María de Lourdes Hernández Rodríguez
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INTRODUCCIÓN
A mediados del siglo pasado, con la perforación de pozos profundos capaces de suministrar hasta 100 litros de agua por segundo a una población que en otras épocas dependía de fuentes no ubicadas en su localidad, se estableció una relación de dependencia del hombre con un recurso natural hasta entonces percibido como inagotable, pero cuya demanda actual obliga a la sociedad a establecer nuevos planteamientos sobre su uso y valoración, con el fin de preservarlo.
El uso del agua subterránea en el mundo aumentó substancialmente, en especial en regiones con clima árido o semiárido, donde dependen de su suministro 77% de la población, 70% de la agricultura y un tercio de la industria.
A pesar de que el agua subterránea ha ido ocupando espacios en el desarrollo de la sociedad, las características propias, su disponibilidad, su almacenamiento poco visibles a la población, así como una apreciación social de éste recurso como bien de libre acceso y la incipiente planificación hidráulica Estatal en la materia han dejado a los particulares la responsabilidad del aprovechamiento de fuentes subterráneas. En cincuenta años su disponibilidad ha disminuido a tal grado que en ciertas regiones del mundo ya se considera como un recurso escaso y en otras hasta sobreexplotado.
Existe una vasta literatura que informa sobre la situación hidrológica del agua subterránea en el mundo, no así de estudios que abordan el fenómeno desde una perspectiva social, a pesar de que se ha encontrado que el abasto de agua esta relacionado con el uso, la disponibilidad y la gestión de la misma para llegar a una distribución equitativa del líquido.
Con base en lo anterior, el objetivo de este trabajo es conocer, cómo una sociedad ubicada en un territorio semiárido se reparte y utiliza el agua subterránea disponible, enfrenta su escasez y toma acuerdos para su mejor aprovechamiento.
El trabajo se presenta en siete capítulos, en el primero se describe el problema de investigación que da origen a éste trabajo y en el que se sugieren las cuatro dimensiones para valorar el agua: ambiental, social, económica e institucional.
En el segundo capítulo se describen las características de los usos del agua y las dimensiones en las que se desarrolló la necesidad de conocer como un recurso escaso es valorado por la sociedad, así como la polarización de los enfoques que la acreditan como un recurso de propiedad común contra una visión del agua como mercancía.
En el tercer capítulo se describen los cambios legales que ha tenido el aprovechamiento del agua subterránea en México y como éstos han abierto al mercado el aprovechamiento del agua subterránea.
El capítulo cuatro muestra la evolución del aprovechamiento del agua subterránea en México, sus fuentes de aprovechamiento y tipos de uso, mostrando además la situación en el estado de Tlaxcala.
En el capitulo cinco se describe la metodología de trabajo, el uso de herramientas como los sistemas de información geográfica, así mismo se describe cual fue el universo de trabajo, como se definió la muestra y los tipos de análisis que se realizaron a la información recopilada.
A continuación, el capítulo seis muestra los resultados encontrados en la investigación, lo que permitió encontrar las diferentes formas de valoración del agua subterránea por la sociedad tlaxcalteca durante los primeros tres años del siglo XXI, así como la percepción actual de los usuarios sobre la importancia del agua.
Finalmente, en el capítulo siete se concluye que Tlaxcala es una región pobre en agua subterránea en términos de disponibilidad y distribución, debido a que independientemente del valor social y ambiental que tiene el recurso, no existe una conciencia social ni institucional clara de la importancia de su conservación, hecho que se atribuye a la ausencia de planificación federal y estatal.
