Belén Blázquez Vilaplana
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En principio, la III legislatura debería haber durado hasta 1990. Pero Felipe González decide, debido a los acontecimientos a los que se debe enfrentar España en los próximos años, adelantar las elecciones generales. Buscando con ello fortalecer al gobierno, sobre todo, de cara a 1992. Así el debate de investidura de la IV legislatura, tercer mandato consecutivo del PSOE, tuvo lugar el lunes 4 y el martes 5 de diciembre de 1989. El candidato pronuncia qué es lo que pretendía hacer en esta tercera etapa de mandato socialista. Entre estas propuestas, en último lugar expone que se propone la potenciación de nuestra presencia en el exterior en un momento en el que se están produciendo cambios extraordinariamente importantes897. En éste se hará especial referencia y reiteración al papel que España podía y debía desempeñar en Europa. Así mismo, expone que la política de paz y de seguridad, la construcción europea, la relación con otras áreas del mundo, como el Mediterráneo o América Latina, la propia ordenación política y económica de las relaciones con estos países están en juego en estos momentos y lo estarán en la etapa que comenzamos. España tiene que actuar positivamente en favor de estos cambios y al mismo tiempo tiene que preservar sus intereses internos y externos898.
Continúa su discurso con las siguientes palabras: las relaciones comunitarias con el exterior, señorías, prácticamente inexistentes en lo que se refiere al conjunto de países del Este están cambiando rápidamente en esa dirección y planteando, sin duda, problemas para otras áreas de atención tradicional, como la del Mediterráneo o incipiente, como la de América Latina899. Se aprecia, pues, el interés del candidato a Presidente del Gobierno a mantener en primera línea las relaciones españolas con aquellas zonas que siempre habían sido objetivos prioritarios de su política, y ello, a pesar de la incorporación a la CE y de la necesidad de contar con la misma a la hora de tomar determinadas decisiones.
Siendo el primer tema del que trata el de la política exterior española, sobre todo, en relación con la Unión Europea y con los sucesos que estaban produciéndose en los países del Este. Así mismo, termina su exposición con una breve referencia a este tema, donde dice que el cuadro de nuestra relación exterior está definido en la Comunidad Europea, en las instituciones occidentales y, más allá de la CE y de las instituciones occidentales, en relación con las nuevas políticas del Este, en relación con América Latina como prioridad y en relación con los países mediterráneos900. De este modo, la política exterior española se va a ver afectada por la necesidad de mantener un esfuerzo de equilibrio para que las responsabilidades del conjunto de los países de la Comunidad no pierdan de vista la situación de los países mediterráneos o la situación de América Latina.
La oposición comenzará su turno de palabra con el Sr. Aznar López, el representante del Grupo Parlamentario Popular, el cual comenta que en política exterior el partido socialista según había expuesto González en su intervención, no tenía muchas diferencias con el PP, pero sí en la manera de traducir las ideas a la práctica de las relaciones internacionales. En su opinión, es demasiado fácil, demasiado fácil, señor González, adquirir un gusto cosmopolita por la política exterior y tener la política interior como dormitorio. Es peligroso que a un gobernante le guste más la hora internacional que la hora española, porque el secreto está en hacerla compatible desde nuestros intereses (...) la relación del Gobierno con los partidos de esta Cámara ha de basarse en la confianza y en la defensa conjunta de los intereses de España, porque sólo así será posible una política exterior rigurosa. La confianza conduce a la transparencia y el acuerdo, conduce al establecimiento de prioridades901. De ahí, que el conjunto de las fuerzas parlamentarias tienen el derecho a intervenir en el terreno de la cooperación internacional (...) existe la sospecha de que esa cooperación se mueve fundamentalmente por intereses del partido, de la Internacional Socialista o algo peor: el generoso auxilio a dictaduras, que lo único que hacen es prolongar la situación dictatorial de algunos países y la sensación popular de regalos constantes a los amigos902.
