Belén Blázquez Vilaplana
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La característica principal de los debates de 1994 a 1997, según el diario El País era que los políticos que intervenían, se hacían oídos sordos (...) cada cual a lo suyo, sin distraerse apenas, o simulando no distraerse, con las opiniones ajenas1018. En opinión del citado periódico, el encuentro del 97 fue el menos tenso. Los papeles ya se habían invertido para entonces. La presidencia del gobierno la ostentaba Aznar, la oposición la ejercía González. Y, por tanto, la famosa frase del actual Presidente “váyase usted señor González”, había desaparecido del Congreso.
Como se desprende de todo lo expuesto en este apartado de la investigación, el tema Centroamericano, Nicaragua y El Salvador, Contadora o Esquipulas, se convirtieron en objetivo de los intereses de las distintas fuerzas políticas que ocupaban el hemiciclo desde que comienzan los debates en 1983. En unos momentos, para criticar la actuación de España, en otros para apoyarla y, en ocasiones, para recriminar el abandono o la falta de denuncia del gobierno español hacia las actuaciones de EE.UU.
Pero, por encima del tema puntual sobre el que se hablaba, lo interesante es que en un Debate como éste, donde lo que se discute es la actuación del gobierno durante el año parlamentario que acaba de pasar, aparezca año tras año este aspecto. Eso sí, para ser fieles a la realidad, a partir del 91 el mismo prácticamente desaparece de la agenda de los políticos españoles. No por menos, es hasta cierto punto lógico, por cuanto los momentos más álgidos de la crisis ya habían pasado y la paz, aunque sea meramente formal, se había alcanzado en Nicaragua y en El Salvador para esas fechas.
Las materias de política nacional pasaron a ocupar el interés de sus señorías en detrimento de las de política exterior en general y de política iberoamericana en particular. La OTAN y la UE dejaron de ser las principales preocupaciones del gobierno y de la oposición y éstas comenzaron a ser las del desgaste gubernamental del PSOE, la corrupción o los continuos escándalos políticos que salpicaron al devenir cotidiano de la sociedad española. Y cuando aparecían temas sobre la política exterior eran, normalmente, para recriminarle al gobierno alguna acción puntual o bien, los continuos viajes al extranjero del Presidente para eludir los temas domésticos. Ello es fácilmente deducible si comparamos las intervenciones que se recogen en este análisis, en cuanto a su extensión y a su contenido. Los primeros años son amplias e intervienen diferentes partidos políticos, sin embargo, a comienzo de la década de los noventa, las mismas disminuyen y en algunos momentos, ni siquiera aparecen. Es también destacable el hecho de que existan determinados grupos políticos, como el popular o minoría catalana, cuyos representantes eran Fraga Iribarne y Roca I Junyent, respectivamente, que siempre incluyen estos temas entre sus preocupaciones y preguntas al Presidente del Gobierno. Así como, de otros grupos menores, pertenecientes en su mayoría al grupo mixto, como Euskadiko Ezquerra o Esquerra Republicana de Cataluña, que lo tratan en sus intervenciones. Interesa, por cuanto estos últimos, a pesar de contar con menos tiempo de participación, siempre encuentran un espacio para hablar sobre la problemática centroamericana, en general, o sobre Nicaragua, en particular.
En cuanto a las intervenciones del Presidente del Gobierno, que es lo que realmente nos interesa en esta investigación, considero que se puede afirmar la importancia que le otorgaba a este tema en su agenda, sobre todo, en los años de la segunda legislatura, es decir, en su primer mandato al frente del ejecutivo. Y ello, aunque no siempre incluyese a esta problemática en su discurso inicial ante la Cámara, al menos de manera explícita. Como se aprecia en la exposición, a veces lo trata indirectamente como respuesta a las intervenciones de otros grupos políticos, y en algunos casos, no contesta a preguntas que tratan directamente sobre Nicaragua o Contadora. Además, como se desprende del análisis de los Debates, en los últimos años que lo conforman, no aparecen referencias, ni siquiera, de manera implícita.
