Belén Blázquez Vilaplana
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse la tesis completa en PDF
comprimido ZIP (610 páginas, 2,46 Mb) pulsando aquí
El análisis de los documentos oficiales que provienen de la actividad parlamentaria en sus diversas modalidades, nos introduce en un mundo donde la retórica y las promesas que difícilmente llegan a materializarse son las protagonistas principales de la función. Un mundo donde la necesidad de elaborar grandes discursos, sobre todo de cara a los electores o a los telespectadores, desde la llegada masiva a los hogares españoles de la televisión, se convierte en el elemento que diferencia a un político “con gancho” de aquel que trabaja en la sombra del engranaje político, en cualquiera de sus niveles. Siendo el que aquí se analizará el parlamentario. Debido a que es en éste donde tenemos que insertar las actividades, declaraciones, pronunciamientos, etc. del Presidente del Gobierno, de los distintos miembros de su gobierno, así como de los diputados de los distintos partidos políticos que ocupan un escaño en las Cámaras. Un escenario, donde lo importante es realizar un discurso grandilocuente, que consiga acaparar el interés de los electores, los titulares de los periódicos o los minutos estelares de los telediarios.
Independientemente de que el mismo se corresponda o no con las posibilidades reales de actuación de España en el concierto internacional o de que se tenga la intención, en caso de que esto sea factible, de materializarlo en acciones concretas. Y donde, siguiendo los planteamientos expuestos en el capítulo anterior, las diferencias entre lo que se promete cuando se está en la oposición y se hace oposición y lo que luego se lleva a la práctica al llegar al gobierno, se convierte en uno de los elementos que ha caracterizado a la vida parlamentaria democrática española. Fundamentalmente en el período histórico correspondiente a los gobiernos del Partido Socialista y a la materia política objeto de este análisis.
De ahí, que en un primer momento pudiera parecer improcedente o fuera de lógica su análisis, si lo que realmente se quiere llegar a conocer es cuál fue la actuación concreta del Presidente del Gobierno español, Felipe González, en los procesos democráticos y de paz en Nicaragua y secundariamente en El Salvador. Mas, se ha considerado, que sin este estudio es imposible llegar a hacer una comparación válida y, sobre todo, completa y coherente, de qué es lo que se decía o no se decía por los políticos españoles, en general y por el Presidente del gobierno, en particular, en relación con lo que luego se materializó en la arena política por el referido actor. Esto en política exterior se convierte en un asunto de vital importancia. Y ello, porque este análisis nos proporcionará los elementos necesarios para establecer una comparación entre la política formal y la política real. En un campo de actuación donde una de sus principales características es el secretismo con el que se toman las decisiones por las instancias oportunas en cada ocasión833. Aunque y de acuerdo a las reglas democráticas, no siempre escritas, de transparencia y compromiso con el electorado, se haya considerado que más que una característica definitoria de la política exterior democrática, ha de calificarse como uno de sus principales problemas.
Problema cuyo origen habría que remontar y al mismo tiempo serían efecto de la trayectoria de esta materia en la vida política española desde 1940. Lo cual, además, se ha visto potenciado por el excesivo tecnicismo y la falta de conocimiento sobre determinadas materias en el campo internacional de los miembros de las Cámaras, tal y como se ha expuesto en el capítulo 2 de la presente investigación. Sobre todo, en los primeros años de la democracia española, por la escasa experiencia en el ámbito internacional de los políticos españoles834. De ahí, que deba de ser considerado objeto de crítica y una de las graves deficiencias que el sistema político español aún debe superar en aras a evitar suspicacias sobre cómo, quién y, especialmente, por qué se toman determinadas decisiones en política exterior.
Decisiones que en última instancia, en muchas ocasiones quedan alejadas de lo que en estos discursos se planteaban, si es que en algún momento se llegó a realizar el planteamiento. Y ello, porque como en algunos temas puntuales se ha expuesto por el Gobierno, la importancia y, sobre todo, la urgencia de algunas decisiones impide la puesta en conocimiento no sólo a la opinión pública antes de tomar la decisión o incluso de implementarlas, sino también a los miembros de las Cámaras que no pertenecen al grupo parlamentario que en ese momento lidera el Gobierno. O llegando más lejos, incluso formando parte de ese grupo parlamentario, pero sin ser miembros del Gobierno o de los llamados gabinetes de crisis835.
Para ello, se tendrán en cuenta diferentes documentos, a los cuales he calificado de parlamentarios y oficiales, aunque haya de hacerse una puntualización con vistas a esclarecer su inclusión o no en este análisis. Propiamente dicho, esta oficialidad se le va a otorgar a los que van a reflejar los Discursos de Investidura y los realizados en los Debates sobre el Estado de la Nación836. Puesto que estos fueron realizados en el marco de la Cámara Baja y, por tanto, con intención de dotarle de carácter oficial frente a la ciudadanía, en una institución dotada de legalidad y legitimidad por la Constitución. Es decir, unos documentos que debido a la instancia de la que emanan, obligan a aquellos que lo realizaron y a aquellos que lo aceptaron a acatarlos, aunque formalmente su emisión no de lugar a esta obligación. Es decir, el hecho de que el Presidente del Gobierno, o el Ministro de Asuntos Exteriores, por poner dos claros ejemplos, expongan ante las Cámaras, en sesión conjunta o en comisión, en sesión ordinaria o Sobre este particular, a lo largo de los Debates sobre los discursos de investidura en la Cámara, diversas fuerzas políticas increparon a Felipe González. Entre ellos, en la IV Legislatura, el Sr. Aznar López, portavoz del Grupo Parlamentario Popular, decía “ Estas Cámaras y estas mismas paredes son testigos de cómo se han tapado los oídos a las iniciativas de los Grupos Parlamentarios, de cómo se han cerrado las puertas a la más elemental demanda de información o de cómo sus sucesivas mayorías han aplastado las sugerencias del resto de la Cámara en la más clara y arrogante apropiación, naturalmente indebida, de la razón y de lo razonable”; Diario de Sesiones del Congreso; Nº 2; 1989; Pp 30. En el mismo sentido y en la misma Legislatura se pronunciaba el representante del Grupo Parlamentario CDS, Sr. Suárez González, al exponer que “... mucha de la información recibida por la Cámara ha sido retrasada y también ha habido un cierto abuso del calificativo de secreto a informaciones solicitadas por la oposición” Ídem, Pp 95.
extraordinaria, cuáles van a ser las líneas de actuación exterior del Gobierno tanto en sentido general como con referencia a determinadas áreas geográficas, implica que se comprometen ante la ciudadanía a su realización. En el caso de los Discursos de Investidura, lo que se presentan son las promesas del futuro Presidente del Gobierno sobre las acciones a desarrollar una vez obtenga la confianza de la cámara. Como pretendemos demostrar, esto sólo ocurre en la teoría, porque en la práctica se ha roto repetidamente a lo largo de estos años las promesas realizadas a la población. No sólo en cuanto a lo que se expresaba en los Programas Electorales, tal y como expusimos al comienzo de este capítulo, sino también una vez que el elector había depositado su confianza en el partido y éste comenzaba a realizar su actividad gubernamental en el Congreso y / o en el Senado.
En algunos momentos, se hará referencia a informaciones procedentes de la prensa escrita. Pero no se incidirá en exceso en las mismas, por cuanto, son una de las principales bases documentales del siguiente capítulo.