5.2.2. Segunda Fase: 1986 a 1988.

Durante esta etapa se dio un salto cualitativo en lo que respecta a los vínculos que se presentaban entre la reforma y el mercado, y en este contexto, el significado que se asignaba, por vez primera, a una reforma industrial. Sabiendo que no había un documento programático que sirviera de guía a la reforma, esos planteamientos se pudiesen concretar en los siguientes puntos :

• El reconocimiento del sistema económico en China como de una economía que avanza hacia un mercado socialista con características chinas, dejándose de lado la otrora primacía del plan y se hace un reconocimiento explícito de que el “plan” y el “mercado” no son irreconciliables y que éstos pueden ínter penetrarse y combinarse.

• El reconocimiento de múltiples formas de propiedad en los medios de producción, y aunque se reconocía la predominancia de la propiedad social, se autorizaba y se promovía la presencia del sector privado como parte importante del crecimiento económico y del desarrollo social.

• Se propuso una reducción, aunque no una eliminación total, del gobierno en la asignación de planes y del control en la distribución de insumos, factores productivos y recursos naturales en las empresas estatales.

• Se considera que el Estado debe regular al mercado (la relación entre la oferta y la demanda), crear un ambiente económico y social apropiado utilizando primordialmente medios económicos y jurídicos necesarios para orientar a las empresas a tomar decisiones para su gestión.

• Se considera que los objetivos contenidos en el plan deben de ser flexible y marcar solo la pauta del crecimiento sin que la cúpula gubernamental exija a las empresas de montos y cuotas fijas de producción. Sin embargo, para la ejecución del plan el Estado se propone recurrir a los medios económicos y jurídicos.

• Se busca eliminar la forma de administración directa del gobierno hacia las empresas, cuya expresión mas clara estriba en la imposición, de arriba hacia debajo, de planes obligatorios. Se considera que dicha administración debe ir transformándose, de manera paulatina, en una administración indirecta, es decir, una mayor autonomía administrativa y la exigencia del cumplimiento de objetivos sobre la base de diversas modalidades de responsabilidad y formas de contratos.

• Sobre la base de la aplicación de un “sistema de contratación de utilidades”, durante esta fase se impulsa una separación entre la administración gubernamental y la supervisión del Partido de la dirección en las empresas propiedad del Estado, lo que permite, no solo liberar a las empresas del control de la administración estatal, sino que les da el derecho de decidir con respecto a sus operaciones, en la participación de utilidades y el control de sus asuntos administrativos. Los vínculos entre los propietarios y los gestores será en base al establecimiento de unos sistemas de responsabilidad en la gestión mismos que deberán definirse mediante un sistema de contratos y por medios jurídicos.

• Se promueve el establecimiento formal de un “sistema de doble vía”, es decir, la coexistencia de los mecanismos de planeación central y de mercado (una vía para cada mecanismo). Ello incluye la coexistencia de precios planeados y de mercado, asignación y distribución de recursos planeados y de mercado, empresas estatales, “no estatales” y privadas, joint ventures, etc. Aunque la pretensión estriba en que el Estado solo deba tener bajo su control un pequeño número de mercancías y servicios laborales y deje que los precios de la gran mayoría de los bienes restantes sean regulados mediante el mercado.