Francisco José Calderón Vázquez
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Un aspecto resaltado por la practica totalidad de estudios y autores consultados considera a las deficiencias y carencias existentes en materia de distribución y comercialización aspectos clave de la problemática empresarial del turismo rural. Como ya avanzábamos en el Cap. II del presente trabajo el proceso productivo del turismo es monosecuencial por tanto integra todas las fases productivas en una única macrofase simultánea, de ahí la importancia estratégica de la distribución comercialización y venta del producto turístico, ya que de no producirse ésta el producto turístico rural simplemente no existiría.
En principio destaca sobremanera que los canales preferentemente empleados de información y conocimiento de la oferta existente sean la comunicación boca oreja derivada de comentarios de familiares o amigos y en menor medida de la utilización de guías especializadas y documentos de viaje (Fuentes García, 2000). Este protagonismo desmesurado de canales inusuales implica una debilidad estructural por parte de las empresas turísticas rurales imposibilitadas por sus características de organizar y promover adecuada y consistentemente las actividades turísticas en el medio rural, ello deja traslucir de una escasa capacidad para definir y configurar productos turísticos rurales por parte de las empresas turísticas rurales.
La comercialización aparece marcada por una clara tendencia a la personalización de las relaciones entre cliente y el empresario propietario o titular del establecimiento, tendencia bastante evidente en el alquiler de casas rurales y en otras modalidades de alojamiento y restauración y que en cierta forma podríamos considerar estructural puesto que deriva de las características “relacionales” del turismo rural consideradas en el Capítulo II del presente trabajo.
Un hecho diferencial sustancial del turismo rural español con el de otros países (Opperman, 1998) ha sido, y todavía es, la practica ausencia de intermediarios, mayoristas o tour operadores en la comercialización productos de turismo rural (Francés y Méndez, 2000; Fuentes García, 2000; EUSTAT, 1999) circunstancia que supone una contradicción total con la actividad turística tradicional. La debilidad de las microempresas turísticas rurales fuerza a la necesidad de encontrar fórmulas de agrupación de las mismas para afrontar en común el esfuerzo inversor, el riesgo derivado y la reducción de costes como son para el caso andaluz la Red Andaluza de Alojamientos Rurales, (RAAR) y la Asociación de Hoteles Rurales de Andalucía (AHRA).