Belén Blázquez Vilaplana
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En este año, el Presidente del Gobierno español en esos momentos, Adolfo Suárez, intentó ofrecerse como mediador en la problemática nicaragüense. Su oferta fue rechazada por EE.UU dada la relativa importancia que se le otorgó a su figura, diplomáticamente hablando1099. Además, España respaldó en el FMI junto a México, Venezuela, Honduras, Guatemala, El Salvador y Costa Rica, un préstamo a la Nicaragua sandinista. Distribuyéndose fondos especiales de ayuda a este país, tras la cooperación de España con otros doce países amigos.
Según Piñol y Rull1100, existían una serie de factores que determinaban la política de UCD hacia la zona, entre ellos, la poca importancia económica de estos países para España, lo cual le permitía ofrecer una imagen más progresista sin demasiados riesgos; la situación social explosiva de la zona; y la actuación personal de algunos embajadores españoles que habrían permitido que España fuera considerada como aliada por los movimientos progresistas. Consecuencia de ello fueron las ocupaciones de las embajadas que tanto problemas trajeron a la diplomacia española, y que tuvieron su mayor eco en la ruptura de relaciones diplomáticas con Guatemala, tal y como ahora se verá. El líder socialista, por su parte, se encontraba el 20 de abril de 1979 realizando una visita a Bogotá para asistir a la primera asamblea del Parlamento Latinoamericano. Dejando ver en ella cuáles eran sus líneas de acción previstas en política exterior hacia Iberoamérica. Así, sobre el particular opinaba que las políticas llevada a cabo hacia estos países eran aún retóricas, paternofiliales, culturales y sentimentales.
Siendo el primer paso que España tenía que dar para cambiarlas, el acercarse a la realidad de América Latina mediante la visita a esos países y la dedicación de tiempo e interés. Ateniéndonos a ello y según se desprende de lo expuesto en el apartado anterior, no cabe duda de que el futuro Presidente lo empezaba a poner en práctica y lo mantuvo cuando alcanzó el Gobierno. Según González esto permitiría superar el desconocimiento total que se tenía hacia América Latina, estableciendo relaciones desde la fraternidad y la mutua aproximación real. Todo ello con países que en su gran mayoría tenían Gobiernos a imagen y semejanza de los que tenía España en la época de Franco. Se quejaba, así mismo, del alto precio que tendría que pagar por emplearse en estos menesteres. Ya que habría un sector de la opinión pública que no comprendería que se invirtiera tanto tiempo en esa realidad latinoamericana. Según sus palabras no somos nosotros los que estamos influyendo en la realidad latinoamericana sino que hay un flujo recíproco que puede enriquecer a ambos1101 . Y que su presencia allí correspondía al deseo de España de colaborar en la construcción de una alternativa democrática para Latinoamérica1102.
Tabla 16. Embajadores españoles en Nicaragua y nicaragüenses en España.
Nicaragüenses en España Españoles en Nicaragua Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la OID *Nicaragua y España mantienen relaciones diplomáticas desde 1946. Creándose la citada Embajada según el Decreto publicado en el BOE de 7-10-1950 Con el estallido del proceso revolucionario en Nicaragua, la postura de los actores de este país sobre qué podía hacer España se encontraba en una disyuntiva. Por una parte estaban las críticas al Gobierno de la UCD, por la venta de armas al de Somoza. Polémica que se recrudeció en España tras las declaraciones de Edén Pastora y Humberto Ortega al diario El País donde se afirmaba que las fuerzas sandinistas tenían en su poder armamento español que se encontraba en manos del ejercito somocista1104. Y por otra, la tardanza en el reconocimiento del Gobierno que salió triunfador del proceso revolucionario. A lo cual había que añadir el apoyo y amistad de los partidos de izquierda y la población que en las calles españolas vitoreaban el triunfo sandinista1105. Felipe González en este sentido, llegó a expresar en El Socialista, el órgano escrito oficial del PSOE, que el proyecto político de los que hoy gobiernan Nicaragua es, a mi juicio, un proyecto político democrático en el sentido progresista de la palabra1106.
