David Flores Ruiz
Otro modelo propuesto en la literatura es el de Kim (2001), el cual, tal y como se recoge en el gráfico 3.5, identifica cuatro fuentes de la competitividad de los destinos turísticos, dentro de las cuales se incluyen los diferentes factores explicativos de la misma:
i) Fuentes primarias: las fuentes primarias de la competitividad están formadas por los sujetos -políticos, empleados, agentes de viajes, etc.-, el entorno y los recursos -históricos, culturales y naturales-.
j) Fuentes secundarias: estas fuentes engloban la política turística, la planificación y la gestión del destino, las inversiones en el sector, y los impuestos y precios turísticos.
k) Fuentes terciarias: éstas son integradas por las infraestructuras turísticas, el sistema de alojamientos de visitantes, el atractivo de los recursos, la publicidad y la cualificación de los recursos humanos del sector.
l) Fuentes cuaternarias: éstas se consideran el resultado de las tres fuentes anteriores y hacen referencia a la demanda turística, el empleo generado por el sector, al “comportamiento turístico” -tasas de crecimiento, balanza de pagos del sector, participación del sector en el PNB del país, etc.-. En definitiva, esta fuente de competitividad es el output turístico -productividad del sector-, por lo que la misma es, per se, un indicador directo para la evaluación y comparación de la competitividad.
A pesar de que el modelo de Kim considera que cada fuente de competitividad debe tener diferente ponderación -otorgando siempre un mayor peso a las fuentes cuaternarias-, tal y como recoge Sánchez (2006:8), ha sido objeto de numerosas críticas, especialmente por no justificar las razones por las que una determinada fuente de competitividad debe ser considerada como fuente primaria, secundaria o terciaria. Por otro lado, lo que Kim (2001) considera fuentes cuaternarias no son más que efectos o consecuencias de la competitividad.