Francisco José Calderón Vázquez
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Una visión mas pormenorizada de la situación y estadio evolutivo de la producción turístico rural andaluza vendría dada por el estudio anual de las variables enunciadas en el epígrafe anterior. Para ello hemos considerado el desempeño anual de las variables relacionales (Ocupación y estancia media) y de las variables lineales viajeros y pernoctaciones con objeto de definir las “constantes” del turismo rural andaluz. Para facilitar una mejor comprensión de los datos se presentan tanto en formato grafico como en formato tabloide, lo que posibilita una visión sintética y simultáneamente en movimiento de dicha problemática.
VII.1.2.1.- Variables relacionales: Ocupación por plazas, habitaciones y duración de estancia media.
Una precisión conceptual sobre la ocupación por plazas y habitaciones nos la ofrece la Encuesta de Ocupación de Turismo Rural (EOTR), que entiende por grado de ocupación por plazas la relación, expresada porcentualmente entre el total de las pernoctaciones y el producto de las plazas (que incluyen las camas supletorias) por los días a que se refieren las pernoctaciones (INE, 2005) camas supletorias serán todas aquellas que no tengan carácter fijo y que no estén incluidas en las plazas declaradas oficialmente que constan en el directorio.
Mientras que por grado de ocupación por habitaciones se concibe la relación, en porcentaje, entre el total de habitaciones ocupadas en el mes y el número total de habitaciones disponibles en el establecimiento por los días del mes de referencia.
Por lo que se refiere al grado de ocupación por plazas los datos referentes al grado de ocupación mensual por plazas en el periodo 2001-04 en establecimientos de turismo rural andaluz se encuadran en la tabla nº 7.2, que se expone a continuación:
Desglosando anualmente los datos expuestos puede observarse, partiendo de la anualidad 2001, que las grados de ocupación por plazas presentan en el periodo objeto de estudio un comportamiento similar, determinado por el impacto de la estacionalidad de la actividad en el funcionamiento de las explotaciones.
En efecto, se aprecian unas puntas de ocupación estacionales muy similares, que coinciden con los periodos vacacionales de mayor actividad turística en el medio rural, Semana Santa (periodo abril) y periodo Estival (periodo julio y en particular agosto) donde los niveles de ocupación se elevan por encima del índice 30,00 hasta alcanzar la punta máxima de 52,28 en Agosto. También puede apreciarse la tendencia a la configuración de una suerte de temporada media en los meses de Septiembre, Octubre y Diciembre, auspiciada por la presencia de periodos vacacionales reducidos derivados de puentes, fiestas locales y autonómicas (Hispanidad, Constitución, Todos los Santos, Navidad) donde los niveles de ocupación por plazas se sitúan en torno al índice 24,00, si bien en el mes de noviembre decae la actividad.
El patrón de comportamiento marcado por la anualidad 2001 se reproduce con leves oscilaciones para las restantes campañas, observándose para el ejercicio del 2002, una reproducción del esquema de fluctuación estacional de la actividad anteriormente considerado, con puntas de ocupación en las etapas primaveral (marzo) y estival (julio y agosto) si bien se aprecia un descenso en los índices, que en esta anualidad no alcanzan el limite del 30,00 en los meses de mayor ocupación (marzo 24,85; julio 29,54) y el clímax de agosto se detiene en el 49,83. En lo que anteriormente denominamos “temporada media” los meses de septiembre y diciembre mantienen un aceptable nivel de desempeño (24,40 y 23,55) aunque el descenso de octubre y noviembre resulte mas acentuado.
Para el ejercicio 2003 se reproduce la tónica dominante a la segmentación de la actividad y de los niveles ocupacionales en picos de fuerte concentración (primaveral y estival) si bien la aportación del mes de julio es menor que en los años anteriores, siendo menor por vez primera que la correspondiente al mes punta primaveral (marzo o abril). Lo que si parece evidente en comparación con anteriores ejercicios es que la denominada “temporada media” pierde tono, manteniendo niveles comparativamente bajos, acusando una bajada media de casi 3 puntos porcentuales ya en el segmento de habitaciones, ya en el de plazas.
