VII.1.2.2.- Variables lineales : Viajeros / Pernoctaciones

Por lo que se refiere al análisis de las variables viajeros / pernoctaciones, se conciben como viajeros entrados a todas aquellas personas que realizan una o más pernoctaciones seguidas en el mismo alojamiento (INE, 2005). Por pernoctaciones se entiende cada noche que el viajero se aloja en el establecimiento.

En términos cuantitativos la evolución de los volúmenes de ambos segmentos muestra una tendencia evidente al crecimiento en el periodo objeto de estudio, si en las cifras a nivel general podrían considerarse modestas, como muestra el desglose de datos de las tablas que junto a los gráficos disponibles posibilitan una visión panorámica de la problemática de referencia, donde destacan los perfiles accidentados y los dientes de sierra típicos de las actividades sometidas a fuertes oscilaciones estacionales.

Durante el periodo de estudio, la variable “viajeros” muestra una evolución tendente al incremento progresivo del flujo de viajeros, apreciándose un claro efecto despegue en el volumen total de viajeros en el 2003, que se va a confirmar en el 2004, confirmándose el segundo semestre anual como la etapa de mayor actividad en la temporada turística rural andaluza, todavía muy sesgada hacia la estacionalidad con cotas máximas de presencias ancladas en torno a los periodos vacacionales de Semana Santa, periodo Estival y Navidad.

Parece claro, a tenor de los porcentajes, la aceleración de la variable en las campañas del 2003 y 2004, superando en esta última todos los registros anteriores. La expansión paulatina de la variable se refleja con precisión en el grafico 1.4, donde la distancia entre las sucesivas graficas pone de manifiesto el crecimiento paulatino de la variable y la fuerza del mismo.

Graf. 1.4: Perfiles anuales de la variable viajeros (2001-2005)

Un desglose anual del comportamiento de la variable viajeros muestra para la anualidad 2001, la presencia de fuertes fluctuaciones en cuanto al volumen, delineándose una de las constantes como es la concentración de viajeros en cotas máximas en determinadas fechas del calendario, compensándose con acentuados descensos, dando origen a ese perfil de cordillera tan característico a esta actividad.

Las cotas álgidas de afluencia compulsiva de viajeros se producen en Abril (por el impacto de las vacaciones de Semana Santa), Agosto (Vaciones Estivales), Octubre (Hispanidad y todos los santos) y Diciembre (Navidad). también se puede apreciar la configuración de una suerte de fase expansiva en la afluencia, configurada por volúmenes superiores a los 4.500 viajeros / mes radicada en el segundo semestre del año, con la excepción del mes de noviembre si bien su descenso es limitado, y una fase recesiva en el primer semestre con la excepción de abril, con volúmenes que oscilan dentro de un arco de 2.248/3.879 unidades. Siendo el registro mas bajo el de enero.

Durante la anualidad 2002, parecen consolidarse las tendencias apuntadas en la campaňa del 2001, siguiendo el esquema cotas estacionales y segunda mitad del ano como temporada media-alta con presencia de viajeros por encima de las 4.800 unidades mensuales, destacando el crecimiento de viajeros en Diciembre que alcanza una cota máxima de presencia (6.653) similar a la de agosto (6.748), decayendo la actividad suavemente en noviembre. En la temporada “baja”, con volúmenes de presencia inferiores a 4.300 unidades se continua repitiendo el clímax primaveral, que sin embargo no alcanza las cifras medias del segundo semestre del año. apreciándose en su conjunto una fuerte fluctuación entre las dos mitades de la anualidad.

Para el 2003 se aprecia un crecimiento importante del volumen de viajeros por mes, aun con todo se mantiene la divergencia entre ambas partes del año. En la segunda mitad, el nivel de viajeros no baja en ningún momento de los 5.000 efectivos, punto mas bajo en noviembre, mientras que los restantes meses acogen tanto las mayores presencias de viajeros (mas de 6500 de media) como las cotas máximas anuales (Agosto, Octubre y Diciembre) Si se aprecia una tendencia al crecimiento en los meses bajos, que ahora se mueven con presencias en torno a los 4.200 viajeros con el pico de abril que supera las 7.200 unidades, destaca el crecimiento observado en el mes de febrero, tradicionalmente deprimido, que supera las 5000 presencias.

La temporada “baja” del 2003 se presenta con volúmenes de presencia inferiores a 4.300 unidades, si bien se continua repitiendo el clímax primaveral, que sin embargo no alcanza las cifras medias del segundo semestre del año. apreciándose en su conjunto una fuerte fluctuación entre las dos mitades de la anualidad.

Para la campaña 2004, se aprecia un perfil muy similar a la de la anterior anualidad, si bien el crecimiento del Flujo de Viajeros es notorio con respecto al 2003, contándose un total de 10 meses superando el listón de los 6000 viajeros, limite que en la anterior campaña solo se superaba en seis ocasiones. Se supera por primera vez en el periodo estudiado (2001-2004) la cota de los 10.000 viajeros en Agosto y se esta muy cerca de conseguirlo en diciembre (9908 viajeros)

Por lo que se refiere a la variable pernoctaciones, su evolución es bastante positiva en el conjunto de las anualidades observadas (2001-2004), apreciándose una tendencia sostenida al crecimiento, Los datos disponibles, sintetizados en la tabla 7.5 ofrecen una panorámica clara de la evolución cuantitativa de la variable:

Como puede observarse los incrementos porcentuales son notables especialmente concentrados en la Semana Santa donde llegan casi al 100% en marzo del 2002 y en abril del 2003, concentrándose las pernoctaciones de manera regular en el mes de agosto donde las cifras se disparan hasta alcanzar las mas de 62.000 pernoctaciones en agosto del 2004.

Todo ello tiene su reflejo en el grafico 1.5 donde se observa tanto el crecimiento anualmente considerado de la variable, como el patrón de concentración estacional de las mismas en los periodos álgidos primaverales y estivales:

Graf.1.5 : Perfiles anuales variable Pernoctaciones (2001-2005)

Sería importante plantear una reflexión sobre el fuerte impacto estacional que planea sobre la actividad turística rural, puesto de manifiesto con el análisis de la variable pernoctaciones que debería mover a la reflexión sobre la realidad del sector, y la capacidad de configurarse como un segmento de actividad turística consistente.