Tesis doctorales de Economía


LOS FACTORES DE LA ALTERNANCIA EN TLAXCALA. 1991-2001

Angélica Cazarín Martínez



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III.4..2.3 Municipios en donde la participación electoral tiene tendencia a mantenerse.

Estos municipios son 14 (ver Mapa # 3, al final del capítulo) y conforman el segundo grupo en importancia. Sus variaciones están entre más y menos cinco puntos porcentuales, por lo que son mínimas. Lo que destaca de este grupo es que la mayor parte de estos municipios son de alternancia, 13 de los 14. Nunca votan más ni menos, en general, pero parece que no siempre se vota por el mismo partido.

Esta afirmación es importante, pues muestra una población que puede estar valorando con seriedad el papel de sus autoridades y partidos y, en consecuencia, modificar su voto.

En este grupo tenemos lo mismo a municipios con mucha población (Chiautempan), industriales y urbanos, que municipios pequeños y rurales.

En la gráfica siguiente, podemos ver las variaciones.

Sin duda, no encontramos aquí ninguna relación entre la participación y la alternancia, que permita ser generalizada. Sólo hay un municipio sin alternancia y es de los nuevos, por eso no hay dato en 1991. Si hacemos excepción de los datos de 1991 y el excepcional 1996, las cifras permanecen cercanas entre sí.

III.4.2.4 Municipios en donde la participación electoral no muestra tendencia definida.

Estos son la mayoría en el estado, son 26, repartidos por toda la entidad (ver Mapa # 4 al final del capítulo) y nos muestran lo que nos parece es la realidad del estado: mucha volatilidad en la participación, decisiones cambiantes en los electores y, por lo tanto, volatilidad del voto, con los cambios que ello implica y que a veces carecen de toda lógica. Todo tipo de municipios, desde los urbanos e industriales y de mayor población, hasta los rurales, agrícolas y de poca población están en esta categoría, lo que impide, al igual que en las categorías anteriores, sacar alguna conclusión generalizable.

Parecería obvio que en donde no hay tendencia definida en la participación electoral, no fuera posible sacar una conclusión que asociara a la variable participación con la alternancia, pero ésta podría ser una relación pertinente, si encontráramos a la mayoría de los municipios con o sin alternancia aquí incluidos, pero tampoco es el caso. No hay duda que la carencia de constantes es la única constante.

No encontramos además, ningún comportamiento que los asocie entre sí. La única regla visible y que se presenta como constante, la encontramos de una elección a otra (de 1994 a 1998, todos aumentan su participación y de 1998 al 2001, todos la bajan) y puede ser influida por tratarse, en 1998, de elección para gobernador y en donde se presentó la primera alternancia en el poder ejecutivo del estado, a diferencia de las otras, que fueron intermedias o no incluían la elección de titular del ejecutivo.* Llama la atención el que sólo tengamos aquí a dos nuevos municipios, lo que quiere decir que de los 16 nuevos, la mayoría tiene comportamiento constante, a excepción de los dos aquí incluidos.

Por otro lado, si distinguimos, siguiendo el cuadro # 13, entre los municipios aquellos que son de alternancia de los que no son de alternancia, vemos lo siguiente:

La principal y tal vez única diferencia está en la elección de 1996, a lo cual nos hemos referido ya en varias ocasiones. Las demás muestran mucha cercanía y coincidencia en sus datos, un poco mayor en 1991. Pero eso sí, con tendencias similares.

La gráfica anterior (# 5), es elocuente y refuerza lo afirmado atrás. Al igual que en las observaciones hechas en los apartados anteriores, no encontramos ninguna relación entre la participación electoral y la alternancia.

De todas estas clasificaciones podemos concluir los siguiente:

1.- Las diferencias en el comportamiento de la participación electoral, no inciden directamente en la alternancia en los municipios estudiados. Ni siquiera se establece alguna relación con algún partido. Si nos detenemos solamente en los municipios con alternancia encontramos, a diferencia del total, la siguiente distribución:

Es claro que la dispersión se presenta tanto para todo el estado, como para los 41 municipios en alternancia. El único dato que consideramos tiene variación es la presencia de municipios con alternancia cuya tendencia en la participación electoral no tiene variaciones significativas, se mantiene. A diferencia de lo que vemos en el estado, en los municipios con alternancia que aumenta, empatando incluso a los que no presentan ninguna tendencia definida. No obstante, al comparar este dato con los demás de la clasificación, encontramos que no hay una relación significativa.

2.- Si analizamos con detalle el comportamiento de la participación electoral, por elección, y nos detenemos en los partidos (ver cuadro # 16), revisando cuáles son los que sustituyen y los sustituidos, encontramos también mucha dispersión y ninguna constante, pues lo mismo encontramos municipios en donde un partido ha sustituido al otro y luego aparece un tercero sustituyendo a los dos anteriores. Son sólo cinco casos en donde, en la alternancia, ha permanecido el mismo partido, sea en un periodo inmediato o en uno salteado (Apetatitlán de Antonio Carvajal, Coaxomulco, Mazatecochco de José Ma. Morelos, Santa C. Ayometla y Santa Apolonia Teacalco).

Claves de participación electoral: A: Al Alza, B: A la Baja, E: Se mantiene estable, I: Sin tendencia definida.

3.- La dispersión tan amplia en la participación electoral, no nos permite validar la hipótesis de que a mayor participación electoral, se presenta alternancia. Esto sólo sucede en el 25% de los casos. Por el contrario, tendríamos que afirmar que no hay o que es mucho muy baja, la relación entre participación electoral y alternancia en los 41 municipios que, en las elecciones locales entre 1991 y 2001, tuvieron presencia de alternancia.

Tlaxcala está, en lo que a elecciones en gobiernos locales (municipios) se refiere, iniciando su camino en la alternancia. Es, como lo podemos ver en el cuadro # 16, hasta la elección de 1998, cuando se generaliza y diversifica la presencia de la oposición en las presidencias municipales. El parteaguas puede representarlo la elección de 1998 pues la fractura del PRI para conformar la alianza que encabezó el PRD, fue un evento fuerte, situación que se extendió a las elecciones municipales y en el 2001 se confirmó, pues 27 municipios presentaron alternancia en esta elección. En las pasadas elecciones del 2004 la tendencia siguió y 46 municipios presentaron alternancia, con lo que confirmamos que el fenómeno permanece.


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