David Flores Ruiz
En este apartado abordamos la caracterización del desarrollo turístico de los parques naturales andaluces, haciendo especial hincapié en sus diferentes grados de desarrollo, tanto desde el punto de vista de la oferta como de la demanda turística, pues estos diferentes niveles de desarrollo deberán ser tenidos en cuenta a la hora de abordar una política turística para los mismos.
5.3.2.1. Diferentes grados de desarrollo turístico de los parques naturales andaluces
Si tenemos en cuenta que la mayor parte de los parques naturales andaluces están conformados por poblaciones en su interior, las cuales han tenido una relación muy estrecha e integrada con el entorno natural en el que habitan, podemos considerar a estos territorios como espacios rurales muy bien conservados y, por tanto, con una importante riqueza natural -calidad paisajística, diversidad faunística y florística, etc.- y cultural. Estos factores hacen que el potencial de desarrollo turístico de estos espacios sea casi ilimitado, sobre todo en algunos de ellos -Sierra Nevada, Cazorla, Segura y Las Villas, Grazalema, Sierra de Aracena y Picos de Aroche, por sólo citar los más evidentes-, dadas sus excelentes características naturales, paisajísticas, culturales, etc. No obstante, el principal impedimento para que dicho potencial se traduzca, en la mayor parte de ellos, en un verdadero desarrollo turístico ha venido siendo las deficiencias, tanto a niveles públicos como privados, en aspectos “conductuales”, tales como la deficiente capacidad emprendedora, el insuficiente capital humano, etc.
Además de la riqueza y diversidad de valores naturales y socioculturales, la potencialidad de estos espacios como lugares de uso público y de destinos turísticos deriva de dos hechos fundamentales (Consejería de Turismo y Comercio, 2000:79):
- La importante dimensión de estos espacios naturales protegidos, que suman entre el 80% y 90% del espacio protegido andaluz. En concreto, para 2006, este porcentaje, tal y como se ha apuntado anteriormente, representa el 83% del total de la superficie protegida andaluza.
- El propio espíritu que anima la creación de esta figura de protección, la cual, y así se establece desde la Exposición de Motivos de la Ley andaluza 2/1989, no se plantea únicamente unos objetivos de carácter proteccionistas sino que, de forma indisoluble a éstos, pretende favorecer la regeneración económica y social de estas áreas, a través de actuaciones encuadrables en modelos de desarrollo sostenible.
En definitiva, a raíz de estas consideraciones podemos decir que los Parques Naturales se configuran como los ámbitos territoriales estratégicos para el sistema de uso público en los Espacios Naturales Protegidos y las modalidades turísticas a desarrollar en ellos (Consejería de Turismo y Comercio, 2000:79). No en vano, y de manera indudable, la actividad turística se va afirmando como uno de los principales factores estratégicos de desarrollo de estos espacios. Esta realidad, sin caer en un indeseable “monocultivo” turístico, debe tenerse muy en cuenta en la planificación y gestión de estos territorios, sobre todo en aspectos tales como el urbanismo, la red de comunicaciones, el tratamiento del paisaje, las infraestructuras de abastecimiento, etc.
Sin embargo, a pesar de esta potencialidad, tal y como se recoge en los siguientes epígrafes, en los parques naturales andaluces se pueden identificar dos modelos radicalmente distintos de desarrollo de la actividad turística (Araque, 2001), pues mientras que en algunos se ha registrado un crecimiento importantísimo, tanto en la oferta como en la demanda turística, en otros apenas ha llegado a afianzarse la actividad turística después de casi dos décadas de protección de estos espacios. De tal forma que el impresionante nivel de desarrollo alcanzado por esta actividad en algunos parques naturales no puede achacarse de forma exclusiva, como a veces se hace, a su protección administrativa. Este hecho resulta, desde luego, relevante pero no deja de ser el último eslabón de una larga cadena histórica que no siempre se tiene en cuenta a la hora de abordar un análisis comprensivo de este singular fenómeno. De ahí que consideremos interesante profundizar en el análisis de los factores que explican el diferente grado de desarrollo turístico.
