Carlos Manuel Cañedo Iglesias
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Al tratar de acercarnos al concepto de currículo como campo de estudio e investigación en respuesta a las necesidades sociales y educativas contemporáneas en materia de enseñanza, no podemos olvidar que es una realidad histórica, y que como tal ha sufrido una evolución en su práctica y en la forma de concebirlo en la formación de los ingenieros mecánicos.
En este sentido recurrir a un análisis reflexivo del currículo, constituye el camino de inicio para las reflexiones en este ámbito, donde se hace énfasis en la formación de las habilidades profesionales, como la integración de los conocimientos en un saber hacer, en la solución de problemas propios de la profesión.
En el contexto educativo cubano, la concepción del currículo en la Educación Superior, parte de la necesidad social el problema; que es el componente de estado que posee el proceso docente educativo como resultado de la configuración que adopta el mismo sobre la base de la relación proceso- contexto social y que se manifiesta en el estado inicial del objeto que se selecciona como proceso, que no satisface la necesidad de dicho contexto social. En su desarrollo se transforma y alcanza el objetivo lo que implica la solución del problema como encargo social. [5].
Los objetivos como categoría rectora del proceso, precisan la selección de los contenidos, la organización y planificación de las actividades de aprendizajes, la evaluación, los medios y formas organizativas del proceso, del tiempo y el espacio, del contexto, del colectivo de estudiantes; así como el empleo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC.) que se establecen.
Desde esta dimensión, la concepción curricular en la formación de los ingenieros, toma como centro la necesidad social en la formación de este profesional, lo que permite una mayor vinculación entre el proceso de formación de los profesionales y sus resultados, con las exigencias y necesidades en el mundo del trabajo. El estudiante es el centro de la actividad cognoscitiva, los métodos, las formas y medios de enseñanza están dirigidas a que estos sean sujetos activos en la adquisición del conocimiento y el desarrollo de las habilidades, entre ellas, por supuesto, las profesionales; es preciso que posean altos valores éticos y patrióticos y que sean concientes de sus responsabilidades sociales.
En la Pedagogía Cubana en la enseñanza superior se destaca, al abordar esta temática, que el diseño curricular debe dar respuesta a las necesidades presentes y futuras del desarrollo económico- social, para lo cual hay que tener en cuenta el tipo de ingeniero que se quiere formar, atender a los problemas que la asignatura debe resolver, reflejar el perfil ocupacional, entre otros. Teniendo en cuenta el enfoque de sistema se precisa por el Dr Carlos Álvarez de Zayas que debe partirse del objeto de la profesión, los modos de actuación y los componentes del proceso: académico, laboral e investigativo. Se expresan además, criterios válidos para la definición de los objetivos, contenidos, métodos y ofrece una caracterización del proceso de enseñanza- aprendizaje en el nivel superior. Hay otros autores como Dra Margarita Silvestre Oramas y José Zilberstein Toruncha que precisan que la concepción didáctica de cómo llevar a vías de hecho el proceso enseñanza- aprendizaje precisa la claridad en los objetivos que deberán alcanzar los docentes y estudiantes, así como respecto al contenido y sus componentes. De igual forma es preciso una breve referencia a otras categorías didácticas como los métodos y procedimientos, las formas de organización y la evaluación del proceso. Por otra parte, se incluyen algunas referencias a la concreción de estas categorías en la concepción de los currículos y en su aplicación práctica. Modificar la realidad, en busca de su perfeccionamiento, precisa decisiones que en otras etapas, quizás no tengan la relevancia que en el presente adquieren. La historia de un proceso de enseñanza-aprendizaje centrado en le docente, deja secuelas y una realidad compleja de transformar.
Es oportuno señalar que al tratar esta temática en el ámbito educativo cubano es de obligada consulta las aportaciones realizadas por Homero Fuentes [6] cuando define el currículo como un contenido a asimilar en función de los objetivos, además refiere que es un programa, un plan de trabajo y estudio necesario para aproximarse al logro de los objetivos que se dan en un contexto social todo lo cual se sustenta en fundamentos sociales, filosóficos, epistemológicos, políticos, pedagógicos y psicológicos, entre otros. En consecuencia el currículo incluye fundamentos esenciales de la carrera, enfatizando en el modelo del profesional y su nivel de concreción en el proceso docente educativo a nivel de disciplina, asignatura y tema.
