B.5. Comienza la participación española en OMP: 1990.

El inicio de 1990 vino marcado por la intervención norteamericana en Panamá1444, hecho que provocó una conversación entre el Presidente Bush y Felipe González, al cual el primero consideraba un líder respetado en el continente1445. Líder con el cual compartía el interés que desencadenaba la consecución de la democracia política y económica en el continente, alabando los consejos que le daba sobre la situación latinoamericana. Lo cierto es, que a diferencia de otros años anteriores aunque siguiendo la tónica de los últimos, las actividades diplomáticas del Presidente del Gobierno en relación con Centroamérica pueden considerarse mínimas. Estas, además, estuvieron marcadas por la situación de tensa espera en Nicaragua, ante los comicios del 26 de febrero. Sobre estos, en una entrevista concedida al diario Excelsior mexicano, el Presidente español predecía el triunfo de Daniel Ortega, cosa que no llegó a suceder. Ya que estas fueron ganadas por Violeta Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro, aglutinando a 14 partidos en la Unión Nacional Opositora (UNO)1446. Triunfo que recibió las felicitaciones del líder socialista, fundamentalmente por la limpieza en la celebración de las elecciones, aunque el recelo existente era si esta situación provocaría “la necesidad” de recomponer las relaciones con los vencedores. Ello debido a la relación personal que unía a Felipe González con Daniel Ortega que, como hemos visto, desde el triunfo socialista en 1982 había visitado numerosas veces España. Es más, cuando el Presidente español visitó a George Bush en octubre del año anterior, comentó sobre Violeta Chamorro que es una buena candidata, pero que sería una mala Presidenta1447. Ya que carecía de la fuerza necesaria para mantener unidos a los distintos sectores que le apoyaban y para, al mismo tiempo, gobernar1448. Este triunfo, además, vaticinó que Estados Unidos iba a prescindir de la presencia española en cuanto intermediaria con Nicaragua, debido a los “contactos” y afinidad que ellos mantenían con los antisandinistas. Por lo que, según fuentes diplomáticas españolas, el papel de España en esos momentos era evitar que por consejo norteamericano se aplastasen a las guerrillas de El Salvador y Guatemala y fomentarían una negociación que permita a esas organizaciones armadas convertirse en partidos políticos1449.

La importancia que las cuestiones internacionales seguían teniendo para el Presidente del Gobierno se despreden de una acción que tuvo lugar el 2 de febrero. Ese día se creó un Departamento de estudios cuyo fin era intentar prever la evolución a medio y largo plazo de las Relaciones Internacionales y de los principales fenómenos económicos y sociales. Empezó a funcionar en marzo, dependiendo del Jefe de Gabinete del Presidente del Gobierno y estuvo dirigida por Carlos Alonso Zaldívar.

La toma de posesión en Nicaragua fue el 25 de abril y aunque en un principio se barajó la posibilidad de que González acudiera a la misma, al final no fue así. El que acudió fue el ministro de AAEE, Francisco Fernández Ordóñez1450, aunque se reiteró que España iba a seguir manteniendo la misma relación que antes de las elecciones1451. Sólo en la toma de posesión que recientemente había tenido lugar en Honduras, España había estado representada a nivel de ministro. Sobre estos temas, el Presidente español y el venezolano, en una visita oficial de este último a España en junio1452, acordaron hacer un frente común para mantener la ONUCA hasta que se hubiera llevado a cabo el desmantelamiento de los contras. Uno de cuyos fusiles se pensaba regalar al Gobierno español por medio del ministro nicaragüense de gobernación, Carlos Hurtado, en su visita a tierras españolas para entrevistarse con el ministro de Interior y tener información sobre cómo llevar a cabo la reestructuración del cuerpo de policía en Nicaragua1453. En septiembre, Daniel Ortega volvió a visitar España, para acudir al mitin central de la fiesta del PCE.