Celestino Castaño Guillén
Los ganaderos cuentan con dos elementos de valor importantes para la realización de su actividad: los terrenos rústicos de Quercus(encinares) y los animales (el cerdo ibérico).
Estudiaremos en primer lugar el valor de los terrenos y posteriormente el de la cabaña ganadera.
12.5.1. Valoración de los terrenos rústicos.
El mercado de terrenos rústicos en España se ha caracterizado tradicionalmente por presentar escasa transparencia y con transacciones en las que no se tiene en cuenta el rendimiento esperado de la finca. Además, los inmuebles, y especialmente los terrenos, mantienen, en la mayoría de los casos, el valor en el tiempo sin que les afecte especialmente la inflación, lo que los hace atractivos como refugio del dinero opaco.
En cualquier caso, en términos generales, el valor de las cosas guarda relación con algunos índices externos. En el caso de las fincas rústicas, podemos relacionar su valor con: la calidad de la tierra, el acceso por camino o carretera, la distancia a la población, si hay arboleda, el precio del arrendamiento, la productividad, etc.
La anterior idea ha sido analizada históricamente por algunos autores, como Verdejo (1848), que enumera una serie de factores que en su opinión determinan el valor de los terrenos. Concretamente, agrupa estos factores en dos subgrupos, los correspondientes al terreno en sí mismos (la superficie, estructura y composición de la tierra) y los que tienen que ver con su disposición (situación, pendientes, exposición al sol, proximidad o distancia a la población, existencia de inmuebles, cercas, acequias, disponibilidad de agua, instalaciones eléctricas, climatología, etc.).
Calatrava (2000), encuentra que el valor de la tierra está directamente relacionado con la calidad de la tierra y su ubicación (aunque ésta solamente se manifiesta para terrenos muy cercanos al núcleo de población), e indirectamente con la superficie (el valor por hectárea y la superficie son inversas).
Cañas et al. (1995), comprobaron que el valor de compraventa de las fincas de secano y olivar se pueden obtener actualizando los aprovechamientos a un tipo del 1,33% y 2,48% respectivamente, mientras que en el caso del viñedo obtuvo un tipo del 4,65%.
Planteadas las principales características sobre la problemática que presenta la valoración de fincas rústicas y teniendo en cuenta que la tierra es un elemento con un peso relativamente pequeño en nuestro estudio, extraemos el valor de los mismos de las fuentes que consideramos más fiables. Así, la Administración Pública, para la obtención de fondos o la concesión de ayudas tiene valorada y calculada la extensión de las tierras (valor catastral ), aunque este valor no coincide con el de mercado. Paralelamente al Catastro, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, realiza la “encuesta de precios de la tierra”, que mide el valor y la evolución del precios medios de tierras libres a la venta y cuyo destino es el de su explotación agraria .
Para mantener la claridad en la exposición y no sobrecargar esta parte con datos poco relevantes para este trabajo, recogemos en el Anexo III los datos sobre los precios de la tierra y su evolución en los últimos años tomados de las estadísticas publicadas por el MAPYA.
Para nuestro estudio nos interesa preferentemente el valor y la extensión de la dehesa, por lo que nos centraremos exclusivamente en el examen de estos dos datos.
1. Valor de la hectárea de tierra de dehesa.
A la vista de los datos sobre valor contenidos en las tablas del anexo III y de acuerdo con las consultas realizadas a los expertos el valor de la hectárea de dehesa en Extremadura está comprendido entre 10.000 y 12.000 euros dependiendo de la extensión y otras características de las fincas enumeradas anteriormente.
2. Extensión de la dehesa .
Aproximadamente el 45% de la superficie forestal extremeña es dehesa, lo que equivale a una superficie de 1.429.958 hectáreas. De ellas, el 18% es dehesa densa y el resto normal. La encina (Quercus rotundifolia) es la especie arbórea más abundante (1.140.000 hectáreas, el 80% sobre el total), seguida del alcornoques (Quercus suber), y en menor proporción, el quejigo, además de otras quercineas y coníferas que suelen convivir con las más abundantes.
3. Aprovechamiento de la dehesa.
La dehesa produce principalmente el fruto de los Quercus y las hierbas, pero además produce: corcho, leña, caza, etc.
Las producción de bellotas media por encina y temporada está entre 5 y 14 kg, y por hectárea es aproximadamente de 250 a 700 kg., si consideramos 50 pies/ha. Esta cantidad de bellotas comidas por un cerdo ibérico se transforman en 41 kg (3,5 arrobas) de carne. Además, la bellota de mayor calidad nutritiva es la de la encina, seguida por la de quejigo, alcornoque y rebollo. Por otra parte, la producción de hierbas está comprendida entre 3.500 kg/hec y 12.000 kg/hec, siendo la época productiva más intensa la primavera. En el resto del año, suelen ser necesarias raciones adicionales de alimentos para el adecuado mantenimiento del ganado
La dehesa mantiene, en términos generales, dos tipos de ganado diferentes que conviven conjuntamente: el ganado porcino y ovino o vacuno. El porcino se centra en el aprovechamiento de la bellota y el ovino o el vacuno se dedica a los pastos, aunque el porcino también se alimenta de hierbas. En la dehesa, por tanto, predomina el manejo de ganado en régimen extensivo .
En cuanto a la localización de las dehesas en España, prácticamente se concentran en Badajoz (790.000 ha), Cáceres (635.000 ha), Córdoba (267.000 ha), Huelva (211.000 hec), Ciudad Real (191.000 hec), Sevilla (169.000 hec), Salamanca (133.000 hec), y Toledo (123.000 hec), además de otras provincias con menos de 100.000 hec, como Jaén, Granada, Cádiz, Málaga y Ávila.