Desde esta perspectiva oportunamente, Álvarez de Zayas, Rita María [7], señala que en nuestra construcción didáctica, currículo es un proyecto educativo global que asume una conceptualización didáctica y posee la estructura de su objeto: la enseñanza-aprendizaje. Tiene un carácter de proceso y expresa una naturaleza dinámica con el contexto histórico-social, condición que le permite adaptar el proceso formativo de los profesionales de la ingeniería mecánica al desarrollo social y a los progresos de la ciencia.
En este ámbito retomamos a Homero Fuentes [6] cuando enfatiza que el diseño curricular constituye el proceso dirigido a elaborar la concepción del profesional y oportunamente Carlos Álvarez [5] de manera significativa lo considera como el conjunto de documentos que permiten caracterizar el proceso docente-educativo desde el sistema mayor la carrera o tipo de educación hasta la clase o actividad docente. A partir de estas reflexiones podemos inferir que a nivel más concreto de la semántica curricular, el currículo ha ido centrándose en una serie de componentes generalmente presentes en la mayoría de los autores, a partir de los cuales consideramos retomar aquellos donde se reflejan la importancia del desarrollo de las habilidades profesionales, y se resalta que la actividad escolar es un proceso de solución de problemas basados en el estudio teórico-práctico de la realidad y que debe partir de las necesidades de perfeccionamiento de las estrategias didácticas, lo que permite que el proceso de formación de las habilidades constituya una vía para diseñar, evaluar y justificar el proyecto curricular; ello redunda en el proceso de formación de las habilidades profesionales.
En tal sentido, Neagley y Evans [8], precisan el currículo como el conjunto de expresiones planificadas proporcionadas por la escuela para ayudar a los alumnos a conseguir, en el mejor grado, los objetivos de aprendizaje proyectados, según sus capacidades. Así mismo Inlow [9] lo refiere como el esfuerzo conjunto y planificado de toda la escuela, destinado a conducir el aprendizaje de los alumnos hacia resultados de aprendizajes predeterminados. Oportunamente Jonhsont [10] (...) precisa que el currículo es una serie estructurada de objetivos del aprendizaje que se aspira lograr. De manera pertinente, Stenhouse [11] presta especial atención a la práctica, afirmando que "un currículo debe basarse en la práctica. Es una tentativa para describir el trabajo observado en las aulas. (...)
A partir de las aportaciones realizadas por los autores antes mencionados, se considera por este autor que el currículo de forma general puede considerarse como una directriz para comunicar principios, definiciones, conceptos y expresar la posición ética de los profesores ante el contenido, la metodología, el proceso docente educativo general y ante la vida, todo lo cual nos lleva a considerar en el contexto del presente estudio al currículo del ingeniero mecánico, como un proyecto flexible y sistematizado, basado en conceptos y principios que se corresponde con las situaciones sociales concretas del contexto educativo en el que se origina y desarrolla, dando respuesta a los problemas profesionales a partir de los cuales se erige, conllevando a la determinación y formulación de problemas, objeto, objetivos, contenidos, métodos, medios, formas y evaluación, con la finalidad de producir aprendizajes para toda la vida que se traduzcan en formas de pensar y actuar ante la solución de los problemas complejos que nos plantea la vida social y laboral, apoyados en las Tecnologías de la Información y Comunicación
En resumen al analizar las diferentes concepciones, que difieren entre si, se asume que el currículo tiene dos funciones diferentes: La de hacer explícitas las intenciones del sistema educativo y la de servir como guía para orientar la práctica pedagógica. El currículo incluye tanto el proyecto como su puesta en práctica; es decir, el término diseño del currículo es el proyecto que recoge las intenciones sociales que se traducen en el modelo del profesional, donde la investigación curricular favorece el perfeccionamiento de la práctica educativa desde una dimensión académica, laboral e investigativa.