Leandro Sánchez Zepeda
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II.3. Región, territorio y desarrollo endógeno
Desde la segunda mitad de la década de 1970, la región alcanza relevancia como fuente de ventajas competitivas en la economía política de la globalidad . Scott y Storper señalan que hay razones suficientes para concebir la región como un entorno de coordinación económica, como una base fundamental de la vida económica y social, o como un motor indispensable del capitalismo contemporáneo . Esta situación coincide con la aparición de nuevas geografías de organización de la producción y con dispositivos de regulación pública, económica y social que en conjunto reúnen características distintivas y especiales como regiones flexibles . El surgimiento de la región como categoría analítica de interés político y económico para los países desarrollados está asociada a tres aspectos:
Primero. La abundancia de estudios empíricos sobre economías de ámbito regional son la base para considerar la región como unidad de análisis prioritario en el diseño de políticas .
Segundo. La aparición de nuevos desarrollos teóricos inspirados en enfoques socioeconómicos e institucionalistas que proveen a la idea de territorio y región de un nuevo marco conceptual. En dicho marco la proximidad geográfica es una importante fuente de ventajas competitivas para las empresas y redes de empresas, ventajas que derivan de la existencia de economías externas y de la reducción de los costes de transacción.
Tercero. Los efectos directos e indirectos de la globalización sobre las economías a distintas escalas territoriales han promovido la aparición de un nuevo escenario donde los estados nacionales pierden cuotas de poder y capacidades a causa de fuerzas e instituciones que operan en distintos sentidos: desde arriba (plano supranacional), desde abajo (plano regional/territorial), y lateralmente poderes de mercado y capital global. En este contexto, la región como concepto absoluto no existe . En su acepción más general se asimila a un espacio económico y político más amplio perteneciente a un territorio que directa o indirectamente depende de un gobierno. Debido a su carácter eminentemente social, la región hace referencia a un concepto espacial de fronteras difusas con contenidos políticos, económicos y sociales variados.
Los aspectos señalados y los intereses que aparecen en el proceso de construcción de una región se enfrentan a tres tipos de problemas: i) Los intereses no coinciden necesariamente entre sí, lo que dificulta el diseño y aplicación de políticas, ii) Los intereses pueden ser contradictorios entre sí y, por tanto, una política podría incluso generar tensiones y conflictos, y iii) Sus fronteras no siempre coinciden con la división administrativa de los estados nacionales o comunidades autónomas.
Actualmente, al contrario de lo que plantea el análisis espacial clásico, se considera que el territorio no es homogéneo ni neutral. La localización y desarrollo de las actividades productivas o asentamientos de la población no se producen al mismo tiempo ni en todos los lugares . La población y las actividades productivas tienden a concentrarse por las ventajas derivadas de la aglomeración. Por tanto, una vez iniciado un proceso de desarrollo en un lugar, la tendencia general no es la convergencia en términos de renta y disminución de desigualdades, sino que las fuerzas de mercado benefician a las áreas que cuentan con ventajas. Así, en ausencia de mecanismos correctores, el espacio propicia un desarrollo desigual .
La naturaleza territorial o local del desarrollo se ha mantenido largo tiempo en una situación de marginalidad teórica que en las últimas décadas tiende a revertir. Hoy se sostiene que la crisis del fordismo facilitó el redescubrimiento teórico de las formas de producción flexibles a escala local. No hay razones suficientes para identificar el desarrollo económico local como un modelo postfordista contrapuesto a la gran empresa. En realidad dicho modelo resalta los valores sociopolíticos, culturales, de identidad, diversidad y flexibilidad propios de formas de producción basadas más en las características de un territorio determinado que en las de los procesos productivos a gran escala .
En este ámbito surgen nuevos planteamientos en la teoría del desarrollo con fin de dar respuesta a las disparidades de crecimiento entre países, disminuir la incertidumbre económica, aumentar la competitividad empresarial y establecer un cambio institucional mediante una utilización más eficiente y racional de los factores endógenos de cada territorio. Nace así un nuevo paradigma: el territorial.
El territorio ya no se define como soporte de las actividades económicas o de los factores de la producción, ni como distancia entre dos puntos o como fuente de costes para los factores productivos. Ahora ha de entenderse como el conjunto de agentes y elementos económicos, socioculturales, políticos e institucionales originados y regulados de un modo correcto y que interactúen entre sí; cuyo principal respaldo son las teorías del desarrollo endógeno (distritos industriales, sistemas productivos locales, potencial endógeno, medios innovadores ...). Con él se abren nuevos caminos para encontrar formas más flexibles de acumulación y regulación de capital en los procesos de crecimiento y cambio estructural .