Sobre las citadas declaraciones de Humberto Ortega y Edén Pastora, estos decían el 18 de abril de 1979, que en Nicaragua no iba a haber otra Cuba, que no iban a ser un sistema extremista radical de izquierdas. Vamos a hacer nuestra propia revolución, con los marxistas y los no marxistas. Creemos que con la unidad de las tres corrientes sandinistas hemos eliminado al fantasma del ultraizquierdismo a la caída de Somoza (...) a pesar de todo, a pesar de los sectarismos e inmadureces que puedan dar aún en las tendencias sandinistas. La victoria está casi alcanzada y es muy importante el apoyo del pueblo español1107.
TABLA 17. Embajadores españoles en El Salvador y salvadoreños en España.
Salvadoreños en España Españoles en El Salvador Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la OID.
*Meses después de comenzada la guerra civil española, el 8 de noviembre de 1936, el Gobierno de El Salvador reconoció de iure al Gobierno del General Franco, manteniendo relaciones normales desde ese momento hasta la retirada de su embajador, siguiendo la recomendación de las Naciones Unidas de diciembre de 1946. Revocada la recomendación, se restablecieron las relaciones diplomáticas, en octubre de 1950. Decreto por el que se crea la Embajada (BOE, 22-8-1950).
Unos días antes, el 17 de abril de 1979, el periodista Alfonso Rojo enviado especial del Diario 16, fue deportado por el Gobierno nicaragüense. Este fue capturado por la Guardia Nacional en Estelí1109, mientras se encargaba de informar a su periódico sobre las operaciones de los guerrilleros y sus enfrentamientos con los efectivos del Ejército nicaragüense. El cargo para su acusación fue el de participar en la planificación del asalto a la ciudad por los sandinistas. Fue acompañado al avión de la Compañía Panameña de Aviación por el embajador español en Nicaragua, Pedro Miguel de Aristegui, vuelo que le transportó a Guatemala. Luis Mª Ansón, Presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas, envió un telegrama a Anastasio Somoza1110, solicitando la inmediata puesta en libertad del suspensión de todo apoyo económico; la denuncia de las intervenciones extranjeras y el reconocimiento al Gobierno de Reconstrucción Nacional. Mas, sólo llegó a aprobarse una moción en el Congreso el 27 de junio de 1979, presentada por UCD, en la que se condenaba la violación de los derechos humanos y se pedía el restablecimiento de todas las libertades democráticas en el país.
Así mismo, la Unión de Periodistas envió sendos telegramas al Ministerio de AAEE y a la Embajada de Nicaragua en España, solicitando en ellos información sobre su detención y su puesta en libertad por lo que suponía de ataque a la libertad de expresión. En palabras del propio periodista, ésta se debió a lo incómodo que es para el Gobierno de Managua la presencia de un periodista objetivo e imparcial en el mismo campo de batalla1111.
En mayo de 1979, en una entrevista a Ernesto Cardenal, sacerdote, poeta y militante sandinista en una visita a Madrid, éste continuó con las denuncias vertidas sobre la venta de armamento español.
Afirmando que el mismo seguía matando a nicaragüenses. Dijo que no podía opinar sobre el Gobierno de la UCD y su postura hacia el conflicto, porque no se había entrevistado con ellos pero que esperaba que rompiera las relaciones con Somoza, cuando otros países latinoamericanos lo hicieran. Lo cual, según él entendía, iba a ser en fechas cercanas. Pero que lo que sí podía asegurar era la gran solidaridad del pueblo español y de los partidos políticos de izquierda, que se puso de manifiesto el Primero de Mayo cuando el Frente Sandinista fue aclamado en las calles de Madrid por la multitud y se aclamó la lucha de Nicaragua en varios de los principales discursos desde la Tribuna 1112 .
