Andrés María Ramírez
Esta investigación tiene que ver con las actividades agrícolas que realizan los productores campesinos, especialmente los de subsistencia, aunque puede tener la misma utilidad para el resto de los productores, y con la disponibilidad de herramientas metodológicas que les pueden ser de utilidad para mejorar la planeación de ellas; también se relaciona con los factores de suelo, clima y topografía que afectan la producción de cultivos y con los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y la evaluación multicriterio (EMC). Por tanto, se considera que es pertinente definir algunos conceptos que se usarán en el presente trabajo, a fin de dar claridad a los objetivos de: identificar las estrategias de sobrevivencia de los productores que intervienen en el proceso de toma de decisiones agrícolas; tipificar socioeconómicamente a los productores agrícolas temporaleros, establecer relaciones a partir de la información disponible sobre el efecto de los factores de suelo (profundidad), topografía (pendiente), clima (precipitación, sequía, temperatura, heladas) y manejo (cultivos, variedades, fecha de siembra) sobre la productividad del cultivo de maíz; y realizar la evaluación EMC considerando variables de suelo, topografía, clima y manejo para estratificar la aptitud de la tierra para la producción de maíz de temporal y que ello pueda ser considerado en el modelo de toma de decisiones de los productores y las instituciones del sector público.
4.1 Unidad familiar rural
La población rural está organizada en unidades familiares conformadas por un jefe de familia, la esposa, los hijos y otros familiares; esas unidades se ubican en comunidades rurales y tienen o no tierras para la producción agropecuaria y forestal y medios de producción; sus actividades las desarrollan en sus parcelas, o bien, son de naturaleza extrafinca, de tiempo completo o de forma temporal y la producción agropecuaria o forestal, sujeta a riesgos climáticos y económicos, se destina al autoconsumo mayormente y al mercado en menor medida, para adquirir bienes o servicios necesarios a la unidad familiar y todo ello fundamenta su existencia y contribuye a su reproducción social (Wittgenstein, 1988).
4.1.1 Unidad campesina familiar
Entre las actividades que realiza la unidad familiar se encuentran desde la agricultura, cría de animales, artesanías y comercio a pequeña escala hasta el trabajo asalariado (venta de fuerza de trabajo) en las empresas capitalistas agrarias, servicio doméstico, la construcción, la industria manufacturera, etc. (Jiménez, 1987; Díaz, 2002). Para distribuir la fuerza de trabajo, que es el principal bien capital que posee, la unidad familiar se basa en la estructura conformada por sus miembros, género y sus edades; ya sea remunerado o no, dentro o fuera de la unidad de producción, participa en el trabajo la mayoría de los miembros de la familia (Zapata y López, 1996; Díaz, 2002).
4.1.2 Estrategias de sobrevivencia campesina
Una estrategia hace referencia a la formulación de tareas organizacionales básicas, propósitos, objetivos y políticas para lograrlos, así como los métodos necesarios para asegurar que se implementen las actividades para alcanzar los fines deseados (Galbrait y Kazanjian, 1978; Steiner et al., 1982; Székely, 2005). Referida a la unidad familiar, la estrategia se define como la capacidad que tienen los miembros para, por un lado, autoabastecerse de los alimentos básicos y, por el otro, asegurar la reproducción de la unidad familiar, instrumentando para ello mecanismos de respuesta al modo capitalista de producción (Pérez, 1997); normalmente subestimada y subvalorada, dentro y fuera de la unidad familiar, la intensa labor doméstica de la mujer en el hogar actúa como una estrategia de supervivencia de la unidad familiar al impedir la desintegración de la unidad familiar por su ausencia (Zapata y López, 1996).
Las estrategias de sobrevivencia hacen referencia a acciones y actividades económicas, sociales, culturales y demográficas que las unidades familiares campesinas siguen para hacer frente al problema del acceso a recursos y satisfactores de sus necesidades básicas, y asegurar la sobrevivencia y reproducción social (continuar siendo campesino), tanto al interior de la unidad de producción como en su relación con el modo de producción capitalista (Barlett, 1984; Díaz, 2002; Ibarra, 2005). En otras palabras, las estrategias son respuestas de los campesinos a las condiciones ecológicas, tecnológicas, socioeconómicas y políticas que limitan su sobrevivencia y reproducción (Ibarra, 2005).
Con relación a la unidad familiar campesina, se pueden distinguir algunas estrategias como producir para asegurar el autoconsumo de alimentos; diversificar las fuentes de ingreso familiar mediante la venta de la fuerza de trabajo, etc.
Tal vez resalta por su importancia el concepto de la estrategia de diversificación de la fuente de ingreso para complementar los ingresos obtenidos dentro de la unidad de producción; por ejemplo, Taylor y Núñez (1999) encontraron con campesinos del estado de Michoacán que mientras que el peso del ingreso agrícola (maíz y frijol y cultivos comerciales) en el ingreso total de los hogares era de 22%, el ingreso proveniente de las actividades no-agrícolas locales fue de 23%, y el aportado por el trabajo asalariado (local y regional) fue de más de 37%. Además, las remesas enviadas por los miembros emigrantes del hogar (nacional e internacional) explicaron casi 15% del ingreso total de los hogares. Estos autores concluyen que si se toma en cuenta que cuando menos 50% de los salarios proviene del trabajo realizado en actividades no agrícolas, aproximadamente 55% del ingreso de los hogares encuestados proviene de fuera del sector agrícola. En el mismo tenor coinciden Janvry, A. de, y Sadoulet (2002), quienes afirman que, en promedio, las actividades desarrolladas fuera del predio agrícola generan más de la mitad de los ingresos de los hogares agrícolas en el sector ejidal mexicano; según estos autores, la mayoría de los pobres de las zonas rurales realizan actividades fuera del predio porque no tienen acceso a extensiones de tierra suficientes como para hacer de la agricultura una estrategia de ingresos viable y porque las fallas de mercado en materia de créditos y seguros los impulsa a estas otras actividades para diversificar los riesgos y procurarse fuentes de efectivo que emplearán en la agricultura.
Como se menciona antes, las estrategias mencionadas tienen como objetivo final la sobrevivencia de la unidad familiar, así como la solución de limitaciones en el proceso de producción agropecuaria (Ibarra, 2005; Pérez, 1997; Zapata y López, 1996; Silva, 1993).