3.2.1. LOS PRIMEROS AÑOS DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA: LA PRIMERA LEGISLATURA.

A. EL GOBIERNO DE ADOLFO SUÁREZ: marzo de 1979- febrero de 1981.

El primer debate de investidura de la reinstauración de la democracia en España, tuvo lugar el viernes 30 de marzo de 1979, el cual comenzaba con las siguientes palabras del Presidente interino Landelino Lavilla Alsina: La propuesta formulada por Su Majestad el Rey y refrendada por el Presidente del Congreso de los Diputados dice así: de acuerdo con lo establecido en el artículo 99 de la Constitución y habiendo sido llamados a consulta los representantes designados por los Grupos políticos con representación parlamentaria, tengo en proponer al Excelentísimo Señor don Adolfo Suárez González como candidato a la Presidencia del Gobierno844. Intervención que fue seguida por una agria polémica entre las distintas fuerzas políticas, acerca de la necesidad o no de someter a debate el programa del futuro Gobierno propuesto por Adolfo Suárez845. Puesto que, según quedó establecido al comienzo del Discurso de Investidura, una vez que actuase el candidato, se procedería a la votación para ver si se le otorgaba o no la confianza parlamentaria y, tras ello, es cuando las distintas fuerzas parlamentarias plantearían ante las Cámaras sus discrepancias o puntos concordantes con las propuestas realizadas por el ya, en ese momento, Presidente del Gobierno846. Por tanto, se le otorgaría la confianza antes de conocer cuál iba a ser su Programa de Gobierno847, en relación con las dudas y preguntas de las demás fuerzas políticas con representación en el Congreso.

Adolfo Suárez planteó un discurso cargado de retórica sobre el futuro que se le abría a España en esta nueva etapa democrática de su historia. Siendo el primer elemento que llama la atención, la presencia en el mismo de la política exterior encabezando la enumeración de las prioridades planteadas por el Gobierno para llevar a cabo durante los cuatro años de mandato que tenían por delante. Estas prioridades eran, a saber:

1. La referida política exterior.

2. La realización de una política de defensa nacional.

3. Las medidas encaminadas a conseguir la seguridad ciudadana y a la lucha contra el terrorismo.

4. La búsqueda de la realización de los principios en que se había basado la Constitución; el desarrollo de la Constitución y la distribución territorial del Estado.

Es importante si tenemos en cuenta los numerosos problemas con que en estos primeros años de andadura democrática se tenía que enfrentar el gobierno en su esfera interior. Aún así, no son estos temas de política doméstica, los que el candidato decide incluir como primera llamada a las diversas fuerzas políticas, sino los que hacían referencia a los intereses de España en el exterior. Sin embargo, hay que hacer notar para no llevarse a engaños, que su enumeración en primer lugar, choca con la escasa atención que se le prestó al tema en el momento de su desarrollo. Lo cual también ocurrió con la defensa nacional, en comparación con los otros apartados de su discurso, por ejemplo, el caso del desarrollo autonómico del Estado español. El cual, se convertiría en el “tema” estrella de los posteriores Discursos de Investidura de los distintos candidatos a la Presidencia del Gobierno. Fundamentalmente, por las reivindicaciones de los diferentes grupos nacionalistas con escaños en el hemiciclo.

Esto se podría justificar, afirmando que Adolfo Suárez quiso comenzar el discurso con una materia donde, en principio y, al menos en la teoría, imperaba el consenso entre todos los partidos políticos. Por tanto, donde no se iban a producir de entrada importantes discrepancias entre las distintas fuerzas políticas con representación en la Cámara. Para luego, ir enumerando aquellos temas que realmente producían crispación, al menos, entre los partidos allí presentes.

En este sentido y centrándonos en el tema que en este estudio nos interesa, la política exterior, el candidato a la Presidencia del Gobierno expuso que era necesario la definición y ejecución de una política exterior que asuma los factores geopolíticos que la condicionan inexorablemente sin perjudicar por ello la independencia de nuestra acción internacional en ciertos ámbitos848.

Así mismo, expresaba la propuesta del Gobierno de llevar a cabo en este campo una política realista, activa e independiente (...) que partiendo de las transformaciones internas operadas en España, sea capaz de potenciar nuestra acción y defender nuestros intereses, en un mundo cada vez más interdependiente y en rápido proceso de transformación. Cuyos objetivos eran los siguientes:

A. Garantizar la independencia y seguridad del territorio español.

B. Recuperar el territorio de Gibraltar.

C. Asegurar el suministro de energías y materias primas.

D. Contribuir a la consecución de un mundo más libre, pacífico, seguro y justo.

Todo ello, situándose por encima de otras propuestas de especial interés para el gobierno, aquellas relacionadas con la solución pacífica de los conflictos, para lo cual, se refería al Tratado Bilateral que España tenía suscrito con EE.UU, así como al apoyo que el partido que el candidato encabezaba, U.C.D, prestaba tanto a la adhesión de España a la OTAN, como a las Instituciones europeas. En este punto, se encargó de dejar constancia expresa de que la participación de España en la CEE, no sería incompatible con la identidad que el pueblo español tenía con Iberoamérica. Acusación que se convirtió en una constante desde ese momento en los discursos de los diferentes líderes latinoamericanos, independientemente de su ideología hacia el gobierno español. Estos, afirmaban que España les había abandonado o había canjeado sus relaciones históricas y los apoyos prestado durante tantos años, por los intereses y beneficios que pudieran sacar de la pertenencia a la UE. Todo lo anterior se haría buscando superar posiciones retóricas características de la época franquista, proponiendo para ello impulsar el Centro Iberoamericano de Cooperación y potenciarlo al máximo, asegurándole los medios suficientes para hacer frente a las necesidades de cooperación con los más diversos actores iberoamericanos849.

