Francisco José Calderón Vázquez
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De los párrafos anteriores podemos extraer una reflexión de interés: de la existencia de pymes turísticas rurales y de sus actividades productivas podría desprenderse la oportunidad de configurar una Comunidad Empresarial Rural en la unidad territorial en cuestión.
La Comunidad Empresarial Rural, entendida como uno de los outputs fundamentales de un proceso de desarrollo territoiral que gravite en torno al turismo rural, no es sino un instrumento de actuación, que necesariamente debe ser fruto de un proceso de maduracion y concienciacion de los distintos agentes territoriales, no admitiendo improvisación por tanto.
Para iniciar el proceso configurador podría comenzarse a pensar en provocar, en el conjunto atomizado de pymes rurales del área en cuestión, una cierta propensión hacia procesos de optimizadores de la interacción empresarial. Ello no parece ni fácil ni simple, puesto que la evidencia empírica muestra que las divergencias, la competencia y la conflictualidad suelen ser la tónica dominante entre las Pymes, conflictualidad derivada del antagonismo de intereses o de objetivos entre las propias Pymes.
En este tipo de contextos la tónica dominante suele ser la tendencia al survival cluster, escenario donde todos compiten entre si en una lucha por la mera supervivencia. Este hecho en principio natural, tantas veces provoca en el escenario de las pequeñas organizaciones empresariales desgarros en un tejido que debería, en aras de su supervivencia, permanecer fuertemente unido y compactado.
Siguiendo a Simoni (2003) una estrategia facilitadora del reforzamiento de la interacción empresarial debería responder a cuatro criterios estratégicos básicos que procedemos a enumerar: PRIMER CRITERIO: “Especialización Productiva”: La especialización permite la incorporación de tecnología específica, mejor calidad del producto final y mejor aprovechamiento de las habilidades, capacidades y disponibilidad de recursos. Los volúmenes de producción de las pymes turísticas suelen ser muy reducidos. La producción de un bien destinado al consumo final implica desarrollar necesariamente diversas fases y actividades de producción en ocasiones de poca similitud, lo que impide la consecución de economías de escala, sería factible lograr una mejora de la eficiencia productiva, concentrando las actividades de cada pyme en determinados segmentos de la actividad productiva turística en cuestión.
Se puede contar con ventajas que derivan de la utilización a pleno del capital fijo, evitando la necesidad de disponer de equipos, maquinaria, personal y recursos que se utilizan sólo en determinados momentos. La especialización productiva podría ayudar a alcanzar estándares productivos en sintonía con las expectativas y necesidades de la demanda.
SEGUNDO CRITERIO: “Integración Empresarial”: En las actividades manufactureras los procesos de integración se dan entre ramas productivas diferentes (artesanos del textil que elaboran fundas para butacas producidas por artesanos del mueble) o bien entre empresas pertenecientes a la misma rama de producción (carpinteros que producen determinados componentes para determinados muebles de cocina producidos por una empresa distinta).
1) Integración Horizontal de producto o de club : Articulación en red de las pymes zonales que operan en segmentos de mercado o en productos “similares”, en nuestro caso turismo rural, sin necesidad de que exista interrelación productiva u organizativa entre los sujetos agregados.
Esta modalidad opera limitándose a asociar a las Pymes turísticas que tienen como denominador común el producto, el mercado y el territorio donde operan. Se persigue básicamente una dinámica de estrategias y acciones de promoción y comercialización conjuntas como la creación de centrales de reserva, la creación y potenciación de “marca” turística e “imagen” del territorio, la consolidación de los productos turísticos territoriales, la difusión de la imagen del destino, un mayor conocimiento del territorio, un incremento de la “visibilidad” de los recursos y del producto turístico territorial, tratando de provocar en la demanda una mayor propensión al consumo de productos turísticos y no turísticos del territorio en cuestión, y como finalidad ultima un incremento de los flujos de visitantes.
En el caso del turismo rural la integración Horizontal podría efectuarse entre pequeñas empresas que ofrecen servicios de comercialización de insumos y de productos, administración, publicidad, servicios comunes de transporte, etc2) Integración Vertical: Conglomerados de empresas concentradas en un especifico ámbito territorial restringido, con fuertes interrelaciones comerciales, productivas, y organizativas entre sí.
La configuración de cadenas verticales de valor supone la integración de todas las fases del proceso productivo del turismo rural, posibilitando una mayor generación de valor a partir del doble juego de la reducción de costes y la maximización del beneficio, ya que por una parte se va a generar masa critica, derivada del sumatorio de escalas individuales de producción y toda una serie de economías de escala y aglomeración: compras a proveedores, infraestructuras comunes físicas o telemáticas, medios comunes de transporte, formación de capital humano, creación de standard de calidad común, procedimientos unitarios de gestión etc3) Integración Vertical de Filiere o itinerario a lo largo de un sector productivo Puesto que las pymes deben transformar los recursos locales en productos y servicios turísticos, garantizando e incrementando la calidad de éstos, mejorando su presentación y comercialización, es fundamental analizar cuidadosamente todas las actividades de las cadenas o sectores de productos, permitiendo poner en contacto a los productores locales con los consumidores. La óptica de la filière consiste en garantizar, en la medida de lo posible, que todas estas actividades se realicen en el territorio de referencia, de modo que se conserve el máximo valor añadido a nivel local.
4) Integración Vertical con empresas de mayor volumen y facturaciónPodría hacer accesibles los procesos de especialización y asegurar mercados para la colocación de la producción mediante contratos a medio o largo plazo. El riesgo se deriva de la relación de dependencia que se establece entre empresa de mayor dimensión y la pyme turística rural, relación que en muchas ocasiones, y la experiencia parece confirmarlo, puede derivar en “vasallaje”, puesto que la integración vertical puede responder más a las necesidades propias de la gran empresa (localización y flexibilidad productiva) que a una relación de interés para las pymes. Dado lo tentador y la aparente facilidad que en un segmento como el turismo rural podría presentar dicha opción es sumamente importante actuar con criterios de cautela y prudencia.
