EL CONTROL SUBJETIVO DEL PROCESO DE TRABAJO
María Elizabeth Rosa Zamora Ramírez
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CONCEPTOS BÁSICOS PARA LA COMPRENSIÓN DEL MANEJO SUBJETIVO DEL CONTROL EN EL PROCESO DE TRABAJO
La puesta en juego de las prácticas laborales necesarias para cualquier acción exige capacidad de decisión de los trabajadores. Ahora bien, las formas en que se toman las decisiones varían dentro de un espectro muy amplio, no sólo de un tipo de trabajadores sino en el interior de cualquiera de ellos, según el nivel de las acciones consideradas.
La toma de decisiones formal en las organizaciones está estructurada por procedimientos y reglas que especifican roles, métodos y normas, cuya función estaría basada en el aligeramiento de procedimientos de información para problemas complejos, incorporación de técnicas eficientes aprendidas de la experiencia y coordinación de acciones y resultados de grupos diferentes de la organización.
La toma de decisiones, además, tendrá que identificar todas las alternativas disponibles, pronosticar qué consecuencias produciría cada una de ellas y evaluar esas consecuencias de acuerdo con objetivos y preferencias.
Las decisiones son compromisos para emprender una acción. Si bien las acciones son concretadas por los actores laborales en la cotidianeidad del trabajo, también es cierto que su configuración y afectación no se agota en el interior de esta esfera social, sino que debe aceptarse que la trasciende al formar parte, determinarse y coparticipar de y con una realidad laboral más amplia y compleja.
Al estar comprometidos entre ellos en el espacio del proceso de trabajo, las acciones de los trabajadores actúan de una forma determinada. En nuestra investigación la explicamos a través de la decisión que los trabajadores deben tomar para resolver imprevistos laborales o bien en los momentos de negociar su trabajo ante las nuevas formas de organización. La toma de decisión es una acción que proponemos parta de la experiencia laboral de los trabajadores, pero que considera, además, los elementos objetivos, el nivel formal de la empresa, considerando el sentido y comportamiento dinámico, dialéctico y contradictorio que surge en el espacio de lo laboral y, en particular, de los trabajadores, la organización y los procesos que la integran.
Cuatro son los aspectos en la toma de decisión que pueden suscitar fuertes reacciones laborales. En primer lugar, la complejidad del problema y la falta de claridad acerca de la organización del trabajo, provocan incertidumbre, lo que conduce a sentimientos de duda y confusión. En segundo lugar, las decisiones más consecuentes implican una cantidad de riesgo debido a la incapacidad de pronosticar o controlar el trabajo. Cuanto mayor sea esta percepción del riesgo mayor será el sentimiento de estrés. En tercer lugar, la selección que ha de hacer la organización afronta por lo común una multiplicidad de intereses personales distintos, lo que exige la creación de alianzas y negociaciones entre las partes interesadas. Cuando el “estira” y “afloja” es intenso o lleva a una confrontación los sentimientos de frustración o impotencia pueden hacer que quienes toman las decisiones entren en conflicto. En cuarto lugar, una brecha entre las aspiraciones personales y las trazadas por la organización pueden generar sentimientos de descontento o decepción
El conjunto de niveles, formas e instancias de decisión en la organización conduce a los trabajadores a la movilización de recursos de poder que le dan sentido a las prácticas laborales en una empresa, constituyéndose un sistema global de relaciones de poder que caracterizan al manejo subjetivo del control en el proceso de trabajo.
Las prácticas laborales pueden ser propias y ajenas. Son prácticas ajenas aquellas que indican el procedimiento y métodos de trabajo, así como las que conforman políticas laborales de trabajo. Son prácticas propias aquellas que forman parte del conocimiento, experiencia y habilidades de los trabajadores, construidas o aprendidas en la cotidianeidad del trabajo.
Si se relaciona el universo de prácticas laborales propias y ajenas, que caracterizan el manejo subjetivo del control en el proceso de trabajo en un momento dado, con la condición propia y ajena de las decisiones sobre esas mismas prácticas laborales, es posible establecer cuatro espacios dentro de las relaciones de poder diferenciadas en función del sistema del control en el proceso de trabajo. El siguiente cuadro muestra de manera sintética este planteamiento: