CAMBIO INSTITUCIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR DE CHINA
SU INFLUENCIA EN EL SECTOR INDUSTRIAL
José Salvador Meza Lora
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Durante el periodo de transición la coexistencia de arreglos institucionales había sido un fuerte impulsor de la economía, en esta nueva etapa, la extensión y difusión de nuevos mecanismos institucionales de mercado se tornaban una imperiosa necesidad para continuar por el sendero del crecimiento y el desarrollo económico. Sin embargo, la transformación en algunos sectores, fuertemente enraizados en la sociedad y en la economía, mostraban los límites para el avance y consolidación de la reforma. El sector industrial, y de manera muy particular, las empresas estatales permiten ilustrar dichos límites
Dada la ineficiencia de estas empresas el Estado había aplicado variados mecanismos institucionales para superar lo que se consideraba su principal obstáculo, el carecer de una separación efectiva entre los derechos de administración y de control de las empresas con esas medidas se pretendía otorgarles una mayor autonomía, y por ende, hacerles responsables en el funcionamiento y el desempeño de la empresa. Sin embargo, con esas medidas solo se atacaba la forma y no el fondo del problema dado que no había una cesión efectiva de los derechos ni se afectaba la estructura misma de la propiedad. Como consecuencia los resultados fueron limitados y de una manera o de otra, se perpetuó la dependencia administrativa, pero sobre todo, financiera, de esas empresas con respecto al Estado. El continuar con la aplicación de estas políticas ambiguas en el sector de la industria estatal tuvo costos elevados y fuertes repercusiones desde el punto de vista económico y social, mismas que se van a sintetizar en presiones de tipo inflacionario coadyuvando al entallamiento de una primera gran crisis en el cenit mismo de la reforma económica, debido a que:
- En el marco de las nuevas reglas que establece el mercado, el ajuste relativo de precios y la competencia entre empresas de diversos tipos de propiedad, va a reducir la rentabilidad de las empresas estatales y se van a incrementar sus pérdidas. Dado que en esas empresas persiste la dependencia hacia el Estado, las burocracias administrativas van a responder solicitando mayores créditos al gobierno para enfrentar esas pérdidas. Paradójicamente, el aparato gubernamental es exigido de mayores créditos cuando sus ingresos se han reducido drásticamente dado que su fuente principal de ingreso dependía, precisamente, de sus empresas. Sin embargo, y contrario a una política racional pero congruente a un esquema socialista, el Estado, no solo va a seguir subsidiando las crecientes pérdidas de sus empresas sino que continuará con una política de inversión expansiva. Esta situación condujo a presiones inflacionarias dado que la reducción en los ingresos del Estado no fue acompañada por una reducción en los gastos comprometidos, especialmente en los gastos de inversión. El resultado directo es un incremento en el déficit el cual es financiado por saldos bancarios, los cuales conducen a un crecimiento excesivo de la liquidez .
Gráfica VI. 1
Gráfica 18
Fuente: Chinese State Statistical Burea, Chinese Statistical Yearbook, Beijing, varios años
La ambigüedad institucional en las empresas estatales, fue de las causas más relevantes, aunque no la única, que propicio esas fuertes presiones inflacionarias. Adicional a estas prácticas habría que tomar en consideración: el crecimiento acelerado de la producción industrial que incrementó la demanda de insumos productivos por encima de la oferta disponible en el mercado doméstico. Por otro lado, el crecimiento económico de mediados de 1980 tuvo un efecto positivo en el ingreso disponible de la población lo que repercutió en una creciente demanda de bienes de consumo por encima de la capacidad que se tenía la economía de producirlos.
El fenómeno de una inflación acelerada y sin control, de fines de la década de 1980, primera en su género desde que fue constituida la República Popular, se va a constituir en un factor detonante para la definición del nuevo rumbo sugerido para este país. Su presencia fue la señal inequívoca de una crisis que, necesariamente, replanteaba las transformaciones institucionales que se fueron sucediendo a partir de la reforma.