TERCER CRITERIO : Concentración Territorial por áreas: Configuración de distritos productivos turístico-rurales.
Podría resultar esencial la promoción y el fomento de procesos de concentración territorial de pymes que en el caso del turismo tienden a desarrollarse y localizarse en áreas geográficas especificas con tendencia la dispersión y atomización, en la proximidad de los recursos turísticos, su “materia prima”. El seguimiento y la monitorización de tales procesos permite apoyar simultáneamente los procesos de especialización y de integración, aprovechando las tendencias naturales y las ventajas comparativas que los pequeños empresarios han identificado con antelación.
El apoyo a los procesos de concentración territorial genera un ambiente favorable a la generación de pymes por fenómenos imitativos, efecto demostración y por el nivel de capacitación y destreza adquirido por el capital humano de la zona en cuestión. Asimismo si se lograra alcanzar una masa crítica suficiente, se podría configurar un campo magnético de atracción de pymes de servicios atraídas por las oportunidades de negocio existentes.
El incremento de la masa critica empresarial puede producir la extensión de las actividades de la red empresarial hacia segmentos productivos de acompañamientos ajenos al alojamiento y la restauración: ocio, transporte, servicios conexos, etc. Igualmente el proceso de concentración de masa critica empresarial puede traducirse en una expansión de las actividades del grupo hacia la comercialización y distribución del producto turístico como portales virtuales, agencias de reserva virtuales, creación de tour operators rurales, etc.
La concentración empresarial implica una posición de fuerza en la negociación con clientes y proveedores, lo que significa a la postre toda una serie de ventajas como mayores posibilidades y mejores términos de contratación con intermediarios de la distribución derivado de la aglomeración de ofertas o la obtención de mejores precios de producto ante el incremento de la calidad total del productoCUARTO CRITERIO : Generación de Concatenaciones Productivas: La consecución de resultados de desarrollo rural solo podría alcanzarse si las pymes en cuestión presentan una fuerte capacidad de engarce, y en este sentido de generar economías de relación, con la actividad agropecuaria.
Ello significa privilegiar o de alguna manera priorizar aquellas pymes turísticas cuya actividad contemple un nivel de vinculación alto con la producción agropecuaria rural, aquellas empresas cuyos productos contengan un alto valor de “ruralidad local” o de “cultura local” que en el caso del turismo rural aparece prácticamente implícito.
Parece claro que el entramado relacional entre la comunidad empresarial existente debe orientarse no solo hacia el crecimiento de los “fabricantes de unidades turísticas básicas”, asimismo es fundamental que el componente agropecuario de la economía local no resulte progresivamente marginalizado, ya que ello provocaría el efecto de sustitución de rentas y de actividades económicas que terminaría por dañar irremisiblemente al destino turístico, mediante la temida “turistizacion” a la que se hacia referencia en el Capitulo II, puesto que el efecto colateral de la progresiva expansión del turismo en el ámbito rural es la “urbanización” cultural del medio rural, con todo lo que ello significa en cuanto a perdida de valores y a destrucción acelerada de la cultura rural, fenómeno apoyado decisivamente por los medios de comunicación en particular por la televisión. La “urbanización” de lo rural a la postre significa privar al producto turístico rural de uno de sus grandes atractivos, la autenticidad y el contacto directo con formas de vida, valores, comportamientos y actividades hace mucho desaparecidas del entorno urbano. La contradicción y el sinsentido parecen evidentes, puesto que los clientes potenciales del turismo rural buscan fundamentalmente un entorno distinto al cotidiano no solo en lo físico sino también en lo cultural.
Todo lo anterior nos lleva a la siguiente cuestión, como podrían compatibilizarse Desarrollo Rural vía Turismo Rural, con el mantenimiento y en la medida de lo posible integración de las actividades agropecuarias y de la cultura y formas de vida tradicionales del mundo rural, en un esquema de desarrollo rural donde la tendencia es al protagonismo del segmento turístico. O lo que es lo mismo como podemos promover, un desarrollo turístico rural que no resulte agresivo con sus propios fundamentos: el medio rural, su naturaleza y genius loci, su cultura y valores antropicos. La respuesta no parece fácil ni rápida, y vendría dada fundamentalmente por la actitud de las fuerzas endógenas del mundo rural, particularmente de la actitud de las instituciones, de la población y muy significativamente de los Empresarios Rurales ante el desarrollo local de su territorio.
Visto que se trata de articular de manera efectiva actividad turística y desarrollo socioeconómico del territorio con mantenimiento de las actividades primarias y respeto de formas de vida y valores del mundo rural, parece como si los empresarios y las empresas rurales fueran el elemento fundamental, puesto que son ellos quienes podrían canalizar su ahorro e inversión hacia las actividades turísticas, controlando su implantación, planificación, diseño, gestión y captación de las utilidades generadas de la explotación del negocio turístico reinvirtiendo las mismas, sin que ello signifique peligro alguno para las actividades primarias ni para la cultura y el mundo rural. Ello significa una intervención directa de los empresarios rurales en el naciente segmento turístico rural, mediante su conversión en tales empresarios turísticos, ofreciendo pernoctación, restauración y actividades recreativas en sus explotaciones, es decir mediante la integración espacial de la actividad agrícola con el alojamiento y la restauración. Asimismo implica una adecuación cualitativa de las estructuras receptivas y una adaptación cultural de los empresarios rurales y de sus familias a las peculiaridades de las actividades terciarias.