María de Lourdes Hernández Rodríguez
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3.7. La valoración del agua
La valoración es un atributo que el individuo confiere a un bien y que cambia de acuerdo a sus condiciones fisiológicas y psicológicas influenciadas por las vivencias contemporáneas de éste. Valuar significa tanto apreciar (desde un punto de vista subjetivo), como medir la importancia de un recurso para un individuo (Postel, 1994).
Matthews et al, (2001), señalan que a pesar que los procesos que determinan el valor del agua son imperfectos, su valoración debe cumplir con ciertos requisitos:
1. Ser accesible a todo ser humano en el calidad y cantidad necesaria para cubrir con sus necesidades básicas. Esto va más allá de los estandares internacionales definidos para asegurar el bienestar humano e incluyen aspectos culturales y religiosos.
2. Tener un precio accesible, en este sentido el Estado o quien provee el recurso debe partir de un proceso de planificación que incorpore elementos de asignación no económicos (equidad, preferencias sociales, calidad y cantidad ) y económicos (costos).
3. Incorporar sistemas dinámicos de gestión integrada (suelo-agua-ser humano).
4. Considerar la asistencia de expertos. Técnicos, administradores y usuarios por sector.
5. Desarrollar la capacidad de valoración en sí misma. A toda la población, incluyendo expertos.
6. Definir con claridad los derechos de propiedad, tanto los formales, establecidos por ley como los no formales o expectativas asociadas a usos y costumbres.
Fuente: Matthews et al, 2001
Figura 4. Elementos para valorar el agua
En este sentido, valuar el agua se perfila como un proceso continuo pero diferente en el tiempo ya que depende de las condiciones, preferencias, conocimiento de la gente, esto implica para Matthews et al, (2001) desarrollar en la población la capacidad de valorar la importancia del agua, a partir de la manera en que la usa y como esto afecta la calidad y cantidad de la misma. Asimismo, el autor considera que quienes toman las decisiones necesitan aprender como utilizar los métodos para medir el valor económico del agua, esto es; profesionalizar a los técnicos y tomadores de decisión para que éstos a su vez, tengan la capacidad de incidir en las medidas necesarias que llevarían a la población común a un mejor reconocimiento del valor de dicho recurso.
Con base en lo anterior, se concluye que valorar el agua es un proceso educativo que parte de la información existente sobre las dimensiones ambientales, sociales, económicas e institucionales de una región hidrológica determinada, llámese cuenca o acuífero, que depende de cada sociedad y de su interés por conservarlo.