3.4.1. Primera fase 1966- 1970:

Los primeros años de la “Revolución Proletaria Cultural” se presentaron a la par que el Tercer Plan Quinquenal. Es característica de este periodo la implementación de acciones radicales en contra de “los representantes de la burguesía y los revisionistas contrarrevolucionarios” , por lo que miles de oficiales del gobierno y administradores de las empresas propiedad del Estado fueron despedidos o purgados. Los temores y la inseguridad tornaron imposible el desarrollo de una actividad productiva normal, por lo que los planes de crecimiento industrial fueron severamente trastocados, al grado que durante 1967-68, se suspendieron los planes económicos nacionales . El impacto de esta situación se dejó ver en las tasas de crecimiento negativas que se obtuvieron en la producción industrial (de –13.8% para 1967 y de –5% para 1968), y la contracción de las tasas de crecimiento en la producción del sector de la industria pesada. Para fines de la década, cuando la actividad política al interior del Partido, y de la sociedad en general, se normalizaba gradualmente, emergió un temor, cada vez más insistente, de una posible intervención armada del exterior, aunque ya no por la amenaza de siempre, los Estados Unidos, sino por el antiguo aliado: la Unión Soviética . En virtud de esa amenaza, la prioridad industrial asumida por el gobierno se estableció en función de la protección contra ese eventual ataque. En el Cuarto Plan Quinquenal esos temores se hicieron manifiestos y se hizo patente en los objetivos de industrialización, que consistieron en:

- Darle prioridad (de nuevo) a la industria militar y de defensa;

- Implementar una política rigurosa de relocalización de las industrias hacia las regiones del interior;

- Canalizar la mayoría de los recursos disponibles del Estado hacia la inversión en el desarrollo industrial del “tercer frente” .

Uno de los efectos de este cambio de política hacia la industria pesada se expresa en las tasas decrecientes del sector industrial en su conjunto, y de manera particular, en el importante decremento en las tasas de crecimiento del sector de la industria liviana, donde el valor de la producción decrece, de una tasa de 21.1% alcanzado durante el periodo de ajuste, a una tasa de 8.7% alcanzada durante este periodo, mientras tanto el sector de la industria pesada mantiene prácticamente inalteradas sus altas tasas de crecimiento.