Francisco José Calderón Vázquez
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La promoción del Clustering en el contexto del dominio turístico rural requiere necesariamente de un instrumento de acción, que lleve a cabo sobre el terreno las reflexiones esbozadas, siguiendo unos esquemas funcionales muy determinados. Parece claro que el producto / destino turístico rural precisa para su nacimiento, afirmación y durabilidad de una coordinación centralizada y de un apoyo constante, no es creíble que unidades empresas desconectadas entre si puedan hacerlo per se de manera durable (Comisión Europea, D.G. Enterprise, 2002)
V.1.3.1.- Perfil básico y Diseño conceptual
Por ello la herramienta empleada para la promoción del “Clustering” que podemos denominar como distrito turístico rural aparece perfilada como una suerte de “microsistema turístico rural” donde deben tener cabida, al menos en la esfera representativa, tanto las instituciones como las empresas, las organizaciones ciudadanas, la población y los distintos agentes socioeconómicos de una determinada área territorial. Como tal “sistema turístico local” se estructura como un marco integrado de directrices orientadas hacia el desarrollo turístico sostenible del territorio, directrices que inciden en la organización y gestión del territorio (infraestructuras y equipamientos, regulación urbanística y medioambiental) en los usos agroturisiticos y ambientales del mismo; en la promoción de las actividades económicas sostenibles; en la promoción empresarial; en la formación de recursos humanos; en la generación de capital social; en la seguridad del territorio y en la comunicación y promoción del mismo; en la potenciación de la oferta turística y en la creación de productos turísticos.
La aplicación al turismo rural de la lógica “districtual” trata de promover una política de identificación y reforzamiento de estos entramados o conglomerados productivos y de su competitividad, de la que en definitiva deriva en gran medida la capacidad del territorio de responder a las necesidades de desarrollo e incremento de los niveles de bienestar de sus habitantes. La creación y el potenciamiento de cadenas de producción turísticas integradas responde a la necesidad de promover nuevos sistemas de relaciones productivas informativas, consultivas y estratégicas entre los agentes públicos y privados que operan en el territorio y que intervienen de una u otra manera en el desarrollo y gestión del producto turístico.
El diseño conceptual del D.T.R. debe responder a una doble pretensión empresarial y territorial: - Desde un punto de vista económico empresarial la pretensión fundamental del Distrito no es otra que provocar la generación de externalidades, economías de aglomeración y escalas que provoquen la disminución de los costes exteriores a las pymes turísticas rurales, promoviendo la generación de valor con la creación de servicios complementarios de apoyo y marketing territorial en un contexto de integración empresarial de orientación preferentemente horizontal.
- Desde una óptica territorial, el propósito no es otro que promover e implementar una planificación coherente de la zona con su carácter de futuro destino turístico, orientando la funcionalidad del arrea hacia fines y usos turísticos, interviniendo en aquellas áreas operativas donde las unidades empresariales presentan mayores carencias y disfunciones, puesto que la competitividad de un destino turístico se construye a nivel territorial.
El Distrito debería producir la condivisión del capital humano cualificado, de las infraestructuras y equipos existentes en la zona, de los servicios indivisibles así como la generación de economías externas para las empresas situadas en dicho distrito. Va a ser la interacción constante y continua entre estos componentes los que provoquen con el tiempo el desarrollo progresivo del área. Por ello el “distrito rural” podría encuadrarse como tal instrumento dentro de la categoría de las economías de aglomeración, puesto que su existencia produce: economías de escala; economías de localización, reduciendo los costes de transporte y comunicación; economías administrativas reduciendo costes indirectos de producción; una mejor articulación entre las diversas fases del proceso productivo; el desarrollo de servicios complementarios de apoyo, técnicos, financieros y comerciales; mayor y más rápida difusión de tecnología e información; mayores controles sobre la calidad del producto.
Por ello, cuando se pretende la aplicación de lógicas de distrito en el turismo rural lo que en definitiva se busca es definir nuevos sistemas de relación, interacción e integración entre las empresas turísticas que comparten un mismo destino, generando una visión compartida o condividida del mismo.
Asimismo se trata de crear un nuevo sistema de relaciones en este caso de tipo consultivo-informativo-estratégico entre los agentes públicos y entre los agentes privados que intervienen en la creación o puesta en marcha de productos y destinos turísticos, es decir de una especie de paternariado de corresponsabilidad sobre el desarrollo turístico responsable del territorio, donde se integren todas las dimensiones del territorio afectadas por el desarrollo turístico del mismo. Puesto que se trata de coordinar el producto turístico con el entorno donde se genera, o si se quiere la actividad turística con su matriz territorial, es necesario implicar e involucrar a todos los agentes y sujetos territoriales interesados o de alguna manera afectados por el fenómeno turístico rural.