Belén Blázquez Vilaplana
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Tras la dimisión del Presidente Adolfo Suárez, el miércoles 18 de febrero de 1981, Calvo Sotelo presentó su candidatura a la confianza parlamentaria, en la Sesión Plenaria número 143860. La cual se vio suspendida en el momento de la segunda votación, por la irrupción en el Parlamento de las fuerzas militares encabezadas por el General Tejero. Acontecimiento que dio lugar al fenómeno político conocido como el 23-f y que marcaría un antes y un después en la consolidación de la democracia en España.
En el comienzo de su comparecencia ante la Cámara, Calvo Sotelo afirmó que con la retirada de Suárez terminaba la transición y, por tanto, en ese momento comenzaba una nueva etapa en donde desde el primer momento debían actuar los mecanismos constitucionales limpios de toda emoción fundacional861. Exponiendo a continuación y, según su opinión, lo que debía recoger un programa político sometido a la confianza de las Cámaras, a saber: la definición de las preferencias a que se dirige una acción de gobierno862. Para ello, proponía definir sucesivamente en este orden los siguientes temas:
A. La política económica.
B. La política exterior.
C. La política autonómica.
D. La seguridad ciudadana.
Con relación a la política exterior expuso que la realidad demográfica, económica y militar de España obliga a poner el acento en la política exterior, más que en lo que comúnmente conocemos como política internacional. Esto quiere decir, que sin olvidar la debida atención a las grandes cuestiones internacionales, pretendemos centrarnos en nuestros problemas, en la defensa de nuestros intereses específicos y en la cooperación activa y la amistad con aquellos países del mundo que comparten los valores e intereses consustanciales a la sociedad española de hoy. Continuaba afirmando que nuestra política exterior debe atender preferentemente a la garantía de nuestra seguridad nacional y a la salvaguardia de la integridad de nuestro territorio. De ahí la estrecha relación entre esta materia y la de defensa. Así mismo, España debía participar en la defensa de los derechos humanos y en la salvaguardia de la paz en todo el mundo. Menciona también la defensa de los derechos e intereses de los emigrantes españoles, así como de los intereses económicos.
Resumiendo, tres serían los fundamentos de la política exterior del nuevo gobierno: A. Seguridad y Defensa Nacional.
B. Cooperación eficaz para la salvaguardia de los valores éticos y espirituales. C. Defensa específica de los intereses españoles, tanto individuales como colectivos.
Por otra parte, entre las líneas de acción principales se encontraban, en primer lugar, la política europea, democrática y occidental, siendo el principal objetivo la integración en la Comunidad Europea.
La cual iba a ir acompañada de un compromiso esencial y distintivo que se proponían acrecentar: la relación estrecha con los países iberoamericanos, (...) lo cual se configura como una constante histórica trascendente a cualquier coyuntura. Del mismo modo, se refiere a las relaciones de vecindad con Portugal, Francia y Gibraltar, así como a las relaciones con los países árabes y africanos. Terminando su exposición con la explicación de la postura del gobierno de U.C.D que él lideraba en estos momentos ante Estados Unidos y el reiterado de la OTAN.
Por tanto, llaman la atención dos hechos fundamentalmente: por una parte, la exposición en esta materia es mucho más amplia que en el Discurso de Investidura de Adolfo Suárez. Hay que tener en cuenta, que cuando se produce la misma, el famoso consenso en política exterior estaba a punto de romperse por la entrada de España en la OTAN. Aún así, no se olvida la retórica en el discurso planteado, pero comienzan a dibujarse perfiles concretos sobre la posible actuación española y la defensa de sus intereses. Es decir, a definirse objetivos y fines. Y un segundo punto, aunque en comparación con los otros temas tratados, a excepción del económico, la referencia a la política exterior es amplia, sin embargo, es brevísima al tratarse Iberoamérica, apenas dos líneas. Lo cual contrasta con la atención prestada a otros aspectos ya referidos. Por supuesto, de nuevo no se menciona la crisis centroamericana.
Al día siguiente se comenzaría el debate previo a la votación de investidura863, tomando la palabra en primer lugar el portavoz del Grupo Parlamentario Andaluz, el Sr. Alejandro Rojas Marcos. Éste, opinó que el Gobierno ante el que se encontraba nacía políticamente muerto, entre otras razones, por la satelización en política exterior864, incidiendo fundamentalmente en las razones de su grupo para no apoyar la entrada de España en la OTAN865.
