Daniel Hernández Hernández
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Como lo señala la metodología de la investigación y de acuerdo a la naturaleza del objeto de estudio, la información que se obtiene de la consulta de fuentes bibliográficas y documentales se debe complementar con la aplicación de encuestas ya que es parte primordial del enfoque cuantitativo que implica la recolección y análisis de datos como apoyo en la búsqueda de respuestas para las preguntas de investigación y para probar hipótesis; todo esto mediante la medición numérica de las variables por conteo o bien con el uso de la estadística para establecer con exactitud patrones de comportamiento en una población. Este enfoque se fundamenta en el método hipotético-deductivo que va de lo general a lo particular porque pretende de manera intencional acotar la información midiendo con precisión las variables de estudio, es decir contar con un “foco”.
Enseguida se explican los detalles técnicos de los dos proyectos referidos en la presentación de este trabajo (Flores, 2004 y Delgadillo, 2005) con el fin de dejar evidencia del sustento metodológico con que cuentan dichas investigaciones en donde, como es obvio, incluye el trabajo de campo realizado. La metodología de la primera edición se basó en dos ejes: el primero es el que se refiere al análisis del sistema urbano de Tlaxcala y el segundo, el que corresponde al análisis regional de la propia entidad; con estos elementos se logró constituir un marco general relacionado con la dinámica poblacional, la evolución de la economía en los últimos años, así como la situación del medio ambiente y los aspectos del bienestar humano. En cuanto al criterio poblacional se analizó el tamaño de las localidades urbanas, mixtas y rurales, incluyendo sus respectivas tasas de crecimiento, lo que permitió realizar una jerarquía urbana-rural de dichas localidades. En el aspecto económico se identificaron los nodos de atracción económica, el nivel de industrialización municipal, las redes de transporte y comunicaciones y la participación de la población económicamente activa en los sectores de actividad económica correspondientes a los municipios urbanos y sus zonas de influencia. Asimismo, se hizo énfasis en los niveles de urbanización, en las viviendas con agua entubada y con piso de cemento; y en lo que concierne a los aspectos de bienestar humano se analizaron los niveles de alfabetización municipal, las viviendas con energía eléctrica y las que disponían de radio y televisión.
La hipótesis de trabajo se enfocó a considerar que el acelerado crecimiento poblacional que ha experimentado Tlaxcala y el sistema de ciudades en donde existen y se desarrollan diversos grados de concentración y especialización económica, condicionan la presencia de regiones funcionales de diferente grado de desarrollo, y al interior del sistema de ciudades también se experimenta una fuerte interdependencia funcional. Estas apreciaciones son precisamente las que se tomaron como referencia en el presente trabajo de tesis.
Los objetivos de la encuesta fueron planteados en términos de identificar las expectativas y posibilidades de inversionistas privados y del sector público, así como las prioridades de infraestructura y equipamiento para lograr un mejor desarrollo regional equilibrado y sustentable; con ese propósito y para fines de muestreo se consideró como universo al conjunto de los municipios de medio, bajo y muy bajo desarrollo, de donde se seleccionaron a 17 de ellos (cuadro 1) como unidades de análisis bajo el criterio de localización en la parte oriente-norte-poniente del territorio de la entidad. Esto permitió conocer la situación de las áreas periféricas a las zonas centrales de mayor concentración de actividades económicas a partir de las unidades de muestreo representadas por los miembros de los ayuntamientos de los municipios seleccionados; de tal manera que con el procedimiento estadístico que se anota más abajo se obtuvo un tamaño de muestra de 170 cuestionarios.
CUADRO 1. MUNICIPIOS POR NIVEL DE DESARROLLO, TLAXCALA 2003
Donde:
• “n” es el tamaño de la muestra.
• “Z” es igual al nivel de confianza requerido para generalizar los resultados hacia toda la población.
• “p q” se refiere a la variabilidad del fenómeno estudiado.
• “E” indica la precisión para generalizar los resultados.
Se trabajó con un nivel de confianza del 95%, esto es, la probabilidad de que los resultados de la muestra fuesen idénticos a los de la población, aceptando un margen de error del 5%, o lo que es lo mismo que el 5% de los datos de la muestra podrían diferir de los de la población. El valor del nivel de confianza “Z”, se obtuvo en las tablas estadísticas del “área bajo la curva tipificada”, siendo el resultado de Z= 1.96
Al no disponer de estudios similares previos para conocer “pq”, y por falta de recursos no fue posible realizar una prueba piloto, se partió de la suposición de que la proporción de respuestas cerradas de los entrevistados, sí, no, estarían dadas en igual proporción, es decir, de un 50% cada una, asignándole a cada respuesta la máxima variabilidad posible, esto es: p= 0.5; y el valor de q=0.5; con en nivel de precisión (E) del 5%.
