Celestino Castaño Guillén
En líneas generales y siguiendo a Fernández (2004), los objetivos de la valoración dependen del fin que en cada caso se persiga:
1. Si la finalidad es la compra-venta:
a. El objetivo del comprador es conocer el precio máximo a pagar.
b. El vendedor, por el contrario, quiere conocer el precio mínimo a recibir de los compradores y una estimación de hasta cuánto pueden estar dispuestos a ofrecer.
2. Si la finalidad es conocer el valor de las empresas cotizadas en bolsa:
a. Tratar de comparar el valor calculado con la cotización de la acción en el mercado, para decidir vender, comprar o mantener las acciones.
b. Conocer los valores con más potencial de crecimiento y los más seguros para decidir la composición de una cartera rentable y segura.
c. Establecer comparaciones entre empresas. Los gestores de empresas quieren saber como gestiona la competencia el valor de sus empresas. También, si queremos tener una cartera bien diversificada por sectores, es necesario conocer las mejores empresas del sector, etc.
3. Si la finalidad es iniciar la cotización en bolsa, es necesaria la valoración para justificar el precio inicial al que se ofrecerán al público las acciones.
4. En el caso de las herencias y testamentos la valoración es necesaria para establecer partes equitativas y hacer consideraciones sobre los impuestos.
5. Si nuestro objetivo es tener un sistema de remuneración basado en la creación de valor, la valoración de la empresa o negocio es fundamental para cuantificar la creación de éste que es atribuible a los directivos que se evalúan.
6. Si nuestra finalidad es aumentar el valor la empresa debemos de:
a. Identificar a los impulsores de valor (value drivers)
b. Conocer el orden jerárquico de los value drivers.
c. Identificar las fuentes que activan y que inhiben los value drivers.
7. Si la finalidad es decidir sobre la continuidad de la empresa:
a. La valoración de una empresa y de sus unidades de negocio es un paso previo a la decisión de seguir en el negocio, vender, fusionarse, ordeñar, crecer o comprar otras empresas.
8. Si la finalidad es la planificación estratégica:
a. La valoración de la empresa y de las distintas unidades de negocio es fundamental para decidir qué productos/líneas de negocio/países/clientes hay que mantener, potenciar o abandonar.
b. La valoración permite medir el impacto de las posibles políticas y estrategias de la empresa en la creación y destrucción de valor.
9. Si la finalidad es comprobar la evolución del valor de la empresa:
a. Verificar la gestión llevada a cabo por los directivos.
b. Establecer las políticas de dividendos.
c. Estudiar posibles emisiones de deudas.
d. Ampliaciones o reestructuraciones internas de capital.
10. Si la finalidad es un proceso de arbitraje, al ser el objeto de discordia el valor:
a. Es un requisito imprescindible para los jueces.
b. Ha de estar muy bien fundamentada para poder establecer una buena defensa ante la corte de arbitraje.