Belén Blázquez Vilaplana
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1986 puede considerarse como un período de impasse en las actuaciones del líder español en la problemática centroamericana. Tres problemas domésticos centralizan todo su interés y todas sus energías: la incorporación a la CEE como miembro de pleno derecho; la celebración del polémico referéndum de la OTAN y las elecciones generales. Ello hará desaparecer del tablero internacional a González durante unos meses, pero como veremos, no lo hará de manera definitiva, sino que comenzará a preocuparse o a centrarse en otros temas y en otras problemáticas. Intentanto, sobre todo, utilizar el plus de legitimidad y de reconocimiento internacional que le habían supuesto todos estos años trabajando por la paz centroamericana. Eso sí, como al líder socialista le gustaba remarcar, no de manera directa imponiendo soluciones, sino siempre bajo el respaldo y la tutela de los países de la región, que eran los que debían dirigir el proceso.
El año comenzaba con una gira de Fernández Ordóñez por tres países centroamericanos para reunirse con los embajadores españoles en el Caribe y así tratar el tema de la crisis de la región1341. El ministro declararía en esos momentos que España había ofrecido la estructura de acogida a ese diálogo (entre oposición y sandinistas). Ambas partes nos pidieron que impulsáramos estos modestos tanteos de diálogo. Hemos tratado de estimular el desenvolvimiento del proceso de diálogo con el consentimiento del Gobierno de Nicaragua y de ello hablamos con el presidente Ortega con toda tranquilidad1342. Asistiría también a la toma de posesión de Vinicio Cerezo, Presidente de Guatemala, el cual llegaba al Gobierno tras más de 30 años de poder militar en el país. Éste, declaró sobre la actitud de España, que no se trata de construir una vía alternativa a Contadora, sino de mantener la presencia que nos corresponde a cada uno dentro del proceso de pacificación1343. España seguía informalmente propiciando encuentros entre los sandinistas y dirigentes de la oposición liberal, de ahí que algunos líderes centroamericanos fueran recelosos ante el rumbo que podían tomar los acontecimientos. Sobre todo, una vez que la prensa se había hecho eco de los mismos. Según expuso uno de los máximos dirigentes de la contra, Alfonso Robelo1344 la contra nicaragüense pensaba que podían utilizar la mediación española por la autoridad de España, la habilidad de su diplomacia y la situación del régimen sandinista. En estas fechas, además, se firmaría la “Declaración de Guatemala”, el primer paso para lo que parecía el desbloqueo de los procesos del Grupo de Contadora a la pacificación de la región. Puesto que fue en esta reunión donde se fraguó lo que posteriormente se iba a conocer como Esquipulas II. La cual fue posible porque en el primer semestre de 1986, todos los gobiernos de la región habían sido electos por medios electorales, lo cual difería de la situación de partida en el 791345.
¿Qué hacía mientras en esos meses el líder político español?. González estaba, tal y como hemos expuesto, más centrado en temas de política interior, con la vista puesta en la realización del controvertido referéndum sobre la OTAN. En este sentido, se dedicaba a ofrecer consenso a todas las fuerzas políticas españolas en aspectos relacionados con la política exterior, sobre todo, para buscar un sí a la enrrevesada pregunta planteada al pueblo español. Consenso que no era ampliable a otros ámbitos políticos y ello que Coalición Popular pretendía canjearlo por la destitución de Calviño al frente de TV. La polémica consulta al pueblo español sobre la OTAN daría para escribir por sí sola una interesante investigación, pero ya se ha resaltado en distintos puntos de este trabajo, que ello no conforma el objetivo central de la presente y, por tanto, aunque sea necesaria mencionarla, no se va a entrar en detalle en la misma. Aún así, es interesante resaltar algunas cosas sobre el particular, en este sentido, Txiki Benegas opinaba sobre el proceso del referéndum que éste servía para aumentar el ya elevado prestigio internacional del presidente del Gobierno español1346. Opinión no compartida por, Miguel Roca, para el cual la acción política de España en 1986 estaba carente de un proyecto ideológico que la amparase desde la coherencia y la eficacia. Continuaría afirmando que estaban instalados en la peligrosa frontera de las servidumbres caudillistas (...) Estamos en un esquema personalista y empobrecedor que sustituye y anula el debate ideológico, que sucumbe en brazos de un renacido cesarismo y que se adorna con el intento de monopolizar la idea de progreso1347. Por tanto, lo que se desprendía de sus palabras era un ataque directo al personalismo que había adquirido la política exterior española. Por cuanto, se le recriminaba al Presidente del Gobierno y, por ende, al partido al cual representaba, el cambio de postura en cuanto a la citada organización de cuando estaban en la oposición1348.
