CAMBIO INSTITUCIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR DE CHINA
SU INFLUENCIA EN EL SECTOR INDUSTRIAL
José Salvador Meza Lora
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Al asumir el gobierno se le planteaban nuevos retos a la nueva dirigencia: recuperar el equilibrio económico, responder a las nuevas exigencias económicas y sociales del pueblo y alcanzar un nuevo consenso social. En la práctica, la burocracia conservadora solo pudo responder al primero de estos objetivos, en los otros dos, su incapacidad fue manifiesta. El deterioro en el crecimiento económico e industrial, el incremento en los niveles de desempleo, el deterioro en el nivel de vida de la población, etc. mostraban lo limitado de sus propuestas para incentivar la actividad económica y elevar los niveles de bienestar. Por otro lado, las inercias generadas por la aplicación de arreglos institucionales de mercado durante la reforma difícilmente podían ser frenadas. Vemos, por ejemplo como los mecanismos de descentralización habían permitido que las provincias acumularan recursos considerables incrementando con ello el poder e independencia de sus gobiernos respecto de la autoridad central. De ahí que el redimensionamiento de las propuestas conservadoras de centralización y planificación, tarde que temprano, entrarían en conflicto con los intereses de los gobiernos de las provincias y explica el insistente desacato de los gobiernos locales a las disposiciones de la autoridad central cuando consideraban que esas propuestas contrariaban sus intereses. Circunstancia que hacía difícil alcanzar un nuevo consenso.
A principios de la década de 1990, a la par que la economía se equilibraba y los índices de crecimiento se recuperaban del bache económico, las empresas propiedad del Estado, que el gobierno en turno buscaba apuntalar, se colapsaban dramáticamente, se va a presentar un fuerte antagonismo ideológico al interior del Partido en la búsqueda de un nuevo consenso. A diferencia de otros periodos, las transformaciones internas, así como un medio ambiente externo hostil al socialismo, tornaban particularmente difícil acceder a puntos de acuerdo. Para algunos estudiosos con tendencias conservadoras la elección entre “capitalismo o socialismo” parecía ser la única alternativa sobre la que se debía definir la estrategia a seguir. Por lo que consideraban necesario reforzar las instituciones del “socialismo” a fin de proteger la “evolución pacífica” seguida por china y enfrentar con dureza las fuerzas hostiles provenientes del exterior. Desde esta óptica, las instituciones que evocan al “mercado” se contraponen a los pilares institucionales del socialismo. Otros, sin embargo, consideraban que las políticas contraccionistas soportadas en las viejas instituciones de planificación y centralización eran precisamente las que obstaculizaban el desarrollo de las instituciones que habían mostrado un mayor éxito para el logro de los objetivos de crecimiento y desarrollo económico. Para ellos la definición entre el “socialismo” y el “capitalismo” era una discusión falsa. Las diferencias irresolubles entre estas propuestas hacían inviable un nuevo consenso sobre la base de las propuestas conservadoras. A principios de la década de 1990 emergió, no sin conflictos ni divergencias, la habilidad y el poder político de Deng Xiaoping, quien se apoyó en las fuerzas de provincia, principalmente de la región de la costa, para promover y profundizar en la aplicación de la reforma y lograr el rápido desarrollo de las “fuerzas productivas”. En concordancia con la reforma y en clara oposición a la propuesta gubernamental, Deng declaraba que:
Una economía planificada no es socialismo – hay planificación también bajo el capitalismo, y una economía de mercado no es capitalista, hay mecanismos de regulación de mercado también en el socialismo. Las regulaciones por la vía del mercado o de la planeación son ambos medios para controlar la actividad económica. El énfasis que se le dé a las regulaciones de mercado o a la planeación no es una distintiva esencial entre el socialismo y el capitalismo
Después de un arduo trabajo político e ideológico, que encontró fuerte oposición por la propuestas conservadoras encabezadas por Chen Yun, Deng y sus seguidores reformistas se va a imponer en el 14º Congreso del Partido Comunista en octubre de 1992 culminando con la adopción del documento económico más liberal en la historia de la joven República Popular, y se va a establecer un nuevo consenso que va a marcar de manera definitiva el derrotero de la economía para el futuro inmediato. En dicho Congreso:
- Se plantea la creación de un “sistema económico de mercado socialista”. Se establece al mercado como el factor fundamental en la asignación de los recursos;
- Se afirma la coexistencia entre capitalismo y socialismo. Se asegura que en un esquema de “mercado socialista” el capitalismo puede crecer y desarrollarse;
- Se establece que la economía planeada y la economía de mercado no son características distintivas de los sistemas socialista y capitalista, sino que son solo medios para la regulación de la economía;
- Se establece que la diferencia entre un sistema socialista y uno capitalista estriba en la predominancia de la propiedad. En un sistema socialista la propiedad pública es predominante mientras la propiedad privada es secundaria;
- Se ubica a la competencia como el mecanismo idóneo para maximizar la producción de las empresas y maximizar su eficiencia. Por lo tanto la empresa pública (estatal como colectiva), debe de ser forzada a competir con las empresas privadas en el mercado;
- Se induce a las industrias de propiedad pública a sujetarse las fuerzas que moldean la economía privada. Por lo tanto, las empresas públicas deben de actuar como si fuesen privadas;
- Se considera pertinente aprovechar las acciones y mecanismos que se identifican con el sistema capitalista para optimizar los recursos y asegurar la inversión.
- La empresa privada y el capital extranjero son calificados como “patriotas” dado que colaboran en la modernización del país. En tal sentido se garantiza la honorabilidad a empresarios y capitalistas;
- Si bien se elimina la planeación central como el mecanismo idóneo para la asignación de los recursos no se toca las estructuras organizacionales del Partido ni se cuestiona su papel, al contrario, se legitima como la “vanguardia” que guía al pueblo hacia la consecución del socialismo. Con respecto al papel que se le asigna al Partido, Jiang Zemin declara en el 14º Congreso: “Debemos mantener la estabilidad de largo plazo y hacer nuestro país próspero y fuerte. La clave de todo en nuestro Partido, un partido armado con la teoría del Camarada Deng Xiaoping de construir el “socialismo con características Chinas”