Indirectamente, el representante del grupo popular le achaca al candidato a la presidencia del gobierno las acciones emprendidas por el gobierno socialista hacia Nicaragua.
En ese sentido, la respuesta de González fue la que sigue: nosotros no hemos hecho nunca de la política de cooperación internacional una política de amiguismo. No lo creo. Habría que intentar, cuando se hacen definiciones de esta naturaleza, poner ejemplos concretos. Si se refiere a Nicaragua, por ejemplo, nosotros hemos hecho una política de cooperación con Nicaragua, con Costa Rica, con Honduras, con El Salvador, con Guatemala, con todos los países de Centroamérica y es verdad que no hemos hecho una discriminación con Nicaragua. Y añado a eso, ¿ habría alguna razón para hacerla en la política exterior española respecto de Centroamérica cuando se está haciendo un esfuerzo de pacificación en la región -con todas sus contradicciones- y de democratización?. Si hay alguna razón hay que ponerla sobre la mesa y ver dónde están las diferencias (...) En la cooperación con el continente iberoamericano nosotros intentamos mantener unas líneas de constancia a lo largo del tiempo y una coherencia en favor de un proyecto, que también se puede juzgar insatisfactorio o insuficiente903. Si atendemos a los Discursos de Investiduras de otros años, es el primero en donde de una manera clara, aunque sea en las respuestas a las intervenciones de las otras fuerzas políticas, Felipe González expone la posición de su gobierno respecto a este tema. Aunque, eso sí, sin explicar cuáles son esas acciones que se llevaban a cabo de cooperación con Nicaragua.
Aznar volvió a tomar la palabra para decir que él nunca distinguirá y me da igual, dos dictaduras.
Para mí todas son iguales. Pero la convicción en los hechos de que ustedes tratan a unos de una manera y a otros de otra, es, real904. González no se volverá a referir a este tema cuando vuelva a responderle, mencionará, eso sí, a la Alianza Atlántica y a la integración europea. Comenta sobre la política exterior que es una política que afecta a los intereses de Estado y, por tanto, intereses que trascienden la frontera de los partidos. Importante, si tenemos en cuenta algo que ya se ha mencionado en otros puntos de esta investigación, la trascendencia que la participación en la IS y, por tanto, el ser miembro de la misma, tenía para definir el rumbo y los objetivos de la política exterior española hacia Nicaragua.
En las intervenciones del resto de las fuerzas políticas, la mayor parte de estas van referidas a la problemática de los países del Este o bien al marco Europeo como eje de actuación de la política española. En este sentido, es interesante la intervención del Sr. Roca I Junyent, por el grupo parlamentario catalán, el cual plantea elaborar en política exterior un marco histórico en el que se pudiera acomodar durante muchos años la acción exterior de España. Propuesta que dentro de la retórica que caracteriza a estas sesiones es aceptada por González905.
En la intervención del Sr. Suárez González, portavoz del grupo parlamentario del CDS, sólo hay una breve referencia a los países del Este y a los procesos de integración en Europa. Por su parte, el Sr Anasagasti Olabeaga, por el Grupo Parlamentario Vasco, PNV, hará una amplia referencia al tema europeo, a la UEO y a los países del Este. Ninguna referencia a América Latina, excepto una mínima mención a Chile. En las réplicas se inciden en los mismos temas. Para no romper con la tradición, en la intervención de los partidos integrantes del Grupo Mixto, no se hacen planteamientos sobre la política exterior española906. De nuevo, sin contar la intervención de Aznar, es obviado el tema centroamericano y sus intentos de alcanzar la paz en este marco de debate.
Felipe González vuelve a conseguir la confianza de la Cámara para comenzar un tercer mandato, pero en esta ocasión por un margen mucho más escaso que en ocasiones anteriores907. La confianza de la sociedad española en la gestión socialista empezaba a disminuir, sobre todo, en algunos frentes, tal y como veremos en el siguiente capítulo y cuya muestra más palpable fue que al partido sólo le quedaba una legislatura al frente del ejecutivo.