Francisco José Calderón Vázquez
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La intersectorialidad entendida como capacidad de generar vinculos y relaciones con otras actividades, inherente a la matriz relacional turística junto a su efecto multiplicador sobre el conjunto de la economía, configuran al turismo como una poderosa maquinaria de crecimiento económico, posiciones en nuestros días amplia y mayoritariamente aceptada de ahí el interés en la reflexión sobre ambos aspectos, que procedo a realizar en los siguientes subepigrafes.
La teoría económica convencional plantea e insiste en la baja productividad inherente al Sector Servicios. Sin embargo, los resultados han puesto de manifiesto que la eficacia económica en términos de rentabilidad y productividad depende del calibre de las vinculaciones que se establezcan entre las distintas actividades productivas y no sólo de las condiciones de producción en las actividades propiamente dichas. Debiendo señalarse que el atractivo de la actividad turística radica precisamente en su intersectorialidad (Morand, E, 1994) La intersectorialidad del Turismo le otorga efectos multiplicadores de mayor amplitud que otras actividades, lo que conlleva la consideración del turismo como un importante dinamizador socioeconómico, asimismo la actividad turística provoca la concentración espacial de actividades productivas y de recursos humanos, concentración directamente dirigida a la búsqueda de economías de escala y aglomeración, lo que convierte al turismo en uno de los sectores productivos con mayores potencialidades de cara a la generación de procesos de desarrollo (CEPAL, 2001) Por tanto la intersectorialidad aparece como la característica más apreciada del turismo como tal instrumento de desarrollo económico (Figuerola Palomo, M., 1985) ya que la capacidad de interacción con otros segmentos de actividad económica a través de la generación de encadenamientos productivos o “Linkages” desde las actividades turísticas hacia otras ramas de actividad productiva en el conjunto del sistema económico supone una capacidad dedinamización económica nada desdeñable.
Posiblemente sea Hirschman (1958;1968;1977), el autor que mejor ha definido tanto la terminología como el concepto de linkage, así como su aplicación dentro de las coordenadas de la teoría del “crecimiento desequilibrado”, teoría que considera que las estrategias de desarrollo económico para países y áreas en vías de desarrollo deben focalizarse en unos pocos sectores clave, aquellos con mayor capacidad propulsora puesto que el desarrollo se transmite de los sectores líderes a los seguidores.
Hirschman (1958) va a distinguir entre encadenamientos productivos hacia delante (forward linkages) y eslabonamientos productivos hacia atrás (backwards Linkages) los primeros surgen cuando una rama produce bienes y servicios que serán utilizados por otras como insumos intermedios. Los eslabonamientos hacia atrás permiten cuantificar la capacidad de un sector para provocar el desarrollo de otros, al utilizar los bienes producidos por éstos como inputs intermedios. Se consideran como industrias claves aquellas con fuertes eslabonamientos hacia atrás y hacia delante, por cuanto que demuestran una capacidad propulsora del conjunto del sistema económico mucho mayor que los restantes sectores de actividad, en el sentido de que las “industrias claves” actúan como locomotoras de tracción o arrastre del resto de los sectores, lo cual es decisivo de cara al proceso de desarrollo económico.
Por tanto es fundamental la promoción y generación de actividades industriales y de servicios que generen constantemente eslabonamientos o mecanismos inductores de otras actividades (Hansen, 1993). Luego, de cara a una optimización de las posibilidades de desarrollo de un territorio determinado se preferirán en las decisiones de capitalización aquellos sectores o actividades con mayor capacidad inductora. Para determinar cuales sean èstos tradicionalmente se ha utilizado la metodología Input-Output, o Insumo-Producto definida en sus aspectos más esenciales por Leontieff (1940). Como tal instrumento metodológico posibilita definir las interrelaciones existentes entre los distintos sectores que configuran un sistema económico, resumiendo esta y otras informaciones en la denominada Tabla Input-Output (TIO).
La metodología Input-Output, establece la identificación de las industrias “clave” de una economía a partir de las interacciones existentes entre los diferentes sectores económicos y segmentos de actividad económica que conforman la economía de una unidad territorial. Dichas interdependencias se cuantifican empleando promedios normalizados, es decir, coeficientes capaces de cuantificar en términos relativos la fuerza tractora con que un sector productivo es capaz de “arrastrar” al conjunto de la economía o, que determinen el impacto que recibe un sector ante un crecimiento del total de ramas.
