Celestino Castaño Guillén
4.1 Introducción
En esta sección trataremos de explicar los distintos conceptos en los que se basa este método. En primer lugar, se estudiará que se entiende por flujo de caja, cuáles son los riegos de cada uno de ellos y las tasas a las que se descuentan, y posteriormente se estudiará su aplicación.
Este método de valoración es el más utilizado por los expertos en todo el mundo, ya que junto con el método de valoración de opciones reales es el mejor fundamentado teóricamente. Esto no quiere decir que otros métodos menos utilizados carezcan de interés, antes al contrario, son usados como contraste o comprobación. Los métodos de flujo de caja o el de opciones reales pueden obtener un valor muy preciso, en sentido de un número concreto, aunque no por ello este valor tiene que ser cierto.
La previsión de los flujos de caja se obtienen de las proyecciones de los ingresos y gastos del ejercicio; de los saldos cobrados a los clientes y pagados a los proveedores; de las necesidades de fondos que mantiene la capacidad operativa de la empresa a pleno rendimiento; de las necesidades de inversión o desinversión futuras; de la posibilidad de mantener, aumentar o disminuir el endeudamiento de la empresa, etc. Se basa, por tanto, en el análisis minucioso de cada uno de los factores que determinan la generación de liquidez. En este sentido, podemos decir que las valoraciones realizadas mediante la actualización de los flujos de caja incorporan una información más específica y elaborada en sus cálculos que el método de los múltiplos, los métodos basados en la contabilidad o los métodos mixtos. Estas ventajas hacen que el método de descuento de flujos de caja sea el más extendido y usado.
La mayor dificultad a la que se enfrenta el descuento de flujos es la incertidumbre del futuro. Aunque podamos conocer el valor más probable de cada uno de los factores que determinan el valor de la empresa, nunca tendremos certeza en el pronóstico .
La gestión diaria de las empresas ha demostrado a los administradores que hay tres elementos primordiales que no deben descuidar:
- El control de tesorería
- Los costes en los que han de incurrir diariamente para mantener el negocio en funcionamiento.
- El volumen de ventas.
Aunque a nivel impositivo o fiscal se presta gran atención al beneficio, éste es observado por los gestores con menos intensidad, como el fruto del correcto control de lo anterior. El buen gestor del valor de la empresa concentra su atención en cash flow a largo plazo, que es el verdadero generador de riqueza para los accionistas, no en los cambios de los beneficios de trimestre a trimestre .
Para Mascareñas (1999) el instrumento de medición de la riqueza, o valor, es el flujo de caja y no los beneficios contables. Los flujos de caja pueden reinvertirse, distribuirse como dividendos o cupones e, incluso, utilizarse para consumir. Con los beneficios no siempre se puede hacer lo mismo porque lo más probable es que no estén en forma líquida (recuerde que se obtienen mediante la diferencia entre ingresos y gastos de la explotación). Los flujos de caja se definen como la diferencia entre los cobros y los pagos habidos durante un determinado intervalo de tiempo.
Las decisiones financieras se basan en los flujos de caja incrementales. Este principio muestra que el valor de optar por una alternativa financiera en concreto viene determinado por la variación que ejercerá en el resultado futuro, con relación al valor que habría tomado éste de no haberse optado por ella. Sólo es importante de cara a la toma de decisiones la diferencia entre los resultados con dicha alternativa y sin ella; a esto se refiere la palabra incremental. La empresa sólo deberá acometer un proyecto si los pagos restantes necesarios son menores que los cobros futuros previstos.
Según este método, el valor del negocio se determina calculando el valor actual de las expectativas de flujo de caja que se generarán para un periodo determinado. Aunque normalmente se considera que los negocios tienen una duración indefinida, existen casos en los que la duración está previamente determinada, por ejemplo: una UTE (Unión Temporal de Empresas) para la construcción de una carretera. En tal caso se actualizarán los flujos de caja con este horizonte temporal. Si por el contrario, como es el caso general, la empresa tiene una duración indefinida, se realizan dos proyecciones: una que abarca hasta cinco o diez años, hasta que se considere estable el flujo de caja generado por la empresa; y una segunda, que se denomina valor residual, y que se obtiene de la actualización de una proyección indefinida de flujo de caja constante o creciente, a partir del último año actualizado en la primera proyección.