Belén Blázquez Vilaplana
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse la tesis completa en PDF
comprimido ZIP (610 páginas, 2,46 Mb) pulsando aquí
El punto de partida de este apartado es 1978, año en el cual en España se realizaba y se aceptaba por referéndum popular la nueva Constitución. La cual regiría desde entonces los pasos de la incipiente democracia que estaba germinando en esos momentos y con la que se buscaba dar por concluidos los 40 años de dictadura franquista. En este año, en Nicaragua se producen, entre otros, dos sucesos con amplia repercusión internacional y profundas consecuencias nacionales: el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro1078, editor de La Prensa y la ocupación por una de las tendencias del FSLN, del Palacio Nacional con todos los miembros de Congreso Nacional en su interior. Acción dirigida por el Comandante Cero1079 y el cual permitió liberar a 60 sandinistas, entre ellos a Tomás Borge. Éste definiría el proyecto sandinista como una concepción muy propia de la revolución popular (...) ´sociedad sandinista en la que está incluida una economía mixta como línea estratégica´1080. Momento, en definitiva, que podría considerarse como principio del fin del régimen somocista1081.
Un año antes, Adolfo Suárez había efectuado, en el curso de un viaje realizado a México para la firma de un protocolo de relaciones diplomáticas con dicho país, unas declaraciones donde definía las bases y los principios rectores que iban a regir la política exterior de España hacia Iberoamérica.
Consideramos importante su mención, porque será el primer referente para analizar tanto qué se hizo estos años en la zona, como si, posteriormente, con la llegada del PSOE al gobierno fueron o no modificados los mismos. En este sentido, las bases serían las siguientes1082:
• Un vínculo de unión por un pasado histórico y un patrimonio cultural y
espiritual comunes.
• El deseo de España de actuar como “puente” entre los intereses árabes,
europeos e iberoamericanos.
• La voluntad de ayudar a los procesos de integración emprendidos por los países
iberoamericanos.
En cuanto a los principios, estos serían los que siguen: a) “Principio de indivisibilidad”; b) “Principio de credibilidad”; c) “Principio de continuidad”; d) “Principio de indiscriminación”; e) “Principio de comunidad”1083.
Centrándonos en el país que nos interesa, Nicaragua, el tema estrella de las informaciones recogidas en la prensa durante estos primeros años, fue la venta de armas por parte de España al Régimen Somocista. En este sentido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, denunció que Anastasio Somoza estaba realizando gestiones en España para la adquisición de armas y material bélico por valor de más de cien millones de dólares. Sobre todo, deseaba la adquisición de aviones de combate para sustituir su antigua Fuerza Aérea1084. A este intento, le respondió el Comité de Solidaridad Nicaragüense en Venezuela, entregando una carta al ministro español de comercio, para que se suspendiera la venta de armas. En agosto se tuvo conocimiento a través de informe anual del Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África correspondiente a 1977, que España había vendido armas a Nicaragua por un valor de 45´7 millones de pesetas. Figurando en sexto lugar de importancia en relación con los productos vendidos a Nicaragua, precedida por vehículos automóviles (1580 millones); maquinaria de obras públicas (455); motores de explosión (114); medicamentos (60) y tractores (47). Los cuales estaban financiados mediante créditos especiales concedidos por el Banco de España. La OID desmintió estos datos y se remitieron al desmentido oficial del ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, el 6 de abril en una carta dirigida al secretario de la Unión Sindical Obrera (USO)1085.
La primera denuncia sobre esta venta fue efectuada por Ernesto Cardenal, el cual a la postre sería ministro de Educación durante el Gobierno del FSLN, en una entrevista realizada al diario El País, fechada el 25 de noviembre de 1977. En ésta afirmaba que (...) el Gobierno español está ayudando con armas y dinero a la dictadura de Somoza, ahora que el Gobierno de Cárter ha suspendido sus envíos basándose como héroes por el general Omar Torrijos. (...) Pastora fue a entrevistarse con Carlos Andrés en Venezuela, donde se trazó un plan.CHAMORRO, VIOLETA (1997); Op. Cit; Pp 172 y 173.
El mismo, en una visita a Madrid el 7 de octubre del 78, comentaba sobre dicha venta en una entrevista concedida al citado diario que Motor Ibérica envió muchos vehículos militares que han sido utilizados por la Guardia Nacional, así como tanques y, sobre todo, aviones, cuyas tareas represivas han sido especialmente crueles. Concretamente, aviones de la marca Aviocar, dotados de un moderno dispositivo para el ametrallamiento vertical, mucho más mortífero que el diagonal utilizado por otros aviones. También se refirió a bombas de fabricación española. Todo ello formaba parte del llamado “paquete España”, un crédito de setenta millones de dólares, cerrado hacía dos años y gestionado por el anterior embajador español en Managua, señor García-Bañón, el cual posteriormente estuvo al frente del Instituto Iberoamericano de Cooperación1087. Además, se había facilitado una representación de la compañía Pegaso y fue con dinero español con el cual el dictador se construyó un aeropuerto privado en terrenos de una de sus fincas1088.