En el presente trabajo se consideran como sinónimos los términos desarrollo local y desarrollo endógeno. Para su comprensión se adoptan dos definiciones de aceptación generalizada: Primera: “Proceso de crecimiento y cambio estructural que mediante la utilización del potencial del desarrollo existente en el territorio conduce a la mejora del bienestar de la población de una localidad o región. Cuando la comunidad local es capaz de liderar el proceso de cambio estructural, la forma de desarrollo se puede convenir en denominarla desarrollo local endógeno” ; y segunda: “Proceso de transformación de la economía y de la sociedad de un determinado territorio orientado a superar las dificultades y exigencias del cambio estructural en el actual contexto de creciente competitividad y globalización económica, así como de mayor valorización de la sostenibilidad ambiental, a fin de mejorar las condiciones de vida de la población de ese territorio” .
Ambas definiciones se complementan y resaltan el aprovechamiento del potencial de desarrollo de un territorio (recursos económicos, humanos, institucionales y culturales) y las economías de escala no explotadas para elevar el bienestar de su población. El hecho de que cada territorio posea rasgos propios diferenciados (estructura productiva, mercado de trabajo, sistema educativo, una capacidad empresarial concreta, conocimiento tecnológico, dotación de recursos naturales e infraestructuras, sistema social y político, tradición y cultura) sobre los que basar su desarrollo cambió la teoría del desarrollo económico . Ya no se parte del crecimiento centro–periferia sino de las posibilidades económicas y sociales de cada territorio, lo que multiplica la cifra de procesos de desarrollo a tantos como territorios identificados con rasgos propios diferenciados se identifiquen. El desarrollo endógeno también resalta los procesos de acumulación de capital en los territorios y aborda la problemática del desarrollo más allá de la visión tradicional que lo ligaba exclusivamente a la función de producción.
El objetivo fundamental del desarrollo endógeno es transformar el sistema productivo aprovechando el potencial endógeno del territorio (ciudades) mediante inversiones de agentes privados y públicos bajo el control de la comunidad local maximizando el papel de las microempresas y pymes; y aprovechando las oportunidades que brinda el comercio exterior. Tales oportunidades derivan de la proximidad a áreas con marcado dinamismo externo o a grandes empresas ubicadas en el mismo territorio que permiten desarrollar estrategias para internalizar los efectos favorables procedentes de las redes de subcontratación de proveedores locales . Los procesos de desarrollo endógeno presentan tres dimensiones analíticas:
i) Económica. Representada por un sistema de producción que facilita elevar su competitividad mediante el uso más eficiente de los factores productivos, generar economías de escala y aumentar la productividad.
ii) Sociocultural. El sistema local de interrelaciones económicas, sociales y de instituciones locales que sirven de base al proceso de desarrollo.
iii) Político-administrativa. Las iniciativas crean un entorno local favorable a la producción orientado hacia el desarrollo económico sostenible.
En suma, el desarrollo endógeno se logra a través de la utilización del potencial del desarrollo local y también, mediante la incorporación de las economías externas derivadas de: Densidad del tejido industrial, organización flexible de la producción, desarrollo urbano y las innovaciones y difusión del conocimiento (Gráfico II.1.).
Veamos en que consiste cada uno de ellos:
i) De las innovaciones y difusión del conocimiento dependen el desarrollo económico y la dinámica productiva. Por ello, la acumulación de capital se identifica con acumulación de tecnología y conocimiento .
Gráfico II.1.
Determinantes del desarrollo endógeno
Fuente: Vázquez (2000b).
ii) La organización flexible de la producción es uno de los factores claves del proceso de acumulación de capital en los sistemas productivos locales. La esencia no radica en si son empresas grandes o pequeñas las que conforman el sistema productivo local, sino en la organización del mismo.
iii) Desarrollo urbano del territorio. En la etapa actual, caracterizada por una creciente globalización de la producción y un aumento en las actividades terciarias, los territorios (ciudades), se han convertido en el espacio de referencia para el desarrollo económico local .
iv) Densidad del tejido institucional. El desarrollo de una economía lo abordan agentes sociales con una cultura y mecanismos organizativos propios. Cada sociedad impulsa su desarrollo a partir de instituciones y formas específicas de organización que impulsarán u obstaculizarán las diversas actividades económicas.
Los estudios sobre distritos industriales confirman la existencia de una red de empresas locales que permite crear una multiplicidad de mercados internos y de áreas de encuentro que facilitan los intercambios de productos, servicios y conocimientos . Por ello, el desarrollo económico local arraiga en territorios con un sistema institucional avanzado y complejo.