María de Lourdes Hernández Rodríguez
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7.3.2. Ubicación de los pozos por uso y disponibilidad del agua
Un primer paso fue la localizaron de los 166 pozos finalmente muestreados , por acuífero, municipio y uso del recurso, encontrándose que 126 correspondientes al 76% se ubican en el acuífero Atoyac-Zahuapan, 15 que representan el 9% estan en el Soltepec y los 25 restantes pertenecen al acuífero Huamantla, con el 15% restante de la muestra. Es importante recordar que en esta etapa no se seleccionaron pozos del acuífero Emiliano Zapata por efectos de la variabilidad de la muestra, hecho que se aclaró en el apartado de metodología.
Por otra parte, para conocer la valoración del agua se consideró necesario identificar si existía relación ente el uso asignado por la CNA a través de la concesión respectiva y el realmente utilizado por los usuarios; en este sentido
Cuadro 19. Comparación del uso del agua según CNA y representantes de pozos
Fuente: Elaboración propia con base en CNA 2003ª y encuesta directa
como se muestra en el cuadro 19, se encontraron que en cinco casos identificados oficialmente como agrícolas los usuarios los utilizaban como agua para uso público-urbano y/o doméstico, y que un pozo declarado como doméstico ante CNA, en realidad era utilizado con fines agrícolas, mientras que en los usuarios de los sectores industriales y de servicios los registros de la CNA coincidan con el uso reportado por los usuarios del recurso. Con base en lo anterior se puede afirmar que el REPDA en Tlaxcala, cuanta con una base de datos confiable en términos del uso del agua subterránea en la entidad.
Por otra parte, en cuanto a número de pozos muestreados, 52.0%, pertenecen al público-urbano y doméstico, lo que implica que el agua subterránea en Tlaxcala se dedica principalmente al consumo humano directo; 39% al riego agrícola; 7.0% a la industria autoabastecida y 3% servicios (cuadro 20).
Cuadro 20. Uso del agua y su relación entre volúmenes concesionado y extraído
En este sentido, se observa cómo el agua para uso público-urbano y doméstico con 52% de los pozos registrados, es el único usuario que extrae más agua de la que tiene concesionada, con 0.15 Mm3. Cabe mencionar que si bien el volumen extraído de más de 79 pozos no representa una cantidad de agua significativa en el conjunto del recurso suministrado, sí es un indicador de la importancia que cobra para el consumo humano directo (independientemente del límite autorizado; además de las reformas a la LAN en abril de 2004, en las que se retoma la prelación del agua a favor del uso público-urbano y doméstico).
Por otra parte, es conveniente destacar que al analizar la información con base en el volumen de agua concesionado y oficialmente extraído, sólo existen datos disponibles en 92% de los casos. El 8% restante (nueve pozos público-urbanos y cinco agrícolas) no tienen registrada dicha información en el REPDA de 2003.
En cuanto a la agricultura, el mismo cuadro señala que aun en la muestra seleccionada, el riego sigue siendo el mayor usuario de agua subterránea en la entidad, con un volumen concesionado de 14.75 Mm3, aunque la extracción el ligeramente menor en 0.036 Mm3. Esta situación se debe a que en la práctica existen pozos cuya concesión no es totalmente utilizada, ya que el agua se usa para riego de auxilio o bien existen terrenos que no son irrigados, ya sea porque los agricultores no se encuentran en su lugar de origen o bien porque no pueden pagar las cuotas de riego.
De acuerdo con los datos oficiales, los usuarios de industria y servicios son los que menos agua concesionada tienen y menos agua extraen. Cabe mencionar que en el caso de los servicios, donde se encontraron pozos como el de “Baños Anita” en el municipio de Totolac, donde el agua no ha sido utilizada en los últimos diez años, ya que el servicio no se ofrece aunque el pozo sigue registrado ante CNA.
La perforación de pozos profundos en Tlaxcala coincide con lo que Arreguín (1998) identifica como la segunda etapa del desarrollo geohidrológico en México, que inicia en 1935 y concluye en 1966 con la creación de la Dirección de Aguas Subterráneas de la SRH, encontrándose evidencias en el acuífero Atoyac-Zahuapan donde, de acuerdo con la encuesta, el pozo con mayor antigüedad fue perforado en 1936, aunque la etapa más importante en dicho acuífero se presentó entre 1968 y 1979; situación que en el caso del acuífero Huamantla incluye el período de 1953 a 2000, mientras que en el Soltepec la perforación comienza hasta 1972.