La exposición en esta materia continuaba con aquellos temas relacionados con los intereses españoles en el Mediterráneo y en el Norte de África, así como con la necesidad de potenciar la protección de los nacionales españoles en el extranjero. Proponiendo de acuerdo a la singularidad y al papel que como potencia media podía desarrollar España850, una actitud positiva y constructiva en los grandes temas que tenían planteados la Comunidad Internacional. Incidiendo entre otras cosas, en el aporte que España podía ofrecer en la salvaguardia y protección de los derechos humanos.

Todas estas ideas, serían resumidas por Adolfo Suárez en la siguiente afirmación sobre la política exterior a desarrollar por su Gobierno: “Una política abierta a todos los problemas de nuestro tiempo, liberada de cualquier servidumbre, enmarcada por los principios de pleno respeto a nuestra soberanía e independencia y de no injerencia en los asuntos internos de otros países y una política, en fin, al servicio del pueblo español y de los intereses permanentes de España851”.

Tras efectuarse la votación preceptiva, se proclamó a Adolfo Suárez como el Primer Presidente de un Gobierno democrático en España852, tras los cuarenta años de dictadura franquista. Luego, comenzaron a intervenir los representantes de las distintas formaciones políticas, en orden inverso al de su importancia numérica. Muchos de los cuales no hicieron referencia a la política exterior española853.

Entre aquellos que sí lo hicieron destaca la intervención del representante de Unión Nacional, el cual hizo la primera referencia a la política exterior española: (...) ya estamos hartos de que se hable constantemente de Latinoamérica, que es una injusticia cultural e histórica para España, que vamos cómodamente aceptando con una renuncia anticipada a todo lo que lo español significa para la comunidad de los pueblos iberoamericanos854. También mencionó el tema de Gibraltar, de la OTAN, a Ceuta y Melilla y a los españoles en el extranjero.

Otras de las fuerzas políticas que mencionó los intereses españoles en el extranjero fue Unión del Pueblo Canario. Como posteriormente se convertiría en un elemento característico de esta formación, trató el tema del Sahara, el de la OTAN y el de las bases navales estadounidenses en territorio español.

Así mismo, el Partido Socialista de Andalucía, que contaba en esta ocasión con cinco escaños en el Congreso, hizo referencia a la política internacional al mencionar que su grupo buscaba tener una actitud favorable a una España neutral e independiente, que nos distancie del conflicto ideológico, político y militar que protagonizan las primeras superpotencias del mundo: los EE.UU. y la Unión Soviética855.

Mostrando su oposición a la entrada en la OTAN y a las bases americanas, pero de acuerdo con el ingreso en la CE. Señalaban la ausencia en la política exterior española de una dimensión mediterránea, la cual debería ser obligada por razones geográficas e históricas, así como el tema de Gibraltar. Coalición Democrática, por su parte, planteará que una de las prioridades de España era encontrar un sitio dentro de la compleja sociedad internacional: “Creo que hace falta mucha imaginación para saber no sólo lo que se quiere, sino cómo se va a hacer y hasta lo que es un programa de política exterior856”.

Por su parte, el Grupo Parlamentario comunista, integrado por el Partido Socialista Unificado de Cataluña y el Partido Comunista de España expuso la falta que según su opinión había existido en la definición de los intereses de España en el concierto internacional, haciendo especial referencia al tema de la OTAN, a África, el Sahara y Gibraltar. Mientras, el representante del grupo centrista, ratificaría las palabras del cabeza de lista de su partido y sólo haría alguna mención del tema de la OTAN.

¿Qué dijo González en aquel momento?. Éste, el cual actuaba como portavoz del Partido Socialista, calificó las palabras de Suárez como una mera exposición de motivos857. Afirmando que para el PSOE las prioridades anunciadas por Suárez están profundamente equivocadas. Las prioridades son mucho más interiores que de política internacional, lo cual no quiere decir que no sean importantes los problemas de política internacional858. Abogó por un consenso en esta materia, aunque afirmando su negativa a la entrada de España en la OTAN, al alineamiento con uno de los bloques militares, independientemente de cual fuera éste. Por otra parte, mencionó la coincidencia con el partido que lideraba Suárez en lo referente al tema de Gibraltar y a la entrada de España en el Mercado Común. Centrándonos en Iberoamérica, reitera una idea que había sido expuesta por el ya Presidente del Gobierno, el condicionamiento que la política exterior hacia esa área geográfica tendría en el momento en que España entrara a formar parte del Mercado Común. No se vuelve a aludir a este tema, sí a la política hacia los ciudadanos españoles en el extranjero y hacia los países del Mogreb. En la respuesta que Adolfo Suárez hizo a las distintas intervenciones, sólo se hizo referencia al tema de la OTAN859.

Por tanto, en este caso, no se hizo ninguna referencia a Centroamérica como realidad regional, ni a los sucesos de Nicaragua y El Salvador, como problema particular. Y ello, no debemos de olvidarlo como referencia, que la fecha de este Discurso de Investidura es 1979. Por tanto, el año clave en el pistoletazo de salida de las acciones que se analizan en esta investigación.