Liliana María Dieckow
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Se entiende por diversificación productiva a “una estrategia implementada por los productores agropecuario forestales con el objetivo de ampliar la variedad de producción y usos del suelo de su explotación, a fin de adquirir nuevos ingresos (monetarios) y hacer frente a las fluctuaciones de precio y climáticos de los productos tradicionales”. (INTA, 2001:3).
Según el INTA, la diversificación productiva puede ser de dos tipos:
a) Diversificación para autoconsumo: es la incorporación de nuevas actividades y
cultivos para incrementar los bienes de autoconsumo. Los productores la
consideran como una fuente de ingresos, pues reduce el egreso monetario de la
familia por la realización de compras.
b) Diversificación comercial: es la implementación de nuevas actividades rurales con el fin de comercializar su producto final e incorporar ingresos monetarios directos al grupo familiar. Con frecuencia surge de la diversificación para autoconsumo: por ejemplo las ferias francas. (INTA, 2001:3).
Uno de los rasgos de los productores rurales misioneros, independientemente de su nivel económico, es su relativa diversificación (Caminos, J.;1992:33). Las tendencias son claras: cuanto más grandes son las explotaciones, mayor es la especialización, con predominio forestal y por el otro lado, cuanto más pequeña es, tanto mayor es la diversificación espontánea y dependencia de cultivos anuales y actividades de granja.
Deben distinguirse los productores que diversificaron por la perdida de rentabilidad de la producción tradicional, asociado al valor comercial elevado de los nuevos productos que se denomina diversificación por oleadas de la diversificación mediante cultivos anuales para autoconsumo: lo más frecuente es hallar en una chacra dos o tres cultivos anuales con un cultivo perenne, generalmente yerba mate o té. De este modo, la combinación de cultivos y prácticas agrícolas complejiza las chacras, aunque la magnitud física de ella sea pequeña.
Por otra parte, diversas instituciones, tanto provinciales como nacionales, promueven en la actualidad la diversificación productiva en los establecimientos rurales, para incrementar el nivel de ingresos anual o asegurar un ingreso mínimo varias veces al año. Estas son alternativas exógenas o dirigidas a la unidad productiva que proponen beneficios económicos, que son diferentes a los considerados en la diversificación espontánea (por oleajes y para autoconsumo), planificados intra finca.
Las nuevas actividades, en general poseen una rentabilidad desconocida y un rendimiento a determinar (con algunas pruebas piloto- de ensayo y error- o pruebas de laboratorios).
Su puesta en práctica requiere de conocimientos y aprendizajes, además de inversión en instalaciones y maquinarias. En estos aspectos radica la fragilidad de las propuestas, más aún considerando que los productores evalúan simultáneamente la rentabilidad y el riesgo ante la posibilidad de realizar una inversión económica y establecen criterios de racionalidad que, con frecuencia, varían respecto de aquellos identificados por los decisores urbanos.