Figura 11. Año de perforación de pozos por uso y acuífero
Con base la figura 11, se observa que la perforación de pozos en Tlaxcala se realizó con mayor intensidad a partir de los años sesenta, misma que coincide con la denominada tercera era de la geohidrología en México, se inicia con la creación de la Dirección de Aguas Subterráneas de la SRH y concluye con la emisión de la Ley de Aguas Nacionales en 1992 y su Reglamento de 1994. Coincide también con las fechas en que el Estado mexicano establece en la entidad seis zonas de veda, que hacen del estado un territorio en el que 73% de su área de acuíferos tiene restricciones para la extracción de agua subterránea (CNA, 1996a y 200b).
Paralelamente, en la misma figura se ilustra como las fechas de perforación de pozos fueron distintas según tipo de usuario. El uso público-urbano y doméstico, aunque con altibajos, tuvo dos períodos claves, primero entre 1970 y 1976 y después entre 1980 y 2001; los pozos agrícolas tuvieron su mayor impacto entre 1966 y 1984, con un ligero repunte a fin de siglo, mientras que auge de la perforación para uso industrial fue en los primeros años de la década de los setenta, mientras que el sector servicios ha tenido tres pequeños momentos, a inicio de los años sesenta, ochenta y noventa, sin que la cantidad de pozos sea significativa en el contexto global de la muestra.
En términos de espacio territorial, se encontró que sólo 16% de los pozos muestreados se encuentran en la zona de libre alumbramiento, ubicada principalmente en la región nororiente del acuífero Atoyac- Zahuapan mientras la mayor densidad de pozos esta en la parte centro-sur del mismo considerada como Zona de Veda desde noviembre de 1969 (mapa 11).
Al relacionar el uso del agua con los años de perforación de pozos profundos, se encontró que hace menos de 67 años empezó la extracción de agua para consumo humano directo; seguido de la irrigación, con 51 años; y en un tercer y cuarto lugar, los servicios con 33 años y el uso industrial con 25 años, respectivamente.
De 152 pozos en los que se identificó su profundidad, se encontró que también el uso público-urbano es quien cuenta con las perforaciones a mayor profundidad, con un promedio de 146 metros. Sin embargo, existen casos, como el de la cabecera municipal del municipio de Españita, localizada en la zona de disponibilidad G-4, con un pozo de 260 metros de profundidad, la ciudad de Huamantla, con un pozo de 250 metros de profundidad, ubicado en la zona de veda A-1 y la ciudad de Calpulalpan con la misma profundidad que el anterior, pero perforado en la zona de veda B-1 (mapa 11).
Mapa 11. Ubicación de pozos muestreados por zona de veda y profundidad
Los pozos para uso agrícola se han perforado a 140 metros de profundidad en promedio; de ellos cuentan con mayor profundidad los localizados en las zonas de veda C-1 al interior de los territorios de Benito Juárez y Sanctórum de Lázaro Cárdenas, así como en la A-1 en el área de Huamantla, Cuapiaxtla y Altzayanca, con pozos a más de 200 metros de profundidad y donde de acuerdo con el Plan Estatal Hidráulico 2000-2020, se localizan abatimientos de 1.5 a 6.0 metros en los estudios de la evolución del nivel freático en Tlaxcala de los últimos 12 años (CNA,1996 y CNA, 2000b).
Cuadro 21. Uso del agua subterránea por acuífero y año de perforación
Fuente: Encuesta directa
En el caso del uso industrial, tanto el pozo somero excavado a 15 metros, como el que tiene 200 metros de profundidad, se localizan en el municipio de Papalotla de Xicohténcatl y son utilizados en la industria química; mientras que los de servicios se localizan en los municipios de Apizaco, Tetlatlahuaca, Tlaxcala y Yahuquemecan, en la zona centro-sur del Atoyac-Zahuapan.
Como comentario final, cerca de 60% de los pozos registran una profundidad mayor a 138 m. y en todos los casos se trata de aquéllos destinados a uso agrícola o público- urbano, así mismo sólo 16% del total de la muestra, se han perforado en la zona de disponibilidad G-4 lo que indica que, o las zonas de veda no reflejan la realidad de la disponibilidad de agua en el estado o, pese a las determinaciones federales, la demanda es tal que obliga al Estado a otorgar concesiones de agua independientemente de los estudios de disponibilidad, lo que en ambos casos refleja un problema de planificación regional y de destrucción ambiental.