Belén Blázquez Vilaplana
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Es la primera vez que el partido socialista presentaba un Programa electoral no ya como una posible opción de Gobierno, sino como el partido que ocupaba la Moncloa en esos momentos. Por tanto, las propuestas no eran ya de un partido que se encontraba en la oposición, sino de uno que llevaba cuatro años en puestos de máxima responsabilidad gubernamental y con el referente inmediato de la OTAN y del ingreso en la CEE. En este cuarto Programa, la consolidación y el desarrollo de la democracia y la lucha contra la crisis económica, se convierten en los ejes vertebradores del discurso planteado por los socialistas. Afirmando en el primer punto de la introducción que en pocos años se habían constituido en una democracia consolidada, en la que el pasado ya sólo cuenta como referencia histórica y en la que ha quedado abierto un proyecto colectivo basado en la paz, el progreso y la libertad752. Insistiendo, de nuevo, bajo la rúbrica “Un país con mayor presencia en el mundo”, en cómo España, gracias a los esfuerzos socialistas, se había afianzado en el escenario internacional. Superando así la anterior posición de marginación del país mediante la incorporación a los distintos foros y organismos internacionales. Y aunque su propuesta se basa fundamentalmente en los retos que supone la incorporación a Europa753, también se hacen dos llamamientos para alcanzar un mayor protagonismo internacional:
1. Promover un orden económico internacional más justo y seguro.
2. Reforzar y apoyar soluciones de cooperación internacional para problemas relacionados con la salida de la crisis, el desafío tecnológico, el terrorismo y
el tráfico de drogas.
Propugnando como únicas soluciones de garantía para el futuro de la Humanidad, la paz y el desarme. Concluyen esta introducción con la siguiente aseveración: formamos parte del grupo de países democráticos avanzados que tienen un deber moral en relación a los pueblos que carecen de libertad y debemos plantearnos en tal sentido una política internacional activa. España debe defender para otros países los mismos principios en los que se basa su convivencia interna: paz, libertad, redistribución de la riqueza, justicia, participación y coherencia social754. Para el Gobierno español, se convirtió en un objetivo de política exterior la proyección a otros ámbitos geográficos de los éxitos que estaban logrando en el interior.
En relación con el contenido de las propuestas presentadas en el documento, de nuevo los temas de política exterior aparecen en último lugar. Dedicándosele nueve páginas tamaño folio, aunque en este caso y para no faltar a la verdad, se incluya tras esta temática un Epílogo que resume las principales propuestas presentadas a lo largo de todo el documento. Aparecerá en el apartado IX denominado “Paz, seguridad y cooperación internacional: el fortalecimiento de la posición de España en el Mundo”.
Incluyendo, por tanto, también los temas de defensa a diferencia de los casos anteriores. Además, hay que mencionar que en el apartado VII, en el cual se hace referencia a las medidas para alcanzar una Administración moderna, se exponen en el último apartado las necesarias para conseguir reformar el servicio exterior. Las cuales se centrarían, sobre todo, en la necesidad de adaptar dicho servicio a las nuevas exigencias del país. Para, de este modo, poder traducir en política exterior cotidiana las decisiones tomadas por el Gobierno755.
En cuanto a los temas de política exterior, concretamente seis son los puntos tratados:
1. La política de paz y seguridad.
2. La construcción de la Unidad Europea.
3. Relaciones con Iberoamérica.
4. Política Mediterránea: África y Oriente Próximo.
5. La cooperación internacional para el desarrollo.
6. Una política de defensa para la paz y la seguridad de España.
En estos, se indica cómo la labor del PSOE desde que llegó en 1982 al Gobierno, ha permitido a España tener un proyecto global de política exterior. En relación con el tema objeto de nuestro análisis se menciona que se ha conseguido aumentar nuestra presencia en Iberoamérica y nuestro compromiso en pro de la paz, la libertad, la defensa de los derechos humanos y el logro de mayores cotas de bienestar y progreso para sus pueblos, mediante mecanismos de cooperación. Proponen para seguir fortaleciendo la posición de España en el mundo, basándose en el consenso de las distintas fuerzas políticas, entre otras cosas, trabajar en favor de un orden internacional más pacífico y seguro, libre y justo, en el que se superen las enormes desigualdades existentes, la extendida violación de los derechos humanos individuales y colectivos, la utilización de la fuerza militar en las relaciones internacionales y las amenazas para la supervivencia de la humanidad756.
En relación con Iberoamérica, el mensaje que se transmite comienza resaltando una idea que parecía que se había luchado por esconder, la posición de España como enlace con los países Europeos.
Así, resaltan cómo la acción exterior del Gobierno profundizará las relaciones con los pueblos iberoamericanos, y tratará de contribuir a la solución de los problemas más graves y sensibles que tienen hoy planteados: la conquista de la paz, de los derechos humanos y las libertades y su desarrollo económico, progreso y bienestar. Destacándose este tema también al exponer los objetivos básicos dentro de la CEE, mediante la intensificación de la ayuda a los mismos y tratando de ampliar dicho marco para contemplar las relaciones con Latinoamérica. Sus frutos fueron entre otros las llamadas Reuniones de San José y la apertura hacia algunos países iberoamericanos de los Convenios de Lomé. Lo cual se desarrollará con mayor profundidad en el capítulo 5.
Un punto importante para nuestro análisis aparece como novedad en estos momentos. Es la primera vez que de manera explícita se hace referencia a la problemática centroamericana. Lo cual merece nuestra atención, si tenemos en cuenta que España, especialmente encabezada por su Presidente del Gobierno Felipe González, como posteriormente veremos, llevaba a cabo acciones en favor de la instauración de la paz y la democracia en la zona desde, incluso, antes de su llegada al Gobierno. Así, se afirma en el Programa: “El Gobierno seguirá esforzándose para contribuir a la solución pacífica de la crisis Centroamericana mediante fórmulas globales de diálogo, cuyo punto de referencia sigue siendo la acción del Grupo de Contadora. Esta contribución a la paz debe contemplarse tanto desde la vertiente política de apoyo y solidaridad con los esfuerzos pacificadores como desde la perspectiva de la cooperación económica y financiera. Ya que democracia y desarrollo en Centroamérica son necesidades complementarias que se refuerzan y condicionan mutuamente757 .
El resto de las propuestas tienen como objetivo contribuir a los procesos de integración regional que se están dando en América Latina y la posible participación española en instituciones latinoamericanas. Sin olvidar las iniciativas en relación con la política de cooperación internacional para el desarrollo.