Por ello mediante el análisis input-output se determinan las ramas productivas consideradas esenciales, por cuanto que presentan unos efectos propulsores más destacados en el seno del sistema económico regional en cuestión, cuantificándose la intensidad y la relevancia de los engarces intersectoriales. Con este fin, tradicionalmente, se han venido aplicando los coeficientes de Rasmussen (1956) y Chenery-Watanabe (1958).
No debería obviarse, aunque sea en una perspectiva de aproximación, la serie de criticas que el planteamiento teórico “tradicional” propuesto enla década de los 50 por Chenery y Watanabe y Rasmussen. El cuestionamiento de tales enfoques teóricos se acentúa durante los setenta, cuando comienzan a surgir enfoques alternativos, como la metodología de la “Extracción hipotética” que plantea un procedimiento alternativo para la determinación de los encadenamientos productivos hacia adelante y hacia atrás. En síntesis la esencia de la metodología de la extracción (Strassert, 1968) consiste en “extraer” del conjunto de la economía el segmento o sector objeto de análisis y proceder a determinar la influencia de la extracción perpretada en los restantes sectores y ramas económicas, en otros términos, cuantificar cómo afectaría a una economía la eliminación de un determinado sector. A partir de este planteamiento se han derivado toda una serie reflejos teóricos de la metodología de la extracción entre los que destacan las aportaciones de Cella (1984), Sonis (1995) y Dietzenbacher y Van der Linden (1997) método que presenta como peculairuidad el empleo del modelo Leontieff para la definición de los backwards linkajes y el modelo Ghosh para la germinación de los forward linkages. (Ramos Carvajal y García Muñiz, 2003)A efectos del presente trabajo partiremos para nuestras consideraciones de la clasificación tradicional planteada por Chenery-Watanabe (1958). Dichos autores van a clasificar las actividades económico-productivas en función de la producción de eslabonamientos hacia delante y hacia atrás que sean capaces de generar. Dichos autores agrupan los distintos sectores económico productivos en cuatro grandes bloques, utilizando como criterio clasificador el concepto de “linkage” hirschamaniano. Por ello, distinguen entre eslabonamientos hacia atrás que se producen cuando una rama productiva utiliza bienes y servicios procedentes de otras; y los eslabonamientos hacia adelante, debidos a que los productos de un sector son utilizados por otros como bienes y servicios en la elaboración de sus productos. Una sucinta descripción de las mismas la encontramos en el Cuadro Nº I.4 Cuadro Nº I.4: Sectores Económicos en función de linkages generados según Chenery y Watanabe.
SEGMENTO DESCRIPCIONSEGMENTO A Ramas demandadoras de muchos imputs intermedios para su propio proceso productivo y simultáneamente suministradoras de outputs intermedios a otras ramas. Es decir ramas productivas con muchas vinculaciones hacia delante y hacia atrás, y por tanto las más interesantes para el desarrollo económico.
SEGMENTO B Ramas con muchos vínculos hacia atrás pero pocos o ninguno hacia adelante o lo que es lo mismo ramas orientadas a satisfacción de la demanda final.
SEGMENTO C Ramas con muchos vínculos hacia adelante pero escasos o nulos hacia atrás; es decir ramas orientadas al suministro de imputs a otras ramas y que son poco o nada demandantes de imputs para su proceso productivo.
SEGMENTO D Ramas con escasas vinculaciones hacia delante y hacia atrás y por tanto poco interesantes para los procesos de desarrollo económico.
