Belén Blázquez Vilaplana
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Como ya se ha mencionado, es el primer Programa Electoral del Partido que aparece encabezado por un slogan, en este caso “Por el cambio”. Y en éste se puede apreciar un gran avance en la elaboración de un detallado programa, tal y como se deja constancia en la introducción del mismo, cuando se especifica que es el fruto de dos años de trabajo de cientos de técnicos y de diálogo intenso con todos los sectores sociales. Trabajo del cual se han seleccionado las líneas de acción y las medidas más esenciales para ofrecer a la ciudadanía. No está basado, por tanto, en la improvisación sino en el análisis de los 6 años de rodaje democrático del sistema político español. Sin especificar en la introducción, sin embargo, ningún tema relacionado con las acciones en el exterior del Gobierno, ni con las realizadas por el partido en el poder ni con la que se presentaban como alternativa por los socialistas.
No hay que olvidar que hasta 1982 con la entrada de España en la OTAN, los temas de política exterior contaron con un importante consenso de todas las fuerzas políticas españolas con representación parlamentaria744. Y ello, debido a que durante los años de la transición política, los problemas que ocuparon los debates de las distintas fuerzas políticas fueron los referidos a la política interior745, tal y como se ha expuesto en el capítulo segundo de la presente investigación.
En este caso, se le dedica un capítulo entero por vez primera a la política exterior, el V y último.
Siendo, además, denominada de esta manera. Aunque a diferencia de los otros cuatro grandes temas de los que se ocupa el Programa746, es el único que no se divide en epígrafes, dedicándosele únicamente tres páginas, algo más de la vigésima parte del total. Lo que ha llevado a Roberto Mesa y a Francisco Aldecoa a afirmar que aunque el Programa electoral muestra una unidad bien elaborada en su conjunto, esto no ocurre con la parte dedicada a la Política Exterior747. Pero no se puede negar que supuso un gran avance con relación a los dos programas anteriores y, sobre todo, el primer referente serio para cualquier análisis de las propuestas socialistas en el ámbito internacional más allá de las resoluciones políticas de los Congresos, las cuales serán analizadas a continuación.
En la literatura existente sobre la política exterior española, el tema del consenso aparece reiterativamente como una de las características propias de esta materia hasta 1982. Pero al contrario de lo que podría parecer lógico, no fue en esa época, como acertadamete señala Pere Vilanova, cuando el gobierno “produjo” más política exterior, sino en los años de gobierno socialista.
Fundamentalmente en aquellos en que contó con una mayoría absoluta en el Congreso, a los que este autor también califica de años de “consenso”, puesto que aunque existiesen discrepancias, la mayoría con la que contaba el partido en el gobierno impedían que estas pudiesen tener ningún fruto.VILANOVA, PERE (1997); “ La acción exterior”; Pp 429-448 en ALCANTARA, MANUEL Y MARTINEZ, ANTONIA; Política y Gobierno en España; Ed. Tirant Lo Blanch; Valencia. Existe una edición revisada y ampliada en anterior artículo en la edición del 2000 del mencionado libro.
Según el Programa, el objetivo básico y principal del Gobierno sería abordar, sin más dilación, una política exterior que refuerce el papel de España en el concierto internacional, afirme nuestra presencia en pie de igualdad allí donde los intereses nacionales están en juego y permita a nuestro país contribuir activamente a la causa de la paz, de la libertad, de la justicia y del progreso en el mundo. Para ello se exponen cuáles deben ser los principios que orienten este proyecto, a saber:
1. El respeto del Derecho como factor organizador de la convivencia
internacional.
2. La búsqueda de la paz, el desarme y la distensión.
3. La cooperación activa por un Orden Económico Internacional justo.
4. La defensa de los derechos humanos, sean individuales o colectivos,
políticos, económicos, sociales o culturales748.
5. La solidaridad con los pueblos que luchan por la libertad y contra toda forma
de opresión749 .
Todo ello, teniendo a la política hacia Iberoamérica como una de las tareas prioritarias de la política exterior, la cual situará nuestra relación en un marco superador de la fase meramente declarativa presente que actualizará, estrechará y potenciará la cooperación política, económica y cultural con los países de aquel continente750.
Los socialistas mostraban especial interés por Iberoamérica en aquellos aspectos relacionados con el fortalecimiento de los regímenes democráticos, la solidaridad con los pueblos que luchan por la libertad y la recuperación de su soberanía, la defensa de los derechos humanos y la adecuada protección jurídica a los refugiados en nuestro país. Lo cual se hacía dentro del marco de la cooperación, la cual, será un factor clave de la credibilidad en ese proyecto y, en consecuencia, de un fructífero trabajo en común, tanto a nivel bilateral como en el marco de los foros internacionales. Siendo los países a los cuales se dirigiría la ayuda, dentro de la posible cooperación, Iberoamérica y el Mundo Árabe y Africano, es decir, seleccionados de acuerdo a criterios políticos de apoyo a democracias emergentes, o de afinidad de nuestro desarrollo socioeconómico y cultural751. Las propuestas quedaban abiertas.