¿Qué postura adoptaba a todo esto el Gobierno de UCD?. A todo lo que llegó fue a presentar en junio, en el Parlamento, una moción en la que se pedía el cese de los bombardeos contra la población civil; que se implantaran los derechos humanos y alabando la actitud mantenida por los países del Pacto Andino, que reconocieron a los sandinistas como “beligerantes” en el conflicto. Pero la Comisión de Exteriores del Congreso, el 27 de junio, rechazó la ruptura con Somoza1113, la cual como hemos mencionado, había sido solicitada reiteradamente por los partidos de izquierda con representación parlamentaria, el PSOE, el PCE y el PSA. El ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, respondió algunas preguntas sobre la exportación de armas, afirmando que el Gobierno español había dejado de enviar armas a Nicaragua en 19781114. El ministro, destacó la intervención del embajador, comentó la aportación española en obras humanitarias y las repatriaciones de súbditos españoles1115 y de otros países realizadas por cuenta del Gobierno y rechazó la idea de la retirada del embajador y la del reconocimiento del Gobierno provisional1116. En Nicaragua, según el Secretario somocista de Información, la Embajada española ayudó al movimiento sandinista, tras el intento de Suárez en 1978 de llegar a un acuerdo en combinación con Carlos Andrés Pérez. Utilizando para ello el ejercicio de cierta presión sobre Somoza, a pesar de que aún el año anterior le habían estado enviado armas.Y más contradictorio si cabe, si tenemos en cuenta que en enero del citado año, España no respaldaría el reconocimiento mexicano a los sandinistas.
Detengámosnos en el 19 de julio de 1979, fecha de la entrada triunfal del FSLN en Managua y auténtica expresión del comienzo del fin de la dictadura somocista. Ese día, el Comité de Solidaridad con Nicaragua, entregó en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores un escrito rubricado por los principales dirigentes políticos de la izquierda, sindicales, intelectuales y artistas, en el que se pedía al Gobierno español la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Régimen de Anastasio Somoza; la suspensión de toda ayuda económica; la denuncia de todo tipo de intervención extranjera y el reconocimiento español del Gobierno de Reconstrucción Nacional1117. Así mismo, las principales centrales sindicales enviaron un escrito al ministro en el cual pedían también la ruptura de las relaciones diplomáticas. En esos momentos Ecuador ya había roto relaciones diplomáticas, pero otros países latinoamericanos consideraban que debían seguir manteniéndolas por razones humanitarias1118.
Sólo en los últimos momentos, el 19 de julio, España le pidió oficialmente que se retirara de la presidencia, para evitar de este modo más violencia de la ya existente. Finalmente Francisco Urcuyo dejó el poder, puesto que Anastasio Somoza ya se había exiliado unos días antes1119. Ese mismo día, el Gobierno español presidido por Adolfo Suárez reconocía y daba su apoyo a la Junta de Reconstrucción Nacional en Nicaragua, acción que se hizo al mismo tiempo que Italia. El embajador español en el país, Pedro Manuel Aristegui, dio una nota a tres ministros del nuevo Gabinete, Ricardo Coronel, de Reforma Agraria; Moguel Vigil, de Vivienda y Noel Vivas, de Comercio, en donde se decía que el Gobierno español fraternalmente comparte la preocupación por el sufrimiento del pueblo nicaragüense y empeña su mejor propósito en la ayuda al nuevo gobierno, en su labor de reconstrucción nacional1120 . Siendo entonces cuando la Junta de Reconstrucción Nacional comenzó a gobernar en el país. Además, José Federico de Carvajal, presidente de la Gestora del PSOE, se dirigió al Gobierno español para reiterar la posición de su partido de apoyo al gobierno de Reconstrucción Nacional y la necesidad de que fuese reconocido oficialmente. Dicha comisión fue informada por Miguel Ángel Marín, que se encontraba en Costa Rica representando al PSOE y a la IS ante la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. Tanto Comisiones Obreras como el PCE compartían posiciones similares.