El Sr. Fraga Iribarne tomó la palabra por Coalición Democrática, el cual tras exponer en una crítica llena de citas el discurso realizado por Calvo Sotelo, refiere algunos de los puntos de política exterior en los que divergían ambas fuerzas políticas, entre ellos echa de menos una referencia más precisa al estrechamiento realista de relaciones con los países iberoamericanos, que nada ociosos sería reiterar, sobre todo después de tantos serios incidentes y pasos en falso como se han dado en los últimos años, hasta el punto de tener cortadas nuestras relaciones diplomáticas con un país centroamericano desde hace más de un año866. Por el Grupo Parlamentario Mixto, el único que hizo mención de un tema diferente al de la OTAN, fue el Sr. Piñar López, el cual como en 1979, hace referencia a la política exterior hacia Hispanoamérica - como la denomina - preguntándose ¿ por qué rompimos relaciones diplomáticas con Guatemala y por qué no se reanudan pronto esas relaciones diplomáticas con un país hermano de esa América Latina?867. También, expone la opinión sobre el Mercado Común, Gibraltar, Francia, y el tema estrella del debate: el acierto y la necesidad o no de que España ingresara en la OTAN.
El 20 de febrero continuó la sesión, con la intervención del representante del Grupo Parlamentario Socialista de Cataluña, Sr. LLuch Martín, el cual no hizo ninguna referencia a la política exterior española.
Continuó Carrillo Solares, por el Grupo Parlamentario Comunista, hablando de la OTAN, de la subrogación de los intereses españoles a los norteamericanos y del Mercado Común. Ni en las réplicas a estas exposiciones, ni en las contrarréplicas, aparece ningún punto interesante para esta investigación. Tal vez, lo importante, sea precisamente eso, la falta de aportaciones de los portavoces parlamentarios.
Llegado el turno al Sr. González Márquez por el Grupo Parlamentario Socialista, éste afirmó que a los temas que afectaban a las acciones en el exterior del gobierno ucedista, no ha querido llamarla política internacional sino política exterior. Creo que esa política exterior ha sido, a mi juicio, también de signo conservador, pero esto aquí quizás tenga menos importancia; yo no hablo de derechización o izquierdización, creo que el proyecto político de UCD quizá sea ahora más claro que en otras épocas, pero no más a la derecha o a la izquierda (...) en política exterior creo que la oferta se puede calificar de conservadora, pero eso no es lo que más me ha preocupado; lo que más me ha preocupado es que esa oferta está cargada de una ideologización que me parece peligrosa, y esta mañana se ha confirmado aquí en el debate (...) más ideológica que pragmática, (...) Y creo que la política internacional es -la política exterior como prefiere el candidato- uno de los elementos en los que más se mezclan los componentes sociales, no atravesados por planteamientos ideológicos puros, sino atravesados por preocupaciones ciudadanas que a veces se producen en cualquier tipo de estrato social, en cualquier tipo de actitud ideológica868. Así mismo, lamentaremos siempre las discrepancias que puedan debilitar la política exterior de España, pero nos mantendremos firmes en nuestra posición contra cualquier intento de manipulación, venga de donde venga869. Aunque hace referencia a otros temas, al llegar a Iberoamérica dice que: de Iberoamérica sólo ha habido una cita de pasada y yo lamento que haya sido así, porque si no se entiende bien Iberoamérica no habremos acertado con nuestro futuro. La colaboración con Iberoamérica, con el proceso de liberalización de aquellos pueblos, con el sufrimiento por los derechos humanos, que no son sólo los derechos humanos que se conculcan los que nosotros denunciamos en los países del Este, sino los que se conculcan en muchas dictaduras latinoamericanas, es una posición irrenunciable para nosotros870. Veremos en los siguientes apartados, si una vez que sea él el que articule ese discurso de investidura, estos temas ocupan mayor protagonismo o no.
Las réplicas y contrarréplicas giran en torno a la entrada o no de España en la OTAN y a la política de bloques, así como en segundo lugar al tema de la CEE. Pero no se hace referencia a América Latina ni, por supuesto, a los sucesos ocurridos en países concretos871.
La sesión continúa el 23 de febrero para la realización de una segunda vuelta en la votación, porque en la primera el candidato, D. Leopoldo Calvo Sotelo, no obtuvo la mayoría necesaria para lograr la investidura. En este caso, la mayoría de los representantes políticos no hacen referencia en sus exposiciones a la política exterior ni a los intereses españoles872.
Por su parte, Felipe González, en la réplica a esta segunda intervención, vuelve a insistir en que la política exterior que había expuesto el candidato a la presidencia en el discurso de investidura era conservadora. Denuncia que podría parecer absurda viniendo del representante de un partido progresista hacia un partido que en su definición era conservador, aunque tirando al centro del espectro ideológico.
Cuando comenzó la votación, y tal y como se recoge en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados873, a las dieciocho horas y veinte minutos, tras escucharse en el pasillo algunos disparos y gritos de “fuego, fuego y “al suelo todo el mundo” irrumpe en el hemiciclo un número elevado de gente armada y con uniforme de la Guardia Civil que se sitúa en lugares estratégicos, amenaza por la fuerza a la Presidencia y tras un altercado con el Vicepresidente Primero de Gobierno, Teniente General Gutiérrez Mellado, conmina a todos a tirarse al suelo, sonando ráfagas de metralleta. Queda interrumpida la sesión. La cual se reanudó el 25 de febrero tras acabar con el intento de Golpe de Estado, procediéndose a la votación y siendo Calvo Sotelo investido como Presidente del Gobierno874.