3.2. Desarrollo.

A. 1982-1986: de la llegada a la Moncloa a la entrada en la CEE.

Llegamos a una de las fechas claves en esta investigación, 1982. En ese año, concretamente en el mes octubre, el PSOE gana las elecciones generales, tal y como se ha expuesto en distintos momentos de este trabajo. Desde el intento de Golpe de Estado el 23 de febrero de 1981 los acontecimientos se habían precipitado en España. El fallido golpe, que había interrumpido la concesión o no a Calvo Sotelo del apoyo de la Cámara, marcó un antes y un después en muchas de las actitudes del pueblo español y, por su puesto, de sus dirigentes. Calvo Sotelo recibiría ese apoyo dos días después, convirtiéndose en el segundo Presidente de la recién instaurada democracia española.Pero su mandato fue muy breve, apenas estuvo ocho meses en el cargo, hasta que se convocaron nuevas elecciones. En estas UCD perdió el poder en beneficio de los socialistas. Algunos de los rasgos más sobresalientes de ese limitado período han quedado recogidos en el apartado anterior, otros lo quedarán en éste. Lo que nos interesa resaltar, sobre todo, en un estudio de estas características, es que fue en esos momentos cuando se produjo la entrada de España en la organización del Tratado del Atlántico Norte, más conocida por sus siglas, OTAN.

Las implicaciones que tuvo tanto para el desarrollo de la política interior española, como para la exterior, han quedado expresadas en el capítulo en el cual hemos analizado la política exterior española, pero es necesario remarcarlas. Puesto que fue tanto la causa como la excusa para muchas de las acciones que en este ámbito se tomaron, así como para la forma y la jerarquización de los temas que trataban aspectos cuya zona de ejecución iba más allá de nuestras fronteras. En ello, el papel desempeñado por González fue trascendental.

En relación con la problemática que se ha convertido en el eje articulador de esta investigación, la centroamericana, en julio del 82, un editorial del diario El País, se preguntaba por qué había que ayudar a Nicaragua. En la misma, se afirmaba que la política exterior española hacia este país había estado presidida por la ambigüedad desde el mismo momento en que los sandinistas habían derrocado a la dinastía de los Somoza. Según se afirmaba en la misma, España debía ser fiel a los principios de su política exterior: autodeterminación de los pueblos; no injerencia en los asuntos internos y defensa de la paz y el diálogo como forma de resolver las cuestiones políticas (...) el Gobierno sandinista pide a España, que interponga ante Washington sus buenos oficios, a fin de frenar la amenaza de una guerra regional (...) pero no es la forma de evitar las agresiones a la libertad, emprender una política de bloqueo que conduzca a la definitiva muerte de los derechos de un pueblo en manos de los intereses de cualquier imperialismo. No es fatalmente seguro que Nicaragua esté encaminada a convertirse en una dictadura de corte cubano o angoleño1188. Veamos qué hicieron los socialistas cuando llegaron al poder y, especialmente, su Secretario General y a la postre, Presidente del Gobierno.