Belén Blázquez Vilaplana
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El Programa Electoral que presenta el PSOE en estas primeras elecciones democráticas, contiene propuestas más cargadas de deseos utópicos que de realidades potenciales. Todo ello con un único objetivo: que las primeras Cortes democráticas fueran constituyentes736.
Debido a la singularidad del proceso y a diferencia de los posteriores Programas, la democracia, entendida como aquella forma de Gobierno que asegura la libertad de los individuos y de las colectividades, (...) Donde impera la Ley y los gobernantes quedan sometidos a las Leyes737, se convierte en el eje vertebrador de todo el discurso. La propia palabra democracia, aparece en este texto, del cual ya hemos mencionado su brevedad, un total de 18 veces y el término democrático en 20 ocasiones. Lo cual da muestra de la trascendencia que el concepto tenía en esos momentos y de cuál era el mensaje que se quería hacer llegar a la población. Mensaje que liga la votación al partido socialista, con la consecución y posterior consolidación del régimen democrático. Ello, utilizando como referentes empíricos las experiencias de los partidos socialdemócratas de otros países, pero siempre de acuerdo a las características del momento histórico en el cual se encontraba España y el partido socialista español.
Afirmando en este sentido que el PSOE contaba con la solidaridad de los partidos socialistas europeos y de otros países que cooperan para consolidar la democracia en el mundo. Ya que donde gobiernan los socialistas no desaparece la democracia738. No hay que olvidar en este sentido, los sucesos acaecidos en Chile en 1973 ya referidos en otros momentos de la investigación.
El apartado que expone las propuestas sobre la política exterior se encuentra al final del Programa.
Dedicándosele a las mismas sólo tres páginas, y sin establecerse subapartados para referir los distintos campos de posibles actuaciones del Gobierno en el ámbito exterior. Aparece encabezado por la denominación genérica de “Abrir España al Mundo”739, y comienza con la llamada a romper con la política de aislamiento y dominación que se ha llevado a cabo a lo largo de los 40 años de dictadura. Del mismo modo, se afirma la aspiración de construir un mundo basado en la paz, la justicia y el progreso. Así mismo se llama a la adhesión a la Convención Europea para la protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales y a la Carta Social Europea.
Este primer “Programa” democrático del PSOE, dista mucho de poder ser calificado como tal, al menos en política exterior. Ya que en ningún caso se hace referencia a los medios que el Gobierno dispondría para lograr los objetivos generales planteados. Además, estos objetivos apenas se perfilan, sino más bien lo que se hace es transcribir una serie de ideas generales sobre unos escasos temas que deberían ser prioritarios en una política exterior democrática y calificada de izquierda. Así y con relación a los objetivos hacia Iberoamérica, a la cual el PSOE denomina en esta ocasión Hispanoamérica, éstos quedan subordinados a los intereses españoles en Europa, materia central de las propuestas. Su mención es escasa, por no decir ínfima y aparece tratado junto al mundo árabe bajo el prisma de las vinculaciones culturales y lingüísticas y de todo tipo, con los que España puede actuar de puente para canalizar relaciones económicas y sociales con Europa. Por tanto, se mantiene este tinte característico de la visión paternalista que había predominado en las relaciones entre España y América Latina durante el período franquista y que tantas descalificaciones había recibido por parte de los partidos de izquierda.
También se menciona, aunque sin especificar a quién se refiere, que el PSOE propugnará la solidaridad con todos aquellos pueblos que siguen luchando por sacudirse (...) la opresión de las tiranías locales al servicio de los intereses imperialistas. Esta solidaridad debe expresarse en una política concreta de cooperación técnico- científica y financiera. (...) Defenderá la contribución activa de España a la lucha mundial por la paz, la justicia y los derechos humanos. Estas ideas aparecerán reiterativamente en todas las propuestas realizadas de cara a futuras elecciones legislativas.