concienciar a los cristianos de su colaboración .