CAMBIO INSTITUCIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR DE CHINA
SU INFLUENCIA EN EL SECTOR INDUSTRIAL
José Salvador Meza Lora
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En términos generales quienes plantean la propuesta de “estado interventor”, apoyándose en la debilidad de los supuestos de la “ortodoxia” neoclásica y en el éxito resultante de la aplicación de políticas industriales en países, como Japón y los llamados países de “reciente industrialización” (Corea, Taiwán y Singapur, entre otros), subrayan el rol crucial del gobierno en el proceso de industrialización, sea complementando al mercado o generando acciones con la finalidad de crear “ventajas comparativas dinámicas”. Se justifica la intervención estatal en virtud del reconocimiento de fallas inherentes al mercado y de los problemas de coordinación en la asignación de los recursos. Por lo tanto con una determinada “política industrial” pretenden resolver esos problemas que no fueron resueltos de manera automática por el mercado . Una de las preocupaciones más relevantes del Estado al diseñar y aplicar una “política industrial” tiene que ver con la consecución de ventajas comparativas dinámicas. A través de estas ventajas el Estado identifica y promueve ciertas industrias y tecnologías que anticipan serán importantes para la competitividad y beneficiarán a la economía en el futuro . El objetivo de toda política industrial consistirá, precisamente, en construir las condiciones que permitan llevar a cabo acciones en el largo plazo para configurar una nueva estructura productiva. Estas ventajas comparativas dinámicas se distinguen de las propuestas por la política neoliberal en que éstas últimas tienen su origen en una previsión ex ante del Estado para la industria quien dirigirá su aplicación y estimulará al mercado para alcanzar la transformación deseable y lograr el desarrollo previsible del país en una economía vigorosa, dinámica y competitiva. Para que el Estado establezca e instrumente las medidas necesarias para la consecución de las “ventajas” descritas, requiere: ser un Estado fuerte, gozar de una cierta autonomía de las fuerzas sociales y económicas, estar aislado de las presiones de los diversos sectores, tener el control sobre un amplio rango de instrumentos políticos capaces de movilizar la asignación de recursos y tenga la capacidad de proveer de la mano de obra, así como, con la capacidad suficiente para la toma de decisiones de una manera independiente, de manera tal que le permita intervenir activamente en la implementación de las prioridades nacionales y en el establecimiento de las estrategias industriales. Una política industrial intervensionista, sin embargo, no se encuentra ajena a una serie de consideraciones y críticas:
- Por lo común se ejemplifica el éxito en la aplicación de una política industrial sobre la base de las experiencias vividas por algunos países. Sin embargo, es difícil precisar si el éxito fue debido a la aplicación de una política industrial o de si los logros se hubiesen podido alcanzar sin mediar la aplicación de política industrial alguna .
- Es posible que el dinamismo de la industria se deba a otros factores ajenos a la política industrial (tasa de ahorro, sistema educativo, cultura orientada a los negocios, etc.), que a la postre pudiesen conducir al mismo resultado si solo se hubiese dejado que actuaran libres las fuerzas del mercado sin la aplicación de una política industrial específica.
- Algunas objeciones, en la aplicación de una “política industrial” en la promoción de ciertas industrias estratégicas, consisten en: la limitada experiencia en los negocios de la burocracia estatal, en su incapacidad para prever los requerimientos de la estructura industrial futura y la carencia de información para escoger los “ganadores”, situación que conduce, en la mayoría de los casos, al fracaso en identificar los sectores industriales de “punta” y por lo tanto en hacer un uso inadecuado de los recursos .
- La aplicación de una “política industrial” induce a “fallas de gobierno” cuyos costos generados son, en una gran proporción, mayores que los costos que ocasiona el mercado.
- Da lugar al “patronazgo político” e induce a la “corrupción”. El apoyo que otorga el gobierno se destina a favorecer las empresas de quienes gozan de una mayor influencia, así también, la burocracia política que otorga favores a ciertos sectores industriales recibe de ellos” favores” y “canonjías diversas”. Esta situación genera distorsiones en la economía los que a la postre tendrán que ser cubiertos por la sociedad.
Dada su objetividad, estas críticas son reconocidas por los autores que privilegian una “política industrial”, sin embargo, consideran que los beneficios que se obtienen resultan ser mayores que los costos que conlleva:
La experiencia en los países del este de Asia ha mostrado que los beneficios pesan más que los costos, (en estos países) la política industrial no ha suplantado al mercado, sino que lo ha complementado