Belén Blázquez Vilaplana
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Tras los tan nombrados sucesos del 92, aún han de pasar dos años para que se realice un nuevo Congreso. Las Resoluciones del mismo aparecen recogidas en dos tomos. Los temas tratados son: I. Introducción II. Hacia un nuevo modelo socialdemócrata III. Europa. Un proyecto global: la solidaridad internacional IV. Impulso democrático V. Modelo de partido Estatutos Federales Discursos.
La exposición de las Resoluciones comienza con una reflexión de las consecuencias del colapso del comunismo. Así, afirman que existe una conciencia generalizada, en España y en el resto del mundo, de que estamos entrando en una época nueva, en la que las viejas reglas de juego ya no funcionan y aún no se han definido las nuevas. A la vez que se abre la posibilidad de que la humanidad entre en una era mejor, reaparecen viejos problemas que ya se creían superados, y en muchas partes del mundo lo hacen, además, de forma especialmente violenta y brutal. No es extraño, por tanto, que exista un clima social de incertidumbre, de desorientación: hemos entrado en un territorio nuevo, del que aún no existen mapas. (...) Este orden -basado en la confrontación de los bloques- era indeseable, pero a pesar de ello servía como marco de referencia en la política internacional, e incluso en muchas partes del mundo polarizaba la política nacional en dos campos opuestos. Por ello, la quiebra de la política de bloques ha traído una redefinición de las relaciones internacionales y una crisis de las identidades políticas nacionales829. Cuyo efecto más inmediato ha sido el resurgimiento de las identidades más tradicionales nacionalismos agresivos y la violencia colectiva.
Dentro del segundo apartado, existe una amplísima referencia a la UE en sus diversas vertientes, donde apenas someramente se menciona, alguna vez, a Iberoamérica, por ejemplo en relación con los Convenios de Lomé. Pero al tratar el tema “la solidaridad internacional”, se menciona que Iberoamérica debe seguir siendo el área geográfica prioritaria en nuestra actuación, concentrando la cooperación técnica en los países de menor desarrollo y potenciando la cooperación financiera, institucional y de inversiones en los más avanzados. La creación e institucionalización de las reuniones periódicas de Jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos ha sido la feliz culminación de una política de reencuentro con Iberoamérica, dando así forma política a una vieja aspiración de los demócratas de uno y otro lado del Atlántico: la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Dar contenido y continuidad a tan importante foro de coordinación política y de cooperación es una tarea prioritaria ahora y en el futuro830. Es decir, Centroamérica desaparece de las inquietudes del partido socialista obrero español.