Andrés María Ramírez
De acuerdo con Cortés et al. (2002), respecto de la especificación de líneas de pobreza, el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (2002) presenta tres umbrales de referencia. El primero (línea de pobreza 1) está referido a la imposibilidad de los hogares de obtener una canasta alimentaria aun haciendo uso de todos los recursos disponibles; el punto de partida para la definición de los bienes nutricionales mínimos necesarios es la cuantificación de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) definida y calculada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) con la colaboración de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL); esta canasta está calculada para el ámbito rural y el urbano, a partir de la estructura de gasto de los hogares del estrato que obtiene los requerimientos mínimos de nutrientes. El segundo umbral (línea de pobreza 2) corresponde a cuando los recursos del hogar no alcanzan para adquirir el valor de la canasta alimentaria, más una estimación de los gastos necesarios en salud, vestido, calzado, vivienda, transporte y educación. El tercer umbral (línea de pobreza 3) se asocia a la imposibilidad de adquirir el valor de los bienes anteriores, más una estimación de los gastos no alimentarios considerados como necesarios en los patrones de gasto de la población; sobre este tercer umbral de pobreza, el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (2002) menciona literalmente que en esta clasificación se incluye “el consumo de bienes que no necesariamente forman parte de una canasta que mida la pobreza de manera estricta, ya que refleja los gustos y preferencias de los consumidores de ese estrato”, en donde se refiere a un estrato de referencia; además, el informe puntualiza que este criterio de pobreza incluye todas las necesidades de los primeros dos criterios, “más otras necesidades que satisfacen los hogares que deciden sus gastos sin grandes limitaciones de recursos económicos”.
Para las áreas urbanas se especifican 2220 calorías diarias por persona y 40 gramos de proteínas, y para las rurales 2180 calorías y 37 gramos de proteína, por persona por día. Para estos fines, se definieron como zonas urbanas los municipios que al menos tuvieran una población mayor de 15 mil habitantes, que tuvieran un total de más de 100 mil habitantes y/o que contuvieran la capital de la entidad y/o que formen parte de las áreas metropolitanas definidas por la Encuesta Nacional de Empleo Urbano. En las últimas, ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) consideró como zona urbana a las localidades de más de 15 mil habitantes
En su estudio sobre la evolución y características de la pobreza en México en la última década del siglo XX, Cortés et al. (2002) reportan que:
Línea 1. Considera a todos aquellos hogares cuyo ingreso es insuficiente para cubrir las necesidades mínimas de alimentación, equivalente a 15.4 y 20.9 pesos diarios por persona de agosto del año 2000, en áreas rurales y urbanas, respectivamente.
Línea 2. Incluye a los hogares cuyo ingreso es insuficiente para cubrir las necesidades de alimentación, así como para sufragar los gastos mínimos en educación y salud, equivalentes a 18.9 y 24.7 pesos diarios por persona del 2000, en áreas rurales y urbanas, respectivamente.
Línea 3. Se refiere a todos aquellos hogares cuyo ingreso es insuficiente para cubrir las necesidades de alimentación, salud, educación, vestido, calzado, vivienda y transporte público, equivalentes a 28.1 y 41.8 pesos diarios por persona del 2000, en áreas rurales y urbanas, respectivamente.
Considerando la definición del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (2002), en las áreas rurales en 2002 con un ingreso de $485.7, $843.2 y $1047.3 per capita mensual para las líneas de pobreza 1, 2 y 3, respectivamente, se encontró que 60.4% de la muestra (n=48) se ubicó en la línea de pobreza 1 (pobreza alimentaria); 89.6% en la línea de pobreza 2 (pobreza de desarrollo de capacidades) y 91.7% en la línea de pobreza 3 (pobreza de desarrollo de patrimonio).
En el Cuadro 53 se muestra la distribución del ingreso mensual per capita para la muestra de productores en el municipio. El ingreso per capita se obtuvo dividiendo el ingreso mensual entre el número de miembros de la familia.
Al reclasificar los rangos reportados por el Comité Técnico Mexicano para la Medición de la Pobreza, se obtiene la distribución de frecuencias por línea de pobreza (Cuadro 54). Se observa que más de 66% de la población se ubicó en la línea de pobreza alimentaria. A partir del ingreso disponible al mes por el responsable de la unidad de producción, del número de miembros de la familia se obtuvo el ingreso mensual per capita y del ingreso umbral entre las líneas de la pobreza, se obtuvo la clasificación que se muestra en el Cuadro 54.
Cabe mencionar que según Esquivel y Huerta (2007), el ingreso per capita mensual para el área urbana es de $672.0 y de $495.0 en la rural para la línea de pobreza 1. Para la línea de pobreza 2 estos autores mencionan $793.0 y $587.0 per capita mensuales para las áreas urbanas y rurales, respectivamente, y de $1367.0 y $ 946.0 para la línea de pobreza 2 en las áreas urbanas y rurales, respectivamente, (pesos de referencia del año 2002). Si se consideran estas últimas cifras, las proporciones por tipo de línea de pobreza son 69.9, 77.1 y 88.5% respectivamente. Excepto la línea 1, el porcentaje de las otras líneas es inferior que las registradas en el Cuadro 55, y ambas indican que 70% de los productores no producen, incluso, para satisfacer sus necesidades de alimentos.
9.2.3 Tipificación según la clasificación de Janvry, (1995)
Para esta clasificación se procedió con la población de 3988 productores de Huamantla; al no disponer de la división de la superficie en cuanto a tenencia ejidal y pequeña propiedad, se determinó sumar la superficie, de modo tal que las cinco categorías que resultan son:
• 0.0 ha,
• ≤ 5.7 ha,
• 5.7 - 19.5 ha,
• 19.5 - 65.0 ha,
• >65.0 ha.
y los resultados obtenidos se muestran en el Cuadro 56.
Si se considera solo las primeras clases de estas tipificaciones, es decir, infrasubsistencia y subsistencia, de CEPAL (1982), líneas de pobreza 1 y 2, del Comité Técnico Mexicano para la Medición de la Pobreza, y de infrasubsistencia y subsistencia de Janvry, A. de, (1995), se obtiene que, en promedio 95.3% de los productores agrícolas se clasifican como de infrasubsistencia y subsistencia.