A pesar de todo, el referéndum se celebró y en marzo, tras el triunfo del PSOE en el mismo, Felipe González volvió a denunciar la ayuda norteamericana a la contra nicaragüense en Estocolmo1349.
Denuncia que tuvo lugar durante los funerales de Olof Palme1350 y tras entrevistarse con Daniel Ortega en la embajada española y con Ingvar Carlsson, el nuevo Primer Ministro sueco. Con este último, trató temas de cooperación bilaterales y de cooperación en áreas de interés común, especialmente en aquellos referidos a Centroamérica. Estas declaraciones del líder socialista fueron duramente contestadas por el ya mencionado Alfonso Robelo, el cual afirmó que González despotricó contra la contra y habla bien de los sandinistas para satisfacer al ala más de izquierda del PSOE tras el referéndum de la OTAN. Así mismo expuso que la razón de esta postura del Presidente español es porque tiene que jugar una política interna1351. González conoce la realidad de la situación en Nicaragua, por lo íntimamente que estuvo ligado al proceso de la revolución, pero en su actitud juegan mucho el antinorteamericanismo y el antirreganismo que se respira en toda Europa. Si Felipe pecó con lo de la OTAN, porque tuvo que cambiar de opinión, ahora le viene muy bien satisfacer a la izquierda del PSOE hablando bien de los sandinistas.
Comprendo que sufre en su propia carne las actitudes antinorteamericanas, por estar aliado con EE.UU. y las actitudes anti-Reagan por la animadversión que algunas personas tienen contra el Presidente de EE.UU1352 . Opinión que compartía parte de la población española, así, en abril, concretamente el día 20, se realizó una manifestación en Barcelona, donde acudieron cerca de 10.000 personas para apoyar a Nicaragua y Libia frente a la política de Ronald Reagan y de Margaret Thatcher. Mientras, los líderes revolucionarios sandinistas seguían visitando España. En este caso, fue Sergio Ramírez quien vino en mayo invitado por el Presidente del Gobierno con el cual se entrevistó, así como con Alfonso Guerra. Informando en dicha visita sobre la propuesta nicaragüense presentada al grupo técnico de Contadora en Panamá1353. Así como de los resultados de la última reunión de países centroamericanos en Guatemala, en el marco de este grupo, solicitando un respaldo más concreto de España para el mismo1354. Afirmó que había informado al líder socialista sobre su reconocimiento por el respaldo permanente que su Gobierno ha ofrecido al proceso de paz encabezado por el Grupo de Contadora. En esos momentos España había otorgado un crédito de 27 millones de dólares para adquirir algunos bienes de capital en Nicaragua1355, siendo el único país junto a Francia e Italia dentro del mundo occidental que continuaba prestando ayuda a los nicaragüenses1356. El líder político español se reuniría, así mismo, con Pérez de Cuéllar, Secretario General de la ONU, el cual también lo hizo con el Rey para seguir tratando el tema centroamericano. En este mes, además, Fernández Ordóñez visitó Costa Rica para asistir a la toma de posesión de Óscar Arias, viaje que fue aprovechado para establecer contacto tanto con los miembros del Grupo de Contadora como con los del Grupo de Apoyo. Y teniéndose noticias entonces acerca de que en España se estaba realizando la mayor campaña de apoyo a la Unión Nacional Opositora nicaragüense. La cual estaba siendo realizada por la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Periodistas, impulsadas por Luis María Ansón.
Las elecciones generales en España se celebraron en junio, presentándose González a la reelección, concretamente el día 22 y ganando de nuevo por mayoría absoluta. Aunque en un principio podría haber parecido que los avatares del referéndum le iban a pasar factura en las urnas, no fue así.