Para la anualidad del 2004 se aprecia en cuanto a la ocupación de plazas la pervivencia del esquema de fluctuación estacional ya visto en las anualidades anteriores, si bien en esta se aprecia un cierto retroceso en los niveles de ocupación por plazas en el segundo y tercer trimestre del año, niveles que resultan inferiores a los del 2003 en la mayor parte de los meses, destacando la acentuada caída de agosto de casi 5 puntos, compensada en parte con las subidas del primer y ultimo trimestre enero (3,17 puntos) y diciembre (3,13)
En líneas generales la evolución en el periodo de estudio de la variable ocupación por plazas muestra un comportamiento tendente al impass, como pone de manifiesto el grafico 1.1, las medias anuales de ocupación por plazas tienden a una mínima fluctuación, tendiendo a decrecer en las anualidades del periodo 2002-2003 y llegando a un punto de estabilización en el 2004, donde no se registran diferencias significativas con la campaña del 2003, tendiendo a solaparse las gráficas correspondientes a uno y otro año.
Graf. 1.1 : Perfiles anuales de grados de ocupación por Plazas (2001-2004)
Para la variable ocupación de habitaciones el conjunto de datos disponible se concentra en la tabla nº 7.3., registros sintetizados en el gráfico de referencia n 1.2. que se exponen a continuación:
Como puede apreciarse el comportamiento de la variable ocupación por habitaciones muestra un paralelismo muy acusado con la ocupación por plazas, presentando en el periodo de estudio un desempeño muy similar, mostrando con mínimas oscilaciones la idéntica tendencia al impass, o si se quiere al comportamiento regresivo en las anualidades 2002-2003, y una cierta recuperación en el 2004. Se observa igualmente la reproducción del esquema de fluctuación estacional ya anteriormente contemplado, con cotas máximas en Agosto y Semana Santa y puntas de ocupación aceptables en la fase primaveral y estival del ciclo anual.
La caída en los niveles de ocupación por habitaciones del 2003, aparece muy acentuada ya que los registros son inferiores en todas las mensualidades con respecto a los dos años anteriores, registrándose para el 2004 una cierta recuperación, que podría mas bien considerarse un punto de inflexión de la fase descendente, con una leve mejoría en el trimestre enero marzo, compensada por un descenso bastante evidente en el segundo y tercer trimestre con el único dato positivo con respecto al año anterior del mes de julio que alcanza el 32,24. sin embargo se produce un descenso de seis puntos porcentuales en el mes de agosto y de tres en el mes de septiembre. Llegando las buenas noticias en los meses de noviembre y diciembre con 1,30 y 3,24 puntos porcentuales de diferencia en positivo.
Por lo que respecta al perfil anual, expresado en el grafico nº 1.2, se aprecian claramente las diferencias existentes entre el primer y el segundo bienio, marcando las distancias a favor del primero. Observándose para el bienio regresivo (2003-2004) una tendencia a la superposición con pequeñas variaciones entre los gráficos de uno y otro año.
Graf. 1.2 : Perfiles anuales de grados de ocupación por Habitaciones en establecimientos de turismo rural de Andalucía (2001-2005)
Por lo que se refiere a la variable estancia media, ésta es una aproximación al número de días que, por término medio, los viajeros permanecen en los establecimientos y se calcula como cociente entre las pernoctaciones y el número de viajeros (INE, 2005).
Los datos contenidos en la tabla Nº 7.5, plantean en líneas generales una situación bastante estable, por cuanto que no se aprecian a nivel general fuertes oscilaciones en la duración de la estancia media a nivel anual, incluso podría hablarse de un cierto estancamiento; aunque en el 2002 pueda apreciarse una tendencia al crecimiento de la misma, (si bien modesto) durante la mayoría de los meses, compensada a niveles generales por el descenso correlativo en las mensualidades de enero, febrero y diciembre. Esta tendencia se ve ligeramente frenada en el 2003, donde solo los meses de abril y mayo presentan niveles ligeramente superiores a los del año anterior, de ahí que en el global la media del 2003 sea inferior a la del 2002. En la anualidad 2004 se aprecia, una situación de impass, donde la estancia media tienda a moverse en valores similares a las anteriores anualidades, con oscilaciones mínimas.
Por lo que respecta la perfil anual el gráfico muestra la tendencia ligeramente descendente de la variable en los últimos años en particular el 2004, donde se aprecian con claridad esas fluctuaciones a la baja, a pesar de observarse un cierto repunte en el ultimo trimestre del año donde en todos los meses se incrementa la duración de la estancia media con respecto a la anualidad anterior.
Graf. 1.3 : Perfiles anuales de niveles de estancia media (2001-2004)