Esta ambigüedad declarada del Gobierno de UCD, fue desde ese momento sustituida por un gran interés en controlar la política de la Junta sandinista mediante la ayuda económica inmediata y la renegociación de la deuda con España en condiciones ventajosas. Todo ello para evitar que, como en el caso de Cuba, el aislamiento pudiera hacer caer a Nicaragua en manos de Moscú. Suárez tuvo en este sentido en Quito una entrevista con Violeta Chamorro representante en aquellos momentos del sector más moderado de la Junta y con el ministro de AAEE de la Junta de Reconstrucción Nacional nicaragüense, que era el representante del sector radical. Prometiéndoles a ambos apoyo económico, técnico y político. Inmediatamente después, se entrevistó con Vance y se ofreció como mediador entre los EE.UU y Nicaragua, afirmando que si su país colaboraba, España podía evitar la castrización del régimen a que podía verse abocada según se iban desarrollando los acontecimientos la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional1121. Violeta Barrios había afirmado desde Costa Rica que en su país no se iba a instaurar un régimen comunista y que antes de realizar elecciones era necesario reconstruir el país.
Las polémicas sobre el armamento enviado por España no habían acabado, y así se demostró en unas declaraciones efectuadas por Edén Pastora cuando atravesó la frontera entre Nicaragua y Costa Rica para entregar a la Cruz Roja Internacional y a las autoridades costarricenses a un guardia nacional nicaragüense herido y prisionero. Afirmando que España sigue enviando armas al dictador y que no solamente son aviones y vehículos lo que suministra (...) en estas granadas de mortero capturadas esta tarde, la inscripción dice: 60mm. TNT, Ecia España, que no me venga el gobierno español diciendo que solamente camioncitos le manda al tirano1122.
En un artículo de opinión, Faustino Lastra decía sobre las relaciones entre España y América Latina que había que buscar nuevas vías para desde luego mantener con Latinoamérica una relación económica y cultural más beneficiosa para ambas partes, esto quiere decir complementarse para lograr el máximo de independencia de los grandes intereses extraños a nuestro común denominador y que favorezca el desarrollo sin graves, al menos, injusticias sociales. Pero hasta ahora, esto no ha sido así. Por ganar unos dólares más, han seguido vendiendo armas a Somoza. Así cuando el gobierno democrático que suplantase a Somoza tenga reticencias con la representación diplomática y comercial española allí, no nos asombremos ni toquemos a arrebato. La economía, no va por un lado y la política por otro. (...) A la izquierda hay que exigirle una definición clara, tajante, porque la solidaridad como la lucha por la igualdad, ha sido históricamente su objetivo y su herramienta. Pero es una izquierda muda1123.
Siguiendo con esta temática, en el número 1000 del diario El País, se hacía una reflexión sobre qué era lo más sobresaliente de la política exterior española hasta el momento y, sobre ésta, se decía que se había pintado sólo la fachada y que había llegado la hora de instalar la estructura sólida y las tuberías, esas de las que hablaba con frecuencia el Presidente Suárez1124.
Por su parte, los representantes del GRN, Eduardo Kuhl y del FSLN, Ángel Barrajín, celebraron una entrevista a finales de julio en el Ministerio español de Asuntos Exteriores solicitando ayuda para la reconstrucción de su país y la entrega de la Embajada nicaragüense en España1125. Utilizando para dar referencia de su situación antes de la entrevista, la sede del PSOE. Dijeron que esperaban de España una reacción muy positiva, porque todos tenemos sangre española y por otra parte, pretendemos que nuestra proyección en Europa se realice a través de España1126.
