Francisco José Calderón Vázquez
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Se ha podido constatar en las ultimas décadas una tendencia cada vez más acentuada a la consideración “positivista” del turismo ya en la literatura, ya en los trabajos y documentos de numerosos y prestigiosos organismos internacionales (ONU, 2001; UNCTAD,1986; UNCTAD 1998; UNCTAD 2001; OMT, 2002) emergiendo una suerte de consenso en torno a la idea del turismo como actividad económica primordial para los países y áreas periféricas, creciendo en paralelo, su papel dentro de los segmentos de la estructura económica y su peso especifico en las políticas nacionales. Por ello no resulta extraño que los países y áreas receptoras, tradicionalmente con niveles de desarrollo intermedio o bajo concedan prioridad al fenómeno turístico como actividad productiva. El turismo desempeña en tales localizaciones un rol decisivo en el desarrollo económico constituyendo una actividad motriz y diversificadora, generadora de empleo y de exportación muy importante sino decisiva. Incluso en las zonas de emisión tradicionales, a partir de la crisis económica de los 80. La actividad turística se ha considerado como revitalizadora, particularmente para áreas en declive, zonas atrasadas y como generadora de empleo (Morand, E, 1994) En la actualidad parece de general aceptación que el Turismo, por el conjunto de efectos, fundamentalmente económicos que origina, sea considerado como una herramienta de desarrollo económico (Rey Graña, 1998). La clave del éxito en términos de desarrollo económico de la actividad turística reside en su propia esencia, como tal actividad económico-productiva, ya que por una parte provoca la dinamización del conjunto del sistema económico gracias a la “intersectorialidad” y al efecto multiplicador del turismo, y por otra, dado su carácter de actividad prestacional de servicios basada en prestaciones personales in situ, lo que convierte a la actividad turística en un segmento de servicios intensivos en trabajo, lo que implica una gran capacidad de generación de empleo. (UNTACD-WTO, 2002).
Asimismo, tradicionalmente se ha venido entendiendo que la actividad turística presenta una serie de ventajas sobre otras modalidades de actividades productivas, que la hacen muy interesante como tal instrumento de desarrollo económico para áreas de baja renta y muy particularmente para los países en vías de desarrollo, encontrando una visión sintetizada de tales ventajas comparativas” potenciales que podemos reseñar como sigue:
- Captación de divisas: El turismo supone una industria exportadora que capta
con extrema facilidad divisas, puesto que el cliente visita el país y consume el
producto/servicio sobre el terreno; divisas imprescindibles en los países en
vías de desarrollo para el equilibrio de la balanza de pagos, y para la
cobertura del crónico déficit exterior que presentan tales países
- Escasas trabas de acceso + No contigentación: No existen problemas de acceso a
los mercados, fronteras fiscales, tarifas o aranceles aduaneros o quotas de
exportación, como en otras industrias.
- Generación de empleo Se trata además de una actividad de prestación de
servicios que necesita de mucho personal.
- Gama de puestos de trabajo: El turismo posibilita ofertar al mercado laboral
una gama muy diversificada de puestos de trabajo desde los más complejos, que
requieren de una mayor acumulación de habilidades y capital humano, hasta los
más sencillos y simples
- Sesgo favorable a target groups: La actividad turística emplea
proporcionalmente más mujeres y jóvenes que otras industrias o sectores
- Difusión geográfica de la actividad y el empleo: La actividad turística
contribuye a una mayor difusión geográfica del empleo, cosa especialmente
importante para las zonas periféricas, remotas y rurales
- Bajas Exigencias de Capitalización : La acumulación de capital físico y
humano, no es tan relevante como en otros sectores industriales, ya que las
exigencias de capitalización no son tan importantes, ni tan cuantiosas como en
otros sectores industriales; en el caso del turismo la base de capital natural y
capital patrimonial, es la fundamental como activo para el desarrollo de una
industria turística
- Generación de Tejido Empresarial: La actividad turística genera muchas
oportunidades para la aparición de PYMES y pequeños emprendedores, cuyo efecto
más inmediato es la generación de un cierto tejido empresarial, y el desarrollo
de una amplia gama de PYMES
- Innovaciones tecnológicas posibilitan una mayor retención del valor: La
revolución que acontece en nuestros días en el campo de la tecnología
electrónica (tecnologías informacionales y telemáticas) a través un instrumento
como es Internet, hace posible llegar a un número enorme de potenciales
consumidores del producto turístico; con ello se acercan la Oferta de
Información hacia la Demanda potencial de manera cuasi instantánea, con lo que
se reducen mucho los costes de la promoción, las oficinas de representación y
los costes de intermediación
- Tendencia a la generación de nuevos productos a pesar de coyunturas
desfavorables Las tendencias del mercado apuntan hacia innovaciones en el
concepto vacacional y de viajes; con una receptividad creciente hacia nuevos y
más originales productos
- Industria tendente a la sostenibilidad a pesar de la permanencia de practicas
poco sostenibles: La actividad turística necesita la sostenibilidad,
necesariamente debe actuar respetuosamente con el medio ambiente
(independientemente de que su impacto per se tienda a no ser tan alto, en ,
porque es consustancial a la Oferta Turística en nuestros días, ofrecer un
comparación con otras industrias) por motivos de competitividad y competencia
producto turístico de calidad, lo que implica que de nada vale tener las mejores
infraestructuras, los mejores equipamientos e instalaciones o el personal más
cualificado, etc., si el entorno medioambiental donde se desarrolla la actividad
turística y uno de los principales condicionantes de la misma (patrimonio
natural, paisajístico, calidad del agua, calidad del aire, etc.) no está en
buenas u óptimas condiciones.
Por ello no es de extrañar que desde diversas instancias, instituciones y organismos internacionales se haya insistido en la conceptuación del Turismo en general y del Turismo rural sostenible en particular como instrumento de desarrollo de la periferia mundial (UNCTAD, 1986), proceso que ha culminado en la denominada “The Canary Island Declaration“ (29 de Marzo de 2001), promovida por la World Tourism Organization/Organización Mundial del Turismo (WTO/OMT) conjuntamente con la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), documento donde se acentúa el rol del turismo sostenible como “motor de desarrollo” más idóneo para los países y áreas de menor desarrollo, en particular los denominados según la terminología anglosajona “Least developed Countries”, es decir, los países menos desarrollados o si, se quiere los pobres de los pobres.