Los diferentes grados de desarrollo y concentración económica que ha experimentado el Estado de Tlaxcala, lo demuestran los Índices de Desarrollo Regional Sustentable obtenidos para las cuatro décadas que cubren el periodo de 1970 al año 2000 y que se exponen con detalle en el capítulo cinco. Dichos índices permitieron constatar que las diferencias interregionales aumentaron al concentrarse los mayores grados de desarrollo regional en las zonas centro y sur de la entidad, siendo precisamente la Región Huamantla en la que se observa un bajo grado de desarrollo. Estos son los aspectos analíticos utilizados que permitieron hacer la vinculación metodológica con uno de los objetivos centrales de esta tesis, que es: conocer la estructura de relaciones funcionales que se tienen establecidas entre las localidades y municipios que componen dicha región, con el fin de identificar sus potencialidades y perspectivas para impulsar su desarrollo a través de un esquema de integración microrregional. Aquí es precisamente donde radica la complementariedad de estos resultados con la presente investigación y cuya aportación en todo caso es para la discusión y análisis teórico y para la planeación del desarrollo al nivel micro de las estructuras territoriales, ya que la base del enfoque son los flujos de bienes, servicios y mano de obra que existen entre las localidades de la región de estudio.
Por lo que respecta al trabajo de Delgadillo (op., cit, 2005) la metodología que se aplicó se basa en la exploración del medio rural en un contexto urbano-regional donde se consideran como niveles mínimos que dan sustento al análisis del ámbito rural, a las unidades espacio-funcionales formadas por asentamientos que se caracterizan por una escasa dinámica geosocioeconómica y por su especialización primaria. Por lo tanto, lo fundamental por resaltar en el aspecto metodológico es que esas unidades espacio-funcionales se conciben a partir de las posibilidades que tienen de emprender dinámicas propias y sostenidas por medio de sus capacidades de interacción con otros asentamientos de iguales o diferentes sistemas productivos, lo cual es parte de los postulados hipotéticos de este trabajo de tesis; pues los entornos urbano-regionales a los cuales se encuentran articuladas esas unidades espacio-funcionales mínimas, están formadas por sistemas de centros poblados con una cierta articulación interna en términos de intercambio de bienes y servicios. Pero lo más importante es que las unidades básicas constituyen los núcleos orgánicos en términos de la dinámica geoeconómica de los sistemas regionales. Con base en esta caracterización general, las unidades espacio-funcionales básicas forman lo que se denomina, microrregión.
Por lo tanto, esta es la base teórico-metodológica que se ha adoptado en esta investigación para poder nutrir y desarrollar la propuesta metodológica de microrregionalización, pues como tal en esta tesis por primera vez se hace el análisis estadístico de la información de flujos de bienes, servicios y mano de obra que se captó en la encuesta aplicada en once localidades (cuadro 2) y que han sido tipificadas como Centros Dinamizadores que forman la región oriente Huamantla y cuya población supera los 2 500 hab., lo que las ubica en la categoría urbana de acuerdo con datos del INEGI (2005). En esta zona la organización del espacio regional está siendo incidida preponderantemente por la ciudad de Huamantla debido a la gran magnitud poblacional y al nivel de infraestructura vial y equipamiento urbano que posee. Cabe señalar que el análisis de flujos y los datos en los que se sustenta no han sido publicados ni en forma individual ni como parte de la investigación que les dio origen.
CUADRO 2. LOCALIDADES DINAMIZADORAS DE LA REGIÓN ORIENTE HUAMANTLA, TLAXCALA 2004
Los datos de población fueron tomados del INEGI, II Conteo de población y vivienda por localidad, 2005.
Los Centros Dinamizadores son parte de las localidades que conforman los sistemas de centros mínimos, o también como ya se señaló anteriormente las unidades espacio-funcionales básicas, con la diferencia de que el centro dinamizador al organizar y articular en su entorno a otras localidades dentro del conjunto de la región de que forman parte se convierten en Centros de Integración. En consecuencia, si estos centros están liderando la dinámica de una unidad espacio-funcional básica o microrregión, se les denomina Centros de Integración Microrregional. Estas localidades o centros de integración, por lo general están inmersos en medios rurales pero vinculados al mismo tiempo con ámbitos urbanos e inclusive con un sistema de ciudades del cual llegan a formar parte de manera directa o indirecta, por lo cual y para fines prácticos en este trabajo se da por hecho y se sustenta la existencia de esos centros de integración microrregional con el análisis de flujos respectivo, lo que permite desarrollar una propuesta metodológica enfocada a estimular el dinamismo socioeconómico de áreas actualmente deprimidas, mediante un proceso de integración regional a mayor escala, con el propósito de que así se pueda contribuir a implementar un modelo de desarrollo cuyo objetivo sea disminuir las diferencias en los niveles de las estructuras territoriales.