¿Qué estaba haciendo mientras Felipe González?. El 1 de agosto, González visitó Nicaragua como presidente del Grupo Parlamentario Socialista, entrevistándose con miembros del Gobierno de Reconstrucción Nacional y con altos mandos sandinistas. Declarando que el ejemplo del nuevo régimen nicaragüense podría permitir una transición pacífica hacia sistemas democráticos en países vecinos como Honduras, El Salvador y Guatemala, sus dirigentes no tienen el derecho de fracasar1127. Afirmando que España debía duplicar sus relaciones y ayuda a Nicaragua1128. A lo cual añadió que había recibido el apoyo para aunar esfuerzos de Fidel Castro, Omar Torrijos y Carlos Andrés Pérez. Visitó también Panamá; Cuba en donde hablaron de la situación Centroamericana y de Nicaragua; hizo escala en México, Venezuela y finalmente llegó a Ecuador para la toma de posesión del nuevo presidente ecuatoriano Jaime Roldós tras nueve años de dictadura. Allí coincidió con Suárez.
En estos momentos, González destacó la capacidad de odio y destrucción del derrocado Presidente, Anastasio Somoza, quien llevó a cabo una política de tierra quemada antes de abandonar el poder1129.
Comentó, así mismo, que realizaba el viaje como socialista y no como socialdemócrata. Pero no era el único miembro de la IS que visitaba la zona, así, el 5 de agosto llegaría a Nicaragua una delegación de la citada internacional encabezada por Mario Soares1130, Bernt Carlsson y Héctor Oqueil. En total, había representantes de 15 partidos provenientes de 14 países de Europa y Latinoamérica. Posteriormente, a mediados de mes llegaría una misión de la CEE encabezada por Manfredo Mancioti, jefe de la representación permanente para América Latina. Su ayuda estimada fue de 5 millones de dólares en el 79, con posibilidades de ampliación a ocho y medio para el siguiente año.
Felipe González seguía en América Latina “ofreciendo modelos” a países que se encontraban saliendo de un amplio período de dictadura militar, buscando con ello fomentar la democracia en la zona1131. Eso fue el desencadenante de que en noviembre, el gobierno de Uruguay y de Chile le impidiera la entrada a sus países, declarándole persona non grata. Ello por considerar que sus actuaciones en sus países “afectaban a la soberanía nacional”, declarando la Dirección de Relaciones Públicas de Presidencia que Felipe González venía al frente de una delegación integrada por personas pertenecientes a partidos políticos socialistas que actúan internacionalmente y cuya actividad está expresamente prohibida en Uruguay1132 .
Esta actividad de buscar para los países Iberoamericanos lo mismo que España había conseguido para sí misma, fue la postura que también adoptó Adolfo Suárez, aunque teóricamente desde el otro extremo del espectro ideológico. España quería empezar a manejar los hilos, de manera que posteriormente pudiera utilizar esas influencias como moneda de canje frente a otros países. Sobre todo, con Estados Unidos o en las negociaciones con la CEE. En este sentido, el editorial del diario El País del 3 de agosto del 791133, expresaba que la relación de orden económico y hasta político con los países reformados de América Latina puede ser una de las bases de nuestra política, situándola por encima de intereses de partido. Es una de las pocas salidas buenas que quedan a nuestra política exterior. Suárez o Felipe González pueden estar haciendo mucho en ese sentido. Suárez se encontraba realizando una visita oficial a Brasil, Ecuador y la República Dominicana. Sobre lo cual se comentaba que del análisis de algunos de los gestos y de los discursos del Presidente del Gobierno podría llevar a la precipitada conclusión de que estamos presenciando los primeros frutos de una estrategia meditada y a largo plazo de la acción de España en Latinoamérica y en un plano todavía más general, de una política exterior a escala planetaria que trata de encontrar un lugar al sol modesto pero independiente de la política de bloques (...) el respaldo de quienes combaten por las libertades dentro de los límites de los usos diplomáticos, debería constituir una línea inquebrantable de nuestra estrategia en Latinoamérica (...) y si no bastara con los principios, los pragmáticos podrán entender el lenguaje más prosaico de las conveniencias. Porque no es improbable que en muchos países latinoamericanos que hoy padecen regímenes dictatoriales ocupen mañana el poder gentes hoy exiliadas, al igual que ha ocurrido, hace menos de un mes, en Nicaragua1134 .
