Celestino Castaño Guillén
En los mercados oficiales de cotización se utilizan dos modelos para la búsqueda del valor de las acciones, que manejan procedimientos conceptualmente contradictorios: el análisis fundamental y el análisis técnico.
El análisis técnico se basa en la representación gráfica de los precios que los títulos cotizados alcanzaron en los mercados de capitales con el objetivo de determinar pautas de comportamiento que permitan predecir sus movimientos futuros.
La principal herramienta que utiliza son las llamadas formas chartistas o diferentes figuras a través de las cuales el analista intenta detectar futuras tendencias de precios.
Las formas chartistas se dividen en dos grandes bloques:
- Las figuras de cambio de tendencia son las que indican que se va a producir un importante cambio en la tendencia, ya sea de bajista a alcista o de alcista a bajista.
- Las figuras de consolidación de tendencias indican que el mercado sólo está haciendo un alto en el camino (consolidando niveles), y que la antigua tendencia continuará vigente una vez finalizada y confirmada la figura.
No obstante, la teoría del mercado eficiente cuestiona y critica el análisis técnico, porque esta técnica supone que existe dependencia en las series de precios, mientras que la eficiencia del mercado postula que el mercado no tiene memoria, es decir, las series históricas de precios no se pueden utilizar para predecir los precios futuros.
El análisis fundamental por su parte, según García del Junco (1991), trata de averiguar el valor de los negocios partiendo de los datos suministrados por la empresa, enjuiciando en términos de rentabilidad y riesgo si un activo está sobrevalorado o infravalorado, en relación con sus posibilidades de generación de beneficios y su entorno económico.
En este sentido, el análisis fundamental estudia la información financiera y no financiera disponible públicamente, con especial énfasis en la información contable. De ella se deriva una predicción de activos necesarios para el futuro y de resultados contables, principalmente en términos de flujos de caja, con la finalidad de obtener el valor de la empresa por actualización financiera de éstos.
El fundamentalista estudia el valor de la empresa y espera que si es acertado, más tarde o más temprano, el mercado reconocerá el verdadero valor de la empresa, y hará que las acciones suban o bajen de precio para que valor y precio concuerden.
Según Martínez et al (2005), “el fundamentalista supone que existe un valor intrínseco para cada título que depende esencialmente del potencial de obtención de riqueza de la empresa”. Así, el análisis fundamental de un determinado valor requiere un detallado estudio de los estados contables de la firma, sus planes de expansión, sus expectativas futuras y las posibles variaciones del entorno socioeconómico que puedan afectar a la marcha de la empresa; es decir, el valor intrínseco se determina a través de un cuidadoso análisis y previsión de la economía, del sector, y de la empresa.
A continuación se analizan más detalladamente los pasos de este análisis:
a) Análisis macroeconómico
Su importancia es crucial para determinar las líneas básicas de las decisiones de la inversión. Las variables relevantes más habitualmente consideradas por los analistas desde el punto de vista macroeconómico son:
- El tipo de interés.
- El PIB y su distribución sectorial.
- El índice de precios al consumo.
- Los principales índices bursátiles tanto nacionales como internacionales.
- Otros (Demanda interna, Comercio exterior, Coste salarial, Déficit público ..
De las anteriores variables la más trascendente para determinar el valor de la empresa es el tipo de interés, ya que se utiliza de distintas formas:
- Por una parte, para obtener el tipo de interés sin riesgo, que está relacionado con el coste de oportunidad y, consecuentemente, sirve de referencia para la comparación de inversiones alternativas.
- Por otra parte, está relacionado con el marco de política macroeconómica que desarrolla el Gobierno.
Las fuentes de información de los anteriores datos son el cuadro macroeconómico elaborado por el Ministerio de Economía y por los Presupuestos.
b) Análisis sectorial
Tiene por objeto el estudio de los factores relevantes específicos del sector. El análisis sectorial supone básicamente el estudio de:
- Regulación y aspectos legales .
- Ciclos de vida del sector.
- Barreras de entrada.
- Estructura de la oferta y exposición a la competencia extranjera.
- Estructura de la demanda.
- Sensibilidad a la evolución de la economía: sectores cíclicos , acíclicos y contracíclicos.
- Exposición a oscilaciones en el precio.
- Tendencias a corto y medio plazo.
c) Análisis de la empresa
Tiene como fin la determinación del valor intrínseco de la empresa mediante el estudio de la información financiera y no financiera. Su base principal son los resultados empresariales y las perspectivas futuras de estos, por ser la raíz de la creación de valor, ya que el mercado descuenta rápidamente la información financiera pública y va evolucionando en función de las expectativas.
Esta fase del estudio precisa de la información obligatoria y voluntaria, financiera y no financiera, interna y externa de la empresa.
En el Gráfica 1 se representa el conjunto completo de la información requerida en esta fase.
Gráfica 1
El objetivo de los tres análisis anteriores es una recomendación de compra o de venta de la empresa analizada. El valor estimado por el análisis fundamental es el punto de referencia con el que comparar el precio de mercado de las acciones e identificar acciones sobrevaloradas o infravaloradas.
La amplia base informativa sobre la que se basa el análisis fundamental hace que el valor sea más coherente que el obtenido por el análisis técnico. No sólo el sentido común avala que el análisis fundamental esta mejor estipulado que el técnico, también las investigaciones empíricas de Givoly (1982) y O’Brien (1988) muestran esta superioridad en la predicción del valor.
Los analistas técnicos comparten con los analistas fundamentalistas el objetivo de búsqueda de los factores que permitan anticipar una subida o bajada de los precios de las acciones y otros activos financieros. Sin embargo, los analistas técnicos consideran que diferenciar precio y valor es una tarea innecesaria y laboriosa, pues lo que hace ganar o perder dinero al inversor de bolsa es el conocimiento anticipado del precio de la acción. A la vez éstos consideran que estimar el valor de una empresa según el análisis fundamental y esperar que el mercado lo reconozca puede llevar demasiado tiempo, incluso si el analista lleva razón, lo que no siempre ocurre. Por lo que, los analistas técnicos, proponen seguir gráficamente el precio de la acción, e intentar anticipar sus movimientos mediante el estudio de ciertas pautas que se repitan, o que indiquen movimientos al alza o a la baja de los precios.
Como conclusión debemos advertir que ningún de los dos métodos anteriores de análisis es infalible, sino que la situación óptima se obtendrá por el estudio compartido. En este sentido, la mayoría de los departamentos de análisis del mundo utilizan ambos métodos. Aunque aisladamente ambos métodos pueden ser válidos, utilizados conjuntamente proyectan una información total que confiere una mayor fiabilidad al resultado final.
En cualquier caso, la utilidad de un modelo es juzgada por la precisión de sus predicciones, estando ésta limitada por la disponibilidad de los datos. La obtención de los datos necesarios para obtener una buena predicción en la mayoría de los casos es costoso, por lo que la calidad del modelo viene determina por la relación entre la predicción y el coste.
La investigación iniciada en este estudio está dedicada al análisis fundamental del valor, por lo que a partir de aquí no volveremos a hacer referencia al análisis técnico.