Con el análisis de flujos se logró determinar ciertos niveles jerárquicos para cada uno de los centros de integración microrregional, mismos que fueron clasificados en los siguientes tres rangos: de magnitud baja, de magnitud media y de magnitud alta. Dicha clasificación que se expondrá más adelante en el capítulo cuarto permite diferenciar los centros de integración microrregional con base en sus jerarquías funcionales que marcan la influencia que tiene cada uno de ellos con otras localidades que se ubican más allá de sus fronteras, y en donde confluyen mercados y poblaciones mayores en un proceso de intercambio permanente. Por lo tanto, esta dinámica conlleva a la existencia de funciones centrales o básicas que en este caso desempeñan en número significativo los centros de integración por lo que resulta acertado denominarlos también como lugares centrales. Desde luego que su capacidad para consolidar su carácter de lugar central va a depender de la presencia de servicios, de los niveles de concentración de su población, de la interacción y complementariedad de sus actividades con otras similares y de la intensidad y accesibilidad de flujos de bienes y servicios.
El análisis funcional de los sistemas de asentamientos se basa, como su nombre lo indica, en el estudio de la concentración de funciones en una localidad que forma parte de un determinado nivel de la jerarquía territorial; siendo relevante en este sentido conocer la propia dinámica que tienen los lugares centrales, pues depende de su capacidad para proporcionar variados bienes y servicios tanto a su población como a la población residente en otros asentamientos, principalmente en aquellos que forman parte de la microrregión de la cual se constituye como lugar central. En consecuencia, un lugar central se caracteriza en función de las actividades económicas y servicios que ofrece, tales como los que se señalan a continuación: servicios públicos (compañías telefónicas, oficinas de telégrafos, oficinas postales, estaciones de radio, extensión agrícola); servicios de transporte (estaciones o rutas de transporte público); equipamiento de salud (hospitales, clínicas, consultorios médicos); instituciones educativas (jardín de niños, primaria, secundaria); organizaciones comunitarias (grupos cívicos, organizaciones no-gubernamentales, cooperativas, asociaciones); establecimientos comerciales (tiendas de abarrotes, farmacias, estaciones de gasolina, talleres mecánicos, venta de productos químicos); instituciones públicas (oficinas del Estado, oficinas federales); infraestructura productiva (empresas manufactureras, infraestructura agropecuaria).
Sin embargo, las condiciones de centralidad no sólo se observan en las poblaciones o centros de integración microrregional con características urbanas, sino que es posible encontrar también condiciones de centralidad en poblaciones con características rurales en tanto que funcionan como núcleos de concentración en el sentido de que presentan cierta capacidad y condiciones de servicios para retener población, como puede ser la existencia de un mercado donde se ofrezcan tanto productos locales como los que provienen de otros territorios fuera de la microrregión; la presencia de algunos bienes y ocupaciones especializadas de tipo administrativo, la prestación de servicios básicos, principalmente de educación y salud. Todo ello hace posible que a esas localidades se les atribuya la denominación de Centros de Integración Rural y que son parte sustancial que caracteriza a la nueva ruralidad de la Región Oriente del Estado, en donde es posible observar los contrastes y diferencias en su relación con las dinámicas urbanas de centros y ciudades en mejores condiciones de desarrollo.
Estas son premisas que le dan sentido y orientación a este trabajo de tesis, pues uno de sus objetivos está encaminado a conocer las alternativas y posibilidades que tienen los centros poblados y particularmente los centros integradores para influir positivamente en la organización territorial, especialmente de los espacios deprimidos; el llegar a conocer hasta qué grado ciertas microrregiones tienen la capacidad para dinamizar sus propios territorios y los demás con los cuales tienen una influencia directa, está en función del análisis de flujos de bienes, servicios y mano de obra, que son los ingredientes esenciales para poder corroborar los objetivos y las hipótesis propuestas líneas arriba. De ello, habrá de derivarse como producto un modelo de microrregionalización que aporte elementos para la discusión teórica y metodológica en el marco del diseño de políticas públicas encaminadas a impulsar el desarrollo desde los ámbitos territoriales inferiores.
Con ese propósito se analizó a profundidad y en detalle el conjunto de relaciones de flujos que se suceden entre los centros dinamizadores de la región oriente Huamantla y cuya información de base fue captada a través de realizar entrevistas a ciertas autoridades de las comunidades que son las que conocen con mayor precisión dichas relaciones; esta es la razón técnica del porque en la determinación de la muestra no se consideró a la población en general o bien a las familias de las localidades donde se aplicó la encuesta. Para el análisis de flujos se partió del criterio de cuantificar únicamente los intercambios al interior de la región oriente entre los once centros de integración microrregional y sus localidades de influencia, debido a que el interés principal fue conocer dichas relaciones al nivel microrregional identificando los intercambios más representativos en lo que respecta a los siguientes conceptos: teléfono público, telégrafo, servicio postal, registro civil, mano de obra, kinder o preescolar, primaria, telesecundaria, secundaria, preparatoria, estudios superiores, asistencia médica, compra de productos básicos y adquisición de leche Liconsa.