Francisco José Calderón Vázquez
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La evidencia empírica del dinamismo económico derivado de la aparición y consolidación de los conglomerados productivos o “Clusters” en distintas localizaciones del panorama internacional, ha generado muchas expectativas en torno a dichos modelos de aglomeración empresarial y una fuerte corriente de pensamiento favorable a dichos esquemas y a sus posibles aplicaciones en la práctica, asignando un rol estratégico en los modelos y esquemas de desarrollo local a la promoción de dichos aglomerados productivos y al diseño de estrategias centradas en los complejos productivos y la mejora del clima de negocio entre las empresas.
La terminología con la que se referencia a dicho sujeto es diversa según sea la localización geográfica donde nos movamos, en Europa se habla de distritos industriales, conglomerado, complejo industrial, redes de cooperación empresarial etc. En la terminología anglosajona, dominante a nivel internacional, el término dominante es “Cluster”, que podría traducirse por “grupo” o racimo. En el mundo hispánico, la terminología dominante es la de “complejo productivo” denominación típica de la mayoría de organizaciones internacionales vinculados al Sistema de Naciones Unidas con sede en Latinoamérica, como la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), IICA, etc., hasta la denominación aglomerado industrial o conglomerado productivo.
Si bien es cierto que todos Clusters, distritos, aglomerados y complejos productivos son ramas del mismo árbol y beben en las aguas del río marshalliano, Una precisión al respecto puede resultar de interés, ya que normalmente la profusión de terminología puede inducir o generar confusión, por ello podría ser interesante barajar distintas configuraciones.
Siguiendo a Llisterri, (2001) la línea de separación entre una y otra categoría estaría en la índole de los sujetos, y a su modo de interelacionarse: así los distritos industriales de corte italiano -concepto originado en la construcción marshalliana pero claramente vinculados a la experiencia italiana y por tanto marcado con esta impronta- son un tipo particular de cluster sectorial donde la interacción se produce entre empresas de tamaño pequeño o mediano, ubicadas en un mismo territorio, que necesitan de esas relaciones de cooperación para acometer los retos de la innovación y la competitividad en los mercados internacionales. Asimismo, es elemento distintivo y cualidad del distrito, el contar con un capital social sustentado en unas relaciones de confianza mutua, basadas a su vez en la común aceptación de determinados códigos de comportamiento no escritos, capaces de reducir los costos de transacción de los negocios locales (Llisterri, 2001)Mientras que el perfil típico del cluster “portiano”, responde a una agrupación de empresas vinculadas entre si por relaciones productivas interempresariales que comparten una serie de factores externos comunes (como sistemas de información, formación e infraestructura productiva y de servicios) ubicadas en una localización territorial determinada. Sus integrantes son empresas grandes y pequeñas, proveedoras y clientes de distintos componentes y servicios requeridos en procesos productivos, pertenecientes o no al mismo sector de actividad industrial. (Llisterri, 2001) Otro enfoque en la distinción terminológica y en la precisión conceptual es el empleado por Humphrey y Schmitz (1995), que van a distinguir entre “clusters”, “distritos industriales” y “redes empresariales” o networks. Por cluster debe entenderse una concentración geográfica y sectorial de empresas que se beneficia de economías externas; el distrito industrial para dichos autores aparece como un cluster evolucionado, situación que se produce cuando la interactuación de las empresas del cluster alcanza un nivel de densidad que va mas allá de la mera especialización y división del trabajo entre las empresas, surgiendo formas de colaboración más fuertes que provocan el fortalecimiento de la producción local y la capacidad de innovación. Igualmente consideran que el distrito industrial no necesariamente debe estar configurado por una constelación de pymes, sino que las grandes empresas pueden tener un papel decisivo, como muestran evidencias empíricas no provenientes de la experiencia italiana como los casos de Baden Wurttemberg en Alemania y el Valle de Sinos en Brasil (Humphrey y Schmitz, 1995).
Por network Humprey y Schmitz entienden una configuración de las relaciones interempresariales orientada a la cooperación empresarial, al aprendizaje mutuo y a la innovación colectiva. La red de trabajo interempresarial no necesita de la continuidad territorial ni de la proximidad “física”, sus miembros normalmente son Pymes, las ganancias de las economías externas son muy reducidas pero las derivadas de la interactuación y de la acción común, pueden ser muy importantes. La idea del “Network” es sustancial porque supone un esquema relacional que no implica un modelo industrial, es decir no es necesaria la existencia del cluster para que las empresas puedan interactuar en común. (Humphrey y Schmitz, 1995).