Fuente: Elaboración propia adaptado de Chenery y Watanabe (1958) Una representación grafica y visual de dicha clasificación la ofrece la figura Nº I.2 a continuación Fuente: Elaboraciòn propia, adaptado de Chenery y Watanabe (1958)Aplicada al estudio del subsector turístico, la metodología Imput-Output explica el efecto que la demanda turística tiene sobre la demanda final y sobre la producción de otros sectores económicos. Aplicar dicho método a la Actividad Turística significa, comprobar si dicha rama productiva utiliza imputs intermedios procedentes de otras ramas, o lo que es lo mismo eslabonamientos hacia atrás (backwards linkages) o si por el contrario los productos (outputs) de una determinada rama productiva son utilizados por las restantes como imputs intermedios en el proceso de elaboración de sus propios productos, por tanto eslabonamientos hacia delante (forward linkages) (Rey Graña, C., 1998)En su análisis Imput–Output del turismo, a partir de los datos ofrecidos por la TIOT92, Rey y Graña (1998) analiza la estructura de eslabonamientos hacia delante y hacia atrás de la actividad turística en España. A partir de dicho estudio se establece que la mayoría de las ramas turísticas (hoteles, hostales, campings, restaurantes, otros establecimientos hoteleros, transporte de pasajeros: ferrocarril, transporte por carretera, y marítimo, etc.) se encuadran dentro del segmento B, es decir de las ramas con fuertes ligazones hacia atrás pero escasas hacia delante, dedicando la mayor parte de sus inputs a la demanda final, siendo a la vez importantes demandantes de inputs para llevar a cabo su proceso productivo. Mientras que la rama de Agencias de Viaje y el transporte aéreo viajeros se encuadran en el segmento D, es decir en los sectores de escaso engarce hacia delante y atrás, orientándose su producción hacia la demanda final y requiriendo de pocos inputs intermedios.
A su vez las principales ramas suministradoras de inputs intermedios para las ramas de hostelería, hostales, campings, restaurantes y otros establecimientos hoteleros son como se evidencia en la figura I.3 : Fuente: Elaboracion propia, adaptado de Rey y Graña (1998)Por tanto, se observa que las ramas de alojamiento y restauración demandan para la elaboración de sus productos//prestación de sus servicios: productos alimenticios y bebidas, suministros energéticos y servicios generales. Mientras que la estructura productiva de las ramas de alojamiento y restauración esta compuesta por bienes de reposición, aprovisionamientos básicos, suministros típicos y servicios generales, las Agencias de Viaje presentan un perfil distinto, ya que las compras más importantes las realiza a las ramas de servicios generales como el crédito o las comunicaciones.
Un cuadro de interrelaciones entre las ramas propiamente turísticas y los restantes sectores productivos muestra la singular vinculación de la hotelería a las agencias de viajes, y las de hostelería (restaurantes y otros establecimientos de hostelería) con los suministros energéticos (gas manufacturado y gas natural) y las ramas alimenticias (carne y conservas, leche y otros alimentos y bebidas).
Es de destacar la importancia de la rama de Agencias de Viajes para el desarrollo de las ramas turísticas y de las relacionadas con ésta como construcción, comercio y transporte de viajeros. En líneas generales todas las ramas turísticas son importantes para el desarrollo del sector de la construcción y de los servicios prestados por las empresas. Asimismo las ramas de restauración provocan aumentos importantes de la producción en muchas otras ramas, en particular en la agroalimentaria.
No debería omitirse el hecho de que en las clasificaciones tradicionales de índices sectoriales de enlaces más al uso, y en particular, en la más difundida, realizada por Yotoupulos y Nugent (1973), (cit. por Arasa Medina, C. 1996) los Servicios, Turismo incluido, aparecen en posiciones de retaguardia, al ser ocupadas las posiciones de vanguardia por industrias como las curdimbres, metales básicos, vestidos, o textil, alimentos y bebidas, papel, etc. Es decir, por industrias ligeras o tempranas o industrias productoras de bienes de consumo que en áreas de baja renta son posiblemente las de mayor posibilidad de fácil arraigo, dado que su mercado está prácticamente asegurado. Por tanto, su capacidad de inducción de linkages se presenta como muy elevada.
Ello no implica, ni mucho menos, una consideración peyorativa o negativista del Turismo, puesto que como nos demuestra la evidencia empírica el turismo es una actividad paradigmática en cuanto a generación de eslabonamientos y vinculaciones, lo cual no quita que existan otras más idóneas o más aptas en determinados entornos territoriales. Evidentemente no es menos cierto que el turismo presenta características de oportunidad y accesibilidad “erga omnnes” que otras industrias, en el sentido de que no existen problemas de quotas o limitaciones a la exportación de servicios turísticos, el mercado por tanto es accesible para muchos productores, cosa simplemente imposible en muchos otros segmentos productivos. Por ello, mas que un problema de virtualidad se trata de un problema de oportunidad. Dichas cualidades no han sido tenidas en cuenta en dichas clasificaciones, puesto que de hacerlo probablemente la actividad turística ocuparía posiciones de vanguardia.