Belén Blázquez Vilaplana
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En el Congreso de junio de 1997, algo más de un año después de haber perdido las elecciones, se aprueba una Resolución Política en la cual se encuentra una buena visión general sobre las aportaciones que, según el PSOE, España había hecho al concierto internacional en los 14 años que habían gobernado.
En ésta se afirma que en este período España ha recuperado un papel importante en la escena mundial.
Hemos convertido a nuestro país en un elemento fundamental en el desarrollo de la actual Unión Europea y en la redefinición de la OTAN tras la caída del muro de Berlín. Las Conferencias Iberoamericanas, la Conferencia de Madrid sobre el diálogo y la paz en Oriente Medio, la Conferencia Euromediterránea de Barcelona, nuestra participación activa en los procesos de pacificación en América Central, en la antigua Yugoslavia y en otras partes del mundo son otros tantos aspectos de una política internacional que ha roto definitivamente el aislamiento a que nos había condenado la dictadura franquista. Por todo ello, nos sentimos satisfechos por la obra realizada y entendemos que los nueve millones y medio de votos obtenidos de 1996 suponen, también, el reconocimiento de estos logros obtenidos durante el Gobierno socialista831.
En relación con la política exterior se introduce una crítica a la actuación del Partido Popular, y a lo que podría ocurrir en los siguientes años, al afirmar que todo indica que, desgraciadamente, nuestro país ha perdido una buena parte del peso y del prestigio que consiguió durante el Gobierno socialista. Nuestra presencia en los foros internacionales es mediocre y se han creado focos artificiales de tensión que, como en el caso de Cuba, en nada benefician a nuestros intereses nacionales ni nada aportan al desarrollo democrático de este país832.
¿Cuál es la visión general que se desprende del análisis efectuado?. Como ocurría con el caso de los Programas Electorales, las Resoluciones de los Congresos sufren una importante evolución desde el panfleto que presentaron en 1974, hasta el completo y elaborado documento de 1994. En todo ellos, excepto en el extraordinario de 1979 por la singularidad del mismo, los temas internacionales forman parte de la agenda del partido. En unos momentos por el apoyo que recibieron del exterior y en otros por la solidaridad con la lucha de los pueblos oprimidos por el imperialismo. A medida que las Resoluciones se vuelven más complejas y trabajadas, el tema de la política exterior o el de la política internacional, porque recibe diversas denominaciones, también lo hace. Avance que también depende de las circunstancias internas de la sociedad española y del propio partido, sobre todo, si el mismo ocupaba puestos de oposición o si el análisis se realiza tras haber conseguido llegar a la Moncloa. Siendo interesante, en todo caso, en un estudio como el que aquí se presenta, la evolución que se aprecia en las críticas hacia las potencias “imperialistas”, sobre todo, hacia Estados Unidos. Así como las referencias constantes a la ligazón existente entre las acciones del partido y las desempeñadas por la Internacional Socialista.
Hasta 1981 no se recogerá explícitamente la problemática centroamericana, la cual aparece de una manera más detallada que en el caso de los Programas Electorales, haciéndose mención no sólo de la región, sino también de las particularidades de Nicaragua y El Salvador. Sobre todo, en relación con la intervención norteamericana en la zona y con los procesos de pacificación en los cuales España tomó parte, es decir, Contadora y Esquipulas. Pero siempre se hace destacando que la política que el gobierno español, en este caso el socialista, desempeñaba o desempeñaría hacia la zona, debía basarse en el principio de no injerencia. Era una forma de abogar por la solidaridad y la ayuda, pero no por la imposición. En 1994, Centroamérica había desaparecido de la agenda del partido como problema y como objeto de atención en sus Congresos.
Destaca en el análisis, también, que en la mayor parte de las propuestas que se recogen de las posibles actuaciones hacia Iberoamérica, éstas se relacionaban con el tema estrella de todas las Resoluciones del partido: Europa y la UE. Hay que exponer, además, que a diferencia del caso de los Programas Electorales, la realidad iberoamericana se menciona en otros puntos y apartados que no aparecen encabezados por la palabra política exterior o internacional. Existiendo un aspecto que no se puede dejar de referir, la importancia que a lo largo de estos años alcanza una aspiración de los gobiernos socialistas, la idea de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
Así mismo, como en el caso anterior, a lo largo de todos estos años, las propuestas socialistas en temas de política exterior, aparecen definidas por las palabras paz, democracia y derechos humanos.
Referentes del partido, de sus objetivos y fines, no sólo hacia el electorado en unas futuras elecciones, sino también hacia sus miembros en el momento de debatir las líneas generales de actuación del mismo.
Finalmente, de nuevo, hay que mencionar la confusión de términos empleados para referirse a una misma realidad geográfica y temática.
Tras la exposición de los documentos que habíamos incluidos en el bloque A del análisis, es decir, los del partido denominados al comienzo del capítulo políticos, es el momento de pasar al bloque B, a los que se han llamado parlamentarios. Por tanto, es el momento de desglosar los Discursos de Investidura y los Debates sobre el Estado de la Nación.