Francisco José Calderón Vázquez
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El cluster turístico como tal cluster sectorial no se diferencia sustancialmente del modelo genérico cluster, siguiendo similares principios en su desarrollo y configuración, si bien condicionados por la peculiar naturaleza del fenómeno turístico, dado que los consumidores del producto deben trasladarse al lugar de producción, es decir el área territorial donde se ubican las factorías turísticas y sus secuencias de proveedores que producen bienes y servicios destinados al consumo de los flujos “turísticos”. Asimismo, el rol de los intermediarios, agentes que organizan, configuran y transfieren la experiencia turística es muy importante y diferenciador en relación a otros segmentos productivos, aunque la irrupción de Internet y los cambios sustanciales que ello conlleva estén alterando aceleradamente el status quo existente, puesto que posibilitan la “auto organización” de la experiencia turística por el propio consumidor.
Un concepto fundamental para poder entender la configuración y funcionalidad del cluster turístico es el denominado “sistema de valor territorial o regional del Turismo. Tal y como aparece descrita en la figura nº IV.1. que exponemos a contiuacion, la cadena de valor del subsector turismo es un continuum de actividades económicas interrelacionadas entre si y vinculadas al hecho turístico. En efecto, la presencia de flujos turísticos in loco permite el despliegue de toda una serie de actividades que desde una perspectiva de desarrollo económico deberían desarrollarse al interior del territorio, con objeto de retener y captar el mayor porcentaje posible de valor agregado. Si bien, dada la globalizacion de la producción y el comercio actualmente en marcha parece difícil que la totalidad del valor añadido generado por la producción turística pueda ser captado y retenido por el área territorial donde se lleva a cabo la producción turística.
De ahí que el concepto de cadena de valor territorial resulte central en la perspectiva cluster, puesto que ilustra suficientemente la capacidad del turismo de generar valor en el conjunto de la economía a través de los enlaces productivos del sector turístico con las industrias vinculadas al mismo (Gollub, Hosier, Woo, 2003).
Con la profundización del desarrollo turístico nuevos bienes y servicios, junto a las empresas y empresarios que los producen, se van añadiendo a la serie de relaciones e interrelaciones que se derivan de la cadena de valor, ampliándose ésta a nuevos espacios. El desafío desde una perspectiva de desarrollo territorial es que tales producciones puedan ser desarrolladas in situ. Evidentemente mas productos y servicios significan nuevos suministradores y proveedores empresariales, mayor masa critica de actividad productiva y mayor valor, además de los aspectos relativos a la distribución: canales y redes, networks, etc. Todo ello puede traducirse en resultados tales como la consolidación de procesos de integración vertical de la industria turística en el territorio y una progresiva mayor eficiencia de la industria turística local en términos de marketing, precios, provisión y prestación de servicios.