Y cuando lo hace, no suele especificar las acciones concretas desarrolladas por el gobierno o por alguno de sus ministerios, sino que lo que hace es escudarse en la mayor parte de las veces, o bien en lo que venía haciendo Contadora o bien en la posible participación de la UE en la zona. Siendo interesante, a nuestro parecer, las críticas hacia la intervención norteamericana en la región, aunque no fuera explícitamente, y el apoyo al régimen sandinista. Por cuanto, consideramos que es necesario contar con este dato para comenzar el siguiente capítulo y poder contrastar lo que en éste aparezca, con lo dicho y expuesto hasta el momento. Y ello, para finalmente aceptar o refutar las hipótesis que dieron lugar a esta investigación.
Hemos considerado interesante para cerrar este apartado y con ello este capítulo, incluir una pequeña parte del discurso de José María Aznar el primer año que interviene como Presidente del Gobierno y la réplica de González, por tanto, con los papeles invertidos a todos los debates expuestos anteriormente. Así, Aznar afirmaría que a lo largo de los últimos 20 años el prestigio de España en la escena internacional ha progresado de manera indiscutible. De ser un país marginado de los grandes centros de decisión, hemos pasado a se una nación integrada plenamente en las instituciones europeas y en el mundo occidental, y protagonista en todos los foros que nos son propios. España está en todos los lugares apropiados, ejerce con plenitud sus derechos y responsabilidades. La continuidad de la política exterior de la democracia es el signo más visible de su madurez, es el que corresponde a una comunidad nacional histórica con unos sólidos vínculos, fraguados durante siglos y consciente de sus intereses permanentes. Los últimos meses han sido testigos de una intensa actividad internacional del Gobierno que presido. España está cada día más presente y con más vigor en Europa y en el mundo1019. Es más, el prestigio alcanzado por nuestro país en las dos últimas décadas ha hecho posible la incorporación de destacados compatriotas a puestos de la más alta responsabilidad internacional (...) por primera vez en más de cien años, España está en condiciones de participar desde su inicio en el diseño del sistema público y de seguridad que enmarcará las relaciones futuras en el mundo occidental.
Continúa, afirmando que durante estos meses hemos prestado también especial y prioritaria atención a Iberoamérica para mantener y profundizar nuestras tradicionales relaciones culturales, políticas y económicas con esa región del mundo. Lo intenso de la relación se refleja en el creciente comercio y en la importante presencia inversora de nuestras empresas, que crean vínculos reales y contribuyen al relanzamiento de las economías. La declaración de Viña del Mar, aprobada por unanimidad en la última Cumbre Iberoamericana, estableció con claridad y certeza unos principios para la gobernabilidad basados en la democracia, la libertad y la protección de los derechos humanos. El cumplimiento de lo pactado en ésta y en anteriores cumbres es objetivo irrenunciable de nuestra política iberoamericana1020.
Felipe González replicaría, la política exterior no es una política inmediata, sino que es una política de medio y largo plazo. Es como una cucaña: se sube con facilidad y se baja a toda velocidad. Por tanto, hay que intentar no descender de la cucaña1021. (...) no creo que sea buena orientación pensar que favorecemos a los países de América Central incluyéndolos en la Convención de Lomé; creo que se me entiende bien. Hay más financiación per cápita para América central que la que hay para el conjunto de los países de la Convención de Lomé, y no sólo hay más financiación per cápita desde la CE, sino que, además, hay un sistema de preferencias generalizadas que favorece la exportación. Si se produjera una homologación con los países de Lomé, podríamos abandonar toda esperanza de arreglar el problema de la producción del plátano a nivel nacional, a nivel español1022.
Con esto terminamos este cuarto capítulo, el cual buscaba exponer y analizar qué era lo que se decía que se iba a hacer o se estaba haciendo, hacia Nicaragua y El Salvador. De cada uno de los documentos analizados, para tener una visión general que nos diera otra pieza del puzzle que estamos construyendo, hemos incluido una breve conclusión. Pero sin intentar compararlos entre ellos, por cuanto, ese no era el objetivo del presente apartado del estudio, tal y como se expuso en la introducción del mismo. Conclusiones parciales que no obstan, para que al final del mismo, se vuelva a hacer referencia a estos. Constituyendo este capítulo el primero del segundo bloque, nos introducimos a continuación en el que va a tratar el estudio de desarrollo de caso propiamente dicho, es decir, el análisis de las acciones que realizó el Presidente del Gobierno español, Felipe González, durante los años de gobierno socialista, para impulsar la consecución de la paz y la democracia en Nicaragua y en El Salvador. Pasemos pues al análisis.