A finales de agosto, Nicaragua solicitó un crédito al Fondo Monetario Internacional, el cual fue apoyado por los representantes de España en el Organismo Internacional. También se pidió el asesoramiento de Francisco Fernández Ordóñez y en el Banco Interamericano de Desarrollo, el señor Picó que era director ejecutivo por parte de los países extrarregionales, afirmaba la importancia de acelerar los desembolsos de los proyectos pendientes. Las acciones, por tanto, se sucedían ininterrumpidamente y la presencia española, también.
Las visitas comenzaron a precipitarse. Así, una delegación española encabezada por Manuel de Prado y Colón de Carvajal, presidente del Centro Iberoamericano de Cooperación, visitó Nicaragua para estudiar la situación del país y la posible ayuda española. Siendo las necesidades más urgentes, la asistencia hospitalaria, maquinaria agrícola y asesores técnicos, materiales didácticos y tecnología.
Posteriormente, el 29 de septiembre, Jaime Ballesteros, miembro del Comité Ejecutivo del PCE y diputado del Congreso visitó Nicaragua. El 2 de octubre partió de Cádiz el buque español Emporda, con 16000 toneladas de productos alimenticios y nueve autobuses Pegaso1135. Fue fletado por la Comisaría de Abastecimientos y Transportes1136. Además, la Cruz roja envió 31700 kg de mercancía a través de barco y a la Embajada de Nicaragua en Madrid se hizo entrega de setecientos kilos de medicamentos. Cáritas también realizó varios envíos al país centroamericano por un valor cercano a los catorce millones de pesetas1137. Por su parte, el representate diplomático nicaragüense en España, Orlando Guerrero, pidió al gobierno español que condonara a su país la deuda de cien millones de dólares contraídos durante el régimen de Somoza, así como un crédito a largo plazo y al mínimo interés1138. Declarando posteriormente, Moisés Hassan, miembro de la Junta de Reconstrucción Nacional la satisfacción de su país por haber reanudado unas relaciones limpias de todo resentimiento y plenas de solidaridad con el pueblo y el Gobierno español.
Pero, además de esta ayuda proveniente de la sociedad civil, ¿por dónde iban las líneas de la política exterior española?. Marcelino Oreja el 6 de septiembre, durante la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado se reafirmó en la idea de que no se pretende una política neutralista ni tercermundista, sino plenamente europea y occidental. La independencia, para el ministro, se reflejaba en la capacidad de actuar en el campo internacional, siendo la libertad mayor cuantas más opciones se tienen. La política exterior española se dirige a fortalecer y garantizar la seguridad nacional, salvaguardar la integridad territorial y defender las condiciones de vida de los inmigrantes y otros residentes en el exterior, así como favorecer la distensión con la búsqueda de un nuevo orden mundial y la defensa de los derechos humanos. Reseñó la activación de las relaciones con Iberoamérica, con varios programas de cooperación y se detuvo en la ayuda a Nicaragua, comentando la preparación de un barco con 18000 toneladas de alimentos y medicinas1139. Refiriéndose también a unas gestiones españolas en la CEPAL y a la renegociación de la deuda contraída con España con el régimen somocista. Por su parte, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, en reunión del 6 de noviembre, en la que de nuevo asistió el ministro y el presidente del Instituto Iberoamericano de Cooperación, trató como temas centrales el citado Instituto y las relaciones con Iberoamérica. Reunión que fue criticada por el portavoz del PSOE, Manuel Marín, acusando al ministro de prepararla para paliar la reunión de la IS sobre Latinoamérica1140.
Mientras, los dirigentes y figuras destacadas del sandinismo seguían en su peregrinaje por Europa en busca de ayuda a la causa. Así, primero lo haría Edén Pastora1141 y en diciembre quien realizaría la visita sería Ernesto Cardenal, el cual tuvo un encuentro entre otros con el Alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván. Como afirmaría algunos años después un editorial del diario El País, Nicaragua llevó a cabo un amplio movimiento diplomático por Europa, a la cual consideraban más capaz de comprender su situación que a EE.UU. Intentaban con ello demostrar que no eran un país satélite de la URSS y que no dependían de Cuba, tal y como los norteamericanos se empeñaban en demostrar. Ello sería el primer paso para conseguir una ayuda económica vital para sacar al país de la dramática situación en la que se encontraba1142.
¿Qué ocurría mientras en El Salvador?. El 15 de octubre de 1979 tuvo lugar en El Salvador el derrocamiento de la dictadura miliar presidida por el general Carlos Humberto Romero. España se había alineado totalmente con la política estadounidense, apoyando la Junta Cívico-militar en el gobierno.
Gobierno formado por profesionales surgidos de la UCA, que reunía a su alrededor a fuerzas políticas tan dispares que iban desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista1143. Pero poco duró el optimismo, puesto que el Gobierno renunció antes de tres meses porque no podía hacer aplicar las medidas de reforma que proponían ni controlar la movilización popular y la acción represiva del ejército y de las organizaciones paramilitares de la derecha1144. Las cosas no habían hecho sino comenzar y los problemas se sucedían.
Según un artículo de opinión de Pablo Sebastián1145, la política exterior que se había desarrollado hasta el momento, se caracterizaba por su descordinación interna y el múltiple acoso exterior.
Desarrollándose una táctica del parcheo a falta de una seria planificación de la acción exterior, reducida a la simple normalización de las relaciones diplomáticas de España e imposibilitada por la propia estructura interna de esta política muchas veces sumida en las intrigas y competencias interministeriales y administrativas que son injustificables de todo punto en un Gobierno monocolor. Se menciona cómo en el debate electoral no se trató el tema de la política exterior, lo cual tuvo un claro reflejo en el Parlamento1146. Abogaba el autor por una gestión de Estado que debía ser única y no repartida ni sometida a espectáculos de competencias interministeriales (...) entre los palacios de Santa Cruz y la Trinidad y que debe dar a la jefatura del Estado y a la presidencia del gobierno el espacio concreto de sus competencias. Para lo cual era preciso que el ministro de AAEE tenga las riendas de su política y su total responsabilidad. El supuesto interés creciente del presidente Suárez sobre la acción exterior no puede redundar en una limitación de la capacidad de movimientos y del poder del jefe de la diplomacia española. Ello daría por bueno en España el argumento de que el Ministerio de AAEE es siempre un buen trampolín ante la opinión pública para el lanzamiento de candidatos sobre la presidencia del Gobierno. El ministro de AAEE debe ser de un político de plena confianza de su presidente, pero nunca su valet de cámara o un simple ayudante. En él debe recaer toda la responsabilidad de la gestión exterior de su Gobierno y de su partido. Parecía que el autor estaba haciendo un fiel dibujo de cuál sería la situación de la política exterior española tras la llegada a la Moncloa de Felipe González, tal y como se ha sostenido a lo largo de esta investigación. No es que el Ministerio de Asuntos Exteriores se utilizara como trampolín para alcanzar la presidencia, sino que el presidente asumía las funciones de esta cartera.
Según Octavio Paz, la caida de Somoza dibujó una interrogación a la cual nadie se atrevía a responder: ¿el nuevo régimen se orienta hacia una democracia social o intentará implantar una dictadura del tipo de la de Cuba?. En este último caso, sería el princio de terribles conflictos en Centroamérica que podrían extenderse hacia otras zonas del subcontinente, tanto al norte como al sur. No tendría un carácter nacional ni pueden encerrarse dentro de las fronteras de cada país. Por la fuerza e ideologías que se enfrentan, las pugnas centroamericanas tienen una dimensión internacional (...) Sería una ilusión pensar que estos conflictos pueden aislarse, son ya parte de las grandes luchas ideológicas, políticas y militares de nuestro siglo1147.