Pero las acciones del Gobierno y su visión de la situación nicaragüense, no coincidían con la oposición de ese momento, ni con el sentir del pueblo español. Así, el 22 de febrero, se hizo público un comunicado de solidaridad con el pueblo nicaragüense coincidiendo con el 44 aniversario del asesinato del héroe nacional de Nicaragua, César Augusto Sandino. Éste fue firmado por Felipe González, Enrique Múgica y Luis Yáñez, entre otros dirigentes políticos, sindicales y sociales españoles afines a la izquierda ideológica.
Aún así, el gobierno continuaba con sus oscilaciones y, en septiembre, fue en este caso el vicepresidente de El Salvador, Julio Ernesto Astacio, quien visitaría en viaje oficial España. Visita tras la cual el Ministerio de Asuntos Exteriores publicó un comunicado conjunto donde se destaca que los lazos de amistad y las buenas relaciones entre España y el país centroamericano habían cobrado impulso.
Sobre todo, en el orden económico1089. Posteriormente, el ministro español de AAEE, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, concretamente el 2 de octubre, expuso que existía en España un deseo de cristalizar en fórmulas institucionales las relaciones con Iberoamérica. Con referencia a los derechos humanos expuso que estamos decididos a una acción inspirada en las siguientes directrices: la violación persistente de los derechos humanos fundamentales, dondequiera que se produzca, es condenable sin que pueda alegarse que se trata de una materia de la exclusiva competencia interna de los Estados.
Como discurso teórico era excelente, pero no estaban lejanas las informaciones mencionadas relativas a las ventas de armas que el Gobierno español autorizó en favor de regímenes donde no se respetaban los derechos humanos, como era el caso de Nicaragua. Y hablando de Nicaragua y de derechos humanos, destacó el silencio español en la ONU. Un silencio demasiado ruidoso, sobre todo, después de haber visto las duras palabras del ministro para la crisis de Suráfrica, Chipre, Zimbawe y Namibia1090.
Según el ministro de Asuntos Exteriores, el año 1978 había servido para sentar las bases de la política exterior española que es europea, democrática y occidentalista, con dos especiales proyecciones sobre África y América Latina (...) con una progresiva coincidencia de los partidos políticos en la actuación internacional de España. Hizo estas declaraciones en una rueda de prensa donde resumió las acciones más relevantes en este campo1091. En este sentido, Rafael Grasa, al exponer cuáles fueron las características de los trece años y cinco meses de gestión del PSOE en política exterior, identificaba las realizadas durante la transición tanto por el citado partido como por la UCD. Así, según este autor, ambos utilizaban las mismas técnicas: fragmentar los problemas y resolverlos uno a uno y de forma gradual, potenciar lo que une y dejar de lado o retrasar lo que excluye o enfrenta, primar o magnificar aquello que la opinión pública considera positivo y presentar los aspectos negativos bajo el prisma de los positivos o como algo inevitable; improvisar y aprovechar la ocasión, bien interna bien derivada del sistema internacional1092. Es decir, la manera de hacer política, no venía determinada, a menos en esos años, por razones o factores ideológicos. Sino que la misma venía condicionada, en primer lugar, por la situación de la política interior española y, secundariamente, por los intereses que España pudiera tener en la sociedad internacional. Siempre y cuando los mismos pudieran presentarse ante la opinión pública como un éxito, si estos convenían al Gobierno español, o como un acto inevitable, si estos podían producir rechazo por la sociedad civil. La situación política española aún era tremendamente inestable y había que empezar a aprender a moverse en democracia. Los ruidos de los cuarteles no lo ponían fácil.
¿Hacía algo más González ese año que firmar comunicados de solidaridad?, ¿Merece destacarse algún hecho relevante para esta investigación?. Podríamos afirmar que comenzaba, aunque tímidamente, a moverse en este escenario. Así, el Secretario General del PSOE continuaba sus actividades acudiendo en febrero a Venezuela para asistir al homenaje del ex-Presidente Romulo Betancourt1093. Fue invitado también a visitar Bolivia en marzo por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. En agosto acudiría a la República Dominicana a la toma de posesión del Presidente dominicano y posteriormente hizo una escala en Venezuela donde se entrevistó con Carlos Andrés Pérez1094, Presidente venezolano. En septiembre se reunió con los ministros mexicanos de Trabajo, Pedro Ojeda y de Educación, Fernando Solana. Todo ello enmarcado en una visita efectuada a México junto a Enrique Tierno Galván y varios parlamentarios de su partido1095. Acudiendo también al XXV Congreso del Partido socialdemócrata sueco1096.
Estas acciones coincidieron con la publicación por la Internacional Socialista del documento titulado Democratización on the Iberian Peninsular and Latin American, en el cual se reconocía el papel estelar del PSOE en Latinoamérica1097, al afirmar que se podría decir que España y Portugal son países que se encuentran en un proceso de transición entre Latinoamérica y la Europa democrática e industrializada. La consolidación de las instituciones democráticas en estos dos países es necesaria si se quiere establecer unas relaciones más estrechas entre Europa y Latinoamérica, y es importante para la futura institucionalización de la democracia en Latinoamérica1098. Para instrumentalizar esta influencia, se utilizó al líder del PSOE, Felipe González, tal y como se ha expuesto en el capítulo 3 al analizar el papel de la IS.
Las bases estaban puestas, había pues que consolidarlas y comenzar a trabajar. Para ello, la fecha clave fue 1979.