Según se afirmaba en un retrato que se le hacía en el diario El País con motivo de las elecciones, todos coinciden en que sigue siendo el que más manda; manda en el Gobierno y manda en el partido.Y, a veces, lo reconocen, manda manu militari1357. Podríamos afirmar, a tenor de los acontecimientos que han tenido lugar tras su renuncia a la Secretaría General del Partido y a la de ser el candidato para la presidencia del Gobierno, que incluso manda una vez que se encuentra fuera del mismo1358.
Es en ese mes, en junio, cuando Sergio Ramírez expresó su satisfacción por la ayuda de la CE sin la cual la situación en Nicaragua sería aún más crítica y destacó el papel de España1359, la cual actuaba como portavoz de Centroamérica en la CE1360. A finales de junio, González en una reunión con los líderes de la CE, les pidió que les prestaran más atención a los problemas latinoamericanos, fundamentalmente a las nacientes democracias y a las maltrechas economías. Lo cual fue aceptado de manera positiva por todos los miembros excepto por el Reino Unido, para el cual era imposible llevar a cabo una política mundial desde la CE. Era la primera vez que España acudía con pleno derecho a una Cumbre de la comunidad y en ésta los problemas de la deuda externa y de Contadora ocuparon la mayor parte de las intervenciones de González. El 8 de julio más de 200 personas se concentraron ante la embajada de Estados Unidos en Madrid para protestar por la política seguida hacia Nicaragua, increpando a representantes socialistas con el grito de “PSOE cómplice”. Paradójicamente, estas críticas también se vertieron hacia la figura del Rey, en una visita de éste a una reunión de la Asamblea General de la ONU.
En ella, se le recriminó por fuerzas latinoamericanas que realizara, según ellos entendían, un discurso flojo, pues no hacía referencia explícita al tema de Nicaragua o al proceso de Contadora.
En octubre, el Presidente se excusó de asistir a la reunión de la Comisión de Exteriores del Congreso porque tenía que asistir a una reunión de la IS, a la cual hacía cuatro años que no iba. Ésto le supuso críticas de algunos sectores que consideraban que en algunas ocasiones eran más importante las cuestiones domésticas antes que la de ser miembro dirigente de la Internacional Socialista. En ese mismo mes el que visitó territorio español fue Vinicio Cerezo, presidente de Guatemala, el cual obtuvo el respaldo del Gobierno español a la postura de “neutralidad activa” que estaba llevando a cabo su país y de apoyo a los esfuerzos de Contadora. El monarca español al recibir al Presidente guatemalteco, le expuso que nada de lo que ocurría en Centroamérica les podía ser ajeno. España comparte vuestras diarias preocupaciones y se alegra de vuestro renacer a la democracia1361. Estas visitas se complementaron con una realizada por el líder socialista español a Ecuador, Perú1362 y Cuba1363, en noviembre, cuyos objetivos, según fuentes diplomáticas, eran la reactivación de la política iberoamericana por parte de España, pasada la etapa de normalización europea que supuso la integración en la Comunidad Europea y la permanencia en la Alianza Atlántica1364 . Este viaje lo realizó acompañado por los ministros de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez; de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga; de Cultura y Portavoz del Gobierno, Javier Solana y del Presidente del I.C.I, Luis Yáñez1365. Al mismo tiempo, se estaba llevando a cabo la preparación de otro viaje de Alfonso Guerra a Nicaragua, Panamá y México1366. Viajes no exentos de polémicas, tanto por la elección de los países, como por la necesidad que hubo de posponer el del Presidente. Así se recogía en un editorial del diario El País, donde se afirmaba que la actitud del Gobierno socialista en estos años contrastaba con la que se había mantenido en los primeros años de la transición. Por cuanto, en ellos, los viajes tanto del Jefe del Ejecutivo como de la oposición a América Latina se sucedían con mayor frecuencia. El argumento del mayor peso que tiene ahora Europa en nuestra política no es convincente (...) es fundamental que España convenza a Europa de que América Latina debe ocupar un lugar definido en sus preocupaciones internacionales (...) la importancia de América Latina exige una atención del Gobierno en su conjunto y, claro está, de su presidente en las ocasiones necesarias1367.