Este diferente grado de desarrollo turístico de los parques naturales andaluces quedaba ya reflejado hace más de tres lustros, cuando Marchena et al (1992) afirmaban que desde la perspectiva sectorial de su uso turístico y recreativo no todos los parques naturales pueden ser recogidos bajo una misma categoría, encontrándose situaciones diversas. En este sentido, estos autores formulan las siguientes categorías:
- Parques naturales con experiencia en programas de uso público, los cuales, por sus especiales características para la realización de experiencias pilotos y de desarrollo, fueron declarados previamente a la Ley autonómica 2/89. El ejemplo más paradigmático en cuanto a las consecuencias deseables e indeseables de la actividad turística es el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
- Parques naturales de uso público potencial a corto plazo en los que es previsible un fuerte incremento en la demanda, destacándose entre ellos el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
- Parques de uso metropolitano: la existencia de tres parques naturales situados en las proximidades inmediatas de tres centros regionales hace imprescindible el tratamiento diferenciado, pues sus dinámicas funcionales se encuentran íntimamente ligadas a las de su entorno metropolitano.
- Parques naturales de uso público escasamente desarrollado que presentan como handicap para su desarrollo turístico la lejanía a sus principales núcleos emisores, la debilidad geográfica y del entramado socioeconómico de las poblaciones cercanas, por lo que su desarrollo turístico y recreativo se prevé a medio y largo plazo.
- Parques naturales de uso cinegético en los que, por sus características -propiedad privada, abundante espacio forestal, inexistencia de núcleos urbanos en su interior, etc.-, el uso público y la actividad turística se muestran dificultosos, salvo la actividad cinegética.
- Parques naturales de escasa extensión que, por sus tamaños tan reducidos, no permiten ser incluidos en algunas de las características comentadas anteriormente.
Por otra parte, la Consejería de Medioambiente (2004) también realiza una clasificación de los parques naturales por niveles homogéneos de desarrollo, llegando a identificar cuatro grupos, dentro de los cuales se observa un comportamiento muy homogéneo respecto a los indicadores, tanto de oferta como de demanda turística. Sobre esta base, tal y como se recoge en el cuadro 5.4, se distinguen, para los veinticuatro parques naturales andaluces , cuatro posibles niveles de desarrollo turístico: alto, medio-alto, medio-bajo y bajo.
Por consiguiente, dado el diferente grado de implantación de la actividad turística en los parques naturales andaluces, parece claro que las estrategias de desarrollo deben plantearse de manera diferenciada. Así pues, mientras que en los parques naturales más desarrollados turísticamente deben corregirse determinados efectos territoriales y desequilibrios generados por esta actividad, reconduciéndose aquellos procesos más nocivos que impiden una correcta articulación del sector, tales como: saturación de turistas en determinadas zonas y épocas del año, vertidos incontrolados, ruidos, etc.; en los menos desarrollados, a partir de la experiencia ya adquirida, deben sentarse las bases para conseguir un desarrollo duradero de esta actividad, de tal forma que no entre en contradicción con los principales postulados conservacionista (Araque, 2001).
En este mismo sentido, Pulido (2005:372-373) también realiza una clasificación de los parques naturales andaluces según la intensidad de sus usos turísticos, apoyándose en dos indicadores: la intensidad de oferta y de demanda turística, elaborando, a partir de los mismos, una propuesta de actuación genérica para los diferentes parques según el grupo en el que se incluyan los mismos .
Por consiguiente, partiendo de estos diferentes grados de desarrollo turístico experimentado por los parques naturales andaluces en las últimas décadas, en los siguientes epígrafes realizamos una breve descripción de la oferta y demanda turística localizada en los mismos, poniéndose de manifiesto este desigual grado de desarrollo. Para ello seguiremos básicamente los dos trabajos más recientes y completos sobre la caracterización de la oferta y demanda turística de los parques naturales andaluces, nos referimos al estudio de la Consejería de Medioambiente (2004) y a la tesis doctoral de Pulido (2005). No obstante, en la década de los noventa también se elaboraron otros estudios, ya citados anteriormente, como los de Marchena et al (1992) y la Confederación de Empresarios de Andalucía (1996), los cuales apuntan muchas de las conclusiones a las que llegan los primeros.