Tesis doctorales de Economía


ESTRUCTURA ECONOMICA Y MIGRACION INTERNA EN AYARIT. UN ANALISIS MICROECONOMÉTRICO

Eduardo Meza Ramos
 


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2.6. La migración intermunicipal

La migración en México ha ocupado un lugar importante en su historia. Desde el primer levantamiento censal, en 1885 (López, 2002), se captó este fenómeno social, lo cual ha permitido analizarlo y buscar explicaciones factibles de su incidencia en la actividad económica. Al respecto se han realizado diversos trabajos sobre análisis demográfico de la migración interna e internacional, dado que este fenómeno es uno de los factores que influyen en la definición del tamaño y la estructura de la población. La información referente a la migración concentrada en los censos de población y vivienda, ha permitido caracterizar las diferentes regiones de México y ubicarlas entre regiones emigrantes e inmigrantes. Nayarit, es uno de los estados con alto índice de intensidad migratoria (CONAPO, 2004). Ese indicador alcanza un valor de 1.27 en el estado, superado sólo por Michoacán y Zacatecas, con indicadores de 2.08 y 2.58.

Los demógrafos refieren que al profundizar sobre el fenómeno migratorio desde la perspectiva de la demografía e indagar sobre sus determinantes, confrontan serios problemas para su caracterización, principalmente por la falta de estadísticas adecuadas (Pimienta, 2002). Veamos la situación del estado del arte sobre este tema en Nayarit.

Al respecto Pacheco (1999) señala que hombres y mujeres concurren a trabajar en actividades agrícolas de diversos cultivos a municipios de la costa. Estudia particularmente a los inmigrantes que acuden al municipio de Santiago Ixcuintla. En lo que se refiere a lo que se pudiera denominar como factores que atraen a la población a esos municipios, la autora, cuando hace referencia a los mecanismos de pago a los inmigrantes, señala que el salario es abierto, y se determina según la producción que logre el trabajador, la cual generalmente está directamente relacionada con las horas de trabajo. Entre las razones de la migración, menciona que una de ellas es para cumplir con el contrato previamente adquirido. Además, durante su estancia, los inmigrantes obtienen otros ingresos derivados de la venta de artesanías que fabricaron en su lugar de origen.

En un estudio realizado por Becerra (2004), se analiza la migración que retorna de Estados Unidos a Nayarit. Considera características de la región de origen, la edad, el estado civil, el grado de escolaridad y el sexo, buscando identificar su participación en actividades económicas locales a partir de los ahorros que los inmigrantes acumularon durante su estancia en el extranjero.

Por su parte, Kuri (2001) da cuenta del traslado de la población a las actividades agrícolas de los municipios de la costa, lo que se convierte en una constante migración temporal intermunicipal. Refiere que la población autóctona formada por coras, huicholes y otros, van a emplearse en el corte de chile, tomate, caña, en la faina o arranque de fríjol, en el tabaco y en otras labores agrícolas, y caracteriza esta migración como motivada por la búsqueda de empleo.

En este orden de ideas, Alejandre y Olmos (1998), para detectar los nexos existentes entre la migración y los cambios del empleo en las regiones, revisan el comportamiento de la actividad económica en municipios del occidente de México, la cual estiman con base en la evolución del empleo por habitante a nivel municipal, índice que les reportó grandes diferencias de la actividad económica. La región de estudio comprende los estados de Jalisco, Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Nayarit y Zacatecas (de Nayarit sólo analizan el municipio de Tepic, el cual concentra la mayor población y las principales actividades socioeconómicas del estado). Relacionan la condición migratoria y la actividad económica de los municipios mediante el índice de tasa de participación, la cual recoge la relación de la población ocupada de los sectores comercial, servicios y manufacturero con la población total de cada municipio. Parten del supuesto de que los municipios con atracción de migrantes registran las tasas de participación más altas; y dan cuenta de una relación directa entre crecimiento poblacional y el comportamiento de la economía, a nivel municipal, en cuanto a la disponibilidad de empleo.

Por su parte, Wicab, Sifuentes y Luna (1998) en un estudio sobre los municipios de Nayarit, sostienen que el empleo y la migración son parte de los elementos explicativos del proceso de reestructuración económica y poblacional en Nayarit durante el período de 1980 a 1995. Al abordar la migración intermunicipal, observan que a partir de 1980 ocurrió un cambio de estructura en la dinámica poblacional de Nayarit, caracterizada por los fenómenos de reducción en la tasa de crecimiento, redistribución espacial de la población y una modificación de los patrones migratorios externos. Destacan el desarrollo alcanzado a nivel micro regional, en los que si bien a nivel municipal decreció la tasa de población, algunas de sus localidades, registraron un claro incremento de sus actividades productivas y acogieron a migrantes del estado.

En otro sentido, Wicab, Sifuentes y Luna (1998), afirman en su estudio regional que se tomó en consideración la amplia producción sobre el tema de migración existente en México, tanto a nivel conceptual como de análisis empírico, pero que en lo referente a Nayarit son casi inexistentes, situación que confirma Becerra (2004), pues en un estudio sobre el tema, advierte que lo realizó, entre otras razones, para responder a la carencia de análisis que aborden el tema de la migración.

En este contexto, de acuerdo a Naciones Unidas, el número de personas de todo el mundo que estaban viviendo en un país diferente al que habían nacido, se incrementó de 75 millones en 1965 a 120 millones para el año de 1990. Pero si bien los números absolutos se han incrementado realmente, los emigrantes mundiales representaban justamente el 2.3% de la población global en ambas fechas (Zlotnick, 1998). En conjunto, los emigrantes a América del Norte, Europa Occidental y Australia en el período de 1965-1990 se incrementaron del 4.9% al 7.6% respecto a la población total (Hatton y Jeffrey, 2003). También se sabe que en los años noventas Japón y Estados Unidos reportaron tasas de inmigración de 2.6% y 6.2% respectivamente (Bentolila, 2001).

Por otra parte, en el período 1991-1996, el 43% de los habitantes de Australia cambió de residencia al interior del país. Esa elevada movilidad se asocia a la existencia de un mercado laboral y de vivienda más abiertos y flexibles (Bell y Graeme, 2000). En este mismo orden de ideas, en Chile durante los períodos de 1977-1982 y 1987-1992, el porcentaje de personas entre 15 y 64 años de edad que cambiaron su región de residencia, fue de alrededor de 6.7%, aunque los dos períodos estuvieron caracterizados por diferentes condiciones económicas (Aroca, Geoffrey y Jimmy, 2001).

En el caso de Nayarit, las corrientes migratorias de los municipios indican que sólo cuatro de los veinte municipios reportaron saldo migratorio neto positivo en 1995. Los inmigrantes arriban preferentemente a los municipios de mayor actividad económica, donde esperan mayores posibilidades de satisfacer sus demandas de empleo, factor que constituye, por lo general, el principal motor de la inmigración de estos colectivos. Los municipios con saldo migratorio positivo, en orden descendente, son: Tepic, con 4,777 personas; Xalisco con 2,039 individuos (ambos en la Zona Centro); Bahía de Banderas, en la zona costa sur, con 613 gentes, e Ixtlán del Río con 329 personas (véase el cuadro 2.18 y la gráfica 2.12).

a: TBN (Tasa bruta de natalidad) = Razón entre el número de nacimientos vivos ocurridos en una entidad en un año y la población total estimada a mitad del mismo año.

b: TI (Tasa de inmigración) = Número de inmigrantes ( In) que llegan a un lugar de destino, divididos por cada mil habitantes (Hab.) en un período determinado. TI = In / (Hab) X 1000.

c: Nacimientos - inmigrantes

Ahora bien, en lo referente a la relación entre migración y natalidad se observa que a nivel del estado los inmigrantes representan el 62.7% de los nacimientos, lo cual indica que la migración interna está contribuyendo de manera determinante en el crecimiento de la población (en el año 1995 inmigraron a los municipios 17,239 personas y se registraron 27,515 nacimientos).

Los municipios que registran tasas de inmigración, por arriba del promedio estatal (16 inmigrantes por cada mil habitantes) en orden descendente, son: Xalisco, Tepic, Ixtlán del Río, La Yesca y Bahía de Banderas. En lo que se refiere a la tasa bruta de natalidad, expresada por cada mil habitantes, los municipios que están por arriba de la media aritmética (65 nacimientos por cada mil habitantes), fueron El Nayar con una tasa bruta de natalidad de 16 y Huajicori de 41 (ambos municipios enclavados en parte de la Sierra Madre Occidental); Bahía de Banderas (35) y Compostela (35).

Por último, cabe puntualizar que en los municipios de Xalisco y Tepic, el fenómeno de inmigración ha modificado sustancialmente la tasa de crecimiento de la población, pues en ambos municipios han sido mayores las cantidades de inmigrantes que el de nacimientos en esos lugares. Si se compara la cantidad de inmigrantes mayores de cinco años y de nacimientos, estos dos municipios reportan un mayor número de inmigrantes: en Xalisco se superan los nacimientos con 1,724 inmigrantes y en Tepic se supera los nacimientos con 153 inmigrantes.


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