UN MODELO NACIONAL DE ORGANIZACIÓN TERRITORIAL
José María Franquet Bernis
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El modelo o conjunto de ellos descrito en anteriores capítulos debe presentar, como ya se ha dicho, un sistema de ecuaciones condicionantes o restricciones operativas que se sustentan, básicamente, en el número medio aproximado de comarcas que se desea obtener o, en todo caso, en su número máximo o mínimo, si ya han sido decididos “a priori” con alguna exactitud.
En el caso de Cataluña, y a la vista de las comarcalizaciones que se han venido realizando hasta la fecha -destacando, entre ellas, la de la Ponencia de la Generalitat republicana (1931-1937) con 38 comarcas, adoptada posteriormente en las LOT de 1987- y de los objetivos comparativamente perseguidos, juzgamos en principio razonable la posibilidad de una división territorial de Cataluña en un máximo de 38 comarcas. Es curioso aunque comprensible constatar, en aquella comarcalización, el que limite las áreas de influencia de la cabecera de comarca a las fronteras provinciales, desconociendo, por tanto, la existencia de probables comarcas a caballo entre dos provincias limítrofes.
En la página siguiente (fig. 6.1.) puede verse la “comarcalización geométrica” que hemos deducido, a la inversa, de los resultados ofrecidos por aquel trabajo pionero. Su interés, claro está, resulta puramente teórico.
En este orden de ideas, la superficie media de la comarca teórica en cuestión, será:
La Sct así obtenida nos permite el establecimiento de una malla o red constituida por cuadrados de (30 30) Km., y en número de 43, con el fin de absorber las irregularidades de forma del contorno catalán sobre el mapa, así como liberalizar más los criterios descriptivos que se exponen seguidamente. Esta proyección, que también puede verse reflejada en la figura 6.2. representa una superficie total de:
900 43 = 38.700 Km2 ,
que nos cubre holgadamente la superficie real en un:
Fig. 6.1. Comarcalización geométrica de la división comarcal de 1936.
Fig. 6.2. Malla o red de 43 cuadrados.
100 = 121’3%.
De haberse considerado, alternativamente, el establecimiento sobre el mapa catalán de una red de 44 cuadrados, tal como se presenta en el plano adjunto nº: 3 del Anexo nº: 3, la superficie cubierta hubiera sido de 39.600 Km2, lo que hubiera supuesto un recubrimiento del 124’2% del territorio, sin que ello suponga ninguna alteración de la sistemática operativa que se relaciona seguidamente.
Este procedimiento nos proporcionará, así mismo, un aprovechamiento más amplio de los resultados del modelo de decisión o jerarquización, al permitirnos la selección, como “cabeceras de comarca”, de un número de municipios inferior o igual a 38. Esta última disyuntiva tendrá lugar en el caso de haber agotado, previamente, la totalidad de los municipios de un mismo nivel de exigencia de homogeneidad (en el caso general), y estar obligados a agotar el nivel posterior, sin haber cubierto con la influencia de las cabeceras determinadas la totalidad de Cataluña.
Una vez establecida la red, tal como se indica en la figura de la página anterior, las distancias que separan los centros urbanos de los municipios seleccionados con las “restricciones espaciales” señaladas posteriormente en comarcas contiguas (distancias que serán distintas, en la realidad, para cada pareja de municipios) pueden ser objeto de diversas consideraciones, a saber:
a) Distancia máxima absoluta: Es, tal como su propio nombre indica, la mayor distancia que puede presentarse entre dos municipios de comarcas contiguas. Su valor será:
Dmáx = = 67’08 Km.
A los efectos que se pretende, no resulta de utilidad.
b) Distancia mínima absoluta: Es la menor distancia que puede presentarse entre dos municipios de comarcas contiguas. Su valor será, lógicamente:
Dmín = 0’00 Km.
Lo que sucederá para dos municipios fronterizos y colindantes, desde el punto de vista teórico.
Tampoco resulta de especial utilidad en nuestro caso.
c) Distancia media: Es la que separa los municipios geométricamente centrados del cuadrado de la malla o red. Su valor, será:
= 30’00 Km.
Esta sí resulta de gran interés para nuestro estudio.
d) Distancia máxima de comarcalización: Es la que separa el municipio central de una comarca teórica con el más alejado de la comarca teórica contigua. Su valor será:
D’ = = 47’43 Km.
También resulta de gran interés.
e) Distancia máxima de gravitación: Es la mayor distancia que separa dos municipios de una misma comarca teórica. Su valor será:
D’’ = = 42’43 Km.
Su consideración no reviste especial interés en nuestro modelo.
Es fácil darse cuenta, por otra parte, que la comarcalización que obtendremos por aplicación del algoritmo descrito será distinta en función de “cuáles” y “cuántos” sean los municipios de Cataluña sobre los que se aplique el modelo gravitatorio (de 944 a 946, según los últimos datos disponibles). Por esta razón, resulta conveniente partir de ciertas hipótesis, al respecto, que sean claras y determinantes. Y así, podemos establecer que:
1) Para cualquier nivel en abscisas de la distribución (modelo alternativo) o pareja de valores (p, q) resultante del modelo de jerarquización, deberá cumplirse que:
Esto es, no procede seleccionar los municipios “i” y “j” siempre que se hallen entre sí a una distancia:
= dij < = 15 Km. (medida en línea recta sobre el plano).
2) Una vez establecidos todos los municipios sobre los que debe aplicarse el modelo gravitatorio, se efectuará la composición de todos los pares posibles (i, j), tal que todo segmento ij contiene un “punto frontera” y sólo uno, que señala la intersección con el límite comarcal, y atendiendo a que:
, o sea, midiendo en línea recta sobre el plano o mapa, se tiene:
15’00 Km. 47’43 Km.
Las dos condiciones anteriores constituyen lo que podríamos denominar